Estableciendo fe según el Evangelio de la Gracia que hemos aceptado, el cual proclamamos como el Evangelio del oportuno socorro
No temas, que yo soy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios que te esfuerzo: siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10
De seguro que todos estamos familiarizados con el slogan evangelizador que muchas iglesias de tipo pentecostal han utilizado en el pasado para mostrar cómo Dios interviene en las situaciones personales de cada quien, me refiero a la expresión: ¡Dios es la respuesta!
Pues, ahora, encuentro necesario escribir precisamente no al respecto de tal slogan, sino más bien con respecto a la Palabra de confianza que un hijo/hija de la fe tiene en la ayuda que Jesús ofrece en medio de tiempos de crisis.
¿Puede Dios ayudar en tiempo de crisis? Sí, definitivamente Dios interviene, y ayuda en medio de los tiempos de crisis, y lo hace literal. Basta con abrir cualquier libro de la Biblia en donde se narra el sufrimiento, individual o colectivo, de uno que ha dispuesto creer en Él, como para darse cuenta de la forma milagrosa y sobrenatural que Dios utiliza para “salvar” a aquellos que le invocan. La Biblia también nos dice que Dios es el mismo por todos los siglos,[1] que en Él no hay sombra de variación;[2] esto, para aquellos que puedan argumentar que tal intervención sobrenatural fue cosa del pasado, y que en el presente lo hace solo mediante los recursos científicos que el hombre ha desarrollado.
Dios ayuda, y no escatima esfuerzo ni recurso al hacerlo; este fundamento de fe es establecido por David en sus salmos, cuando reconoce que Dios no abandona a los que en Él esperaron,
Mozo fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su simiente que mendigue pan. Salmos 37:25
Así que tenemos dos fuertes fortalezas de fe a los cuales podemos recurrir para sustentar nuestra confianza de que Él hará, y no nos dejará avergonzados; el testimonio de lo que Dios hizo en el pasado, y el testimonio de un hombre —David— que vio cómo Dios lo sacó de detrás de las ovejas de su padre para ubicarlo como rey de Israel.
¿Cómo ayuda Dios? Esta es la parte que nos falta entender, porque en muchos de los casos pretendemos ver la solución, o pedimos que la solución, venga según nosotros la pedimos; y lastimosamente, no logramos ver la ayuda que Dios nos entregó, y cómo nos salvó en medio de la crisis.
Lo primero que es necesario que entendamos, y necesario que establezcamos como fundamento de fe, es que las crisis confrontan a todos los habitantes de la tierra, creyentes o incrédulos. Esto es necesario establecerlo adecuadamente, pues lamentablemente se ha insertado dentro del Evangelio una filosofía religiosa que pretende establecer “inmunidad” de las crisis a uno/una que ha creído en el Señor.
No hay fundamento bíblico que podamos citar como para decir que un hijo/una hija de la fe esta exento de las crisis; incluso si vemos la referencia del salmo 91: Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra: Mas a ti no llegará, veremos que en dicho salmo no se proclama inmunidad, sino más bien protección cuando las cosas de momento arreciaron en nuestra contra; la conclusión del mismo salmo lo explica mejor: Con él estaré yo en la angustia: Lo libraré, y le glorificaré.
Nos veremos confrontados por crisis en más de una ocasión, por situaciones naturales a las regiones donde vivimos, tal y como el salmista bien lo advierte en otro de sus salmos,
Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo: Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmos 23:4
O, sencillamente, porque espiritualmente hayamos sido escogidos como blanco de ataque por las tinieblas del lugar,
Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandaros como a trigo; Lucas 22:31 (véase también el caso de Job: Job 1:8-12)
En todo caso, cuando Dios permite que pasemos por tales experiencias críticas, lo hace para fortalecer nuestra fe, tal como el apóstol Pedro lo explica,
Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuera manifestado: 1 Pedro 1:7
O, para establecer testimonio ante los que nos conocen, de la fe en su Nombre.
Porque dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes, delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus siervos, que fue derramada. Salmos 79:10
La confianza en Dios se mide no por el buen concepto que las gentes tienen de uno/una que se profesa como hombre/mujer de Dios, sino por la forma de cómo lo ven reaccionar en medio de las dificultades.
Por qué dirán las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios? Salmos 115:2
El apóstol Pedro explica que los tiempos críticos establecen la mejor forma de dar testimonio de la fe en Jesús,
Sino santificad al Señor Dios en vuestros corazones, y estad siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros: 1 Pedro 3:15
Lo segundo que es necesario que entendamos, es la forma de cómo Dios ayuda, y para ello debemos tener en cuenta que Dios no resuelve las dificultades, ni nos da la solución en los términos en los que se los pedimos, no es la forma de operar en Dios, ni la forma de ayudar a sus santos; Dios nos hace pasar por los eventos sin sufrir los mismos daños que sufre aquel que no tiene su confianza en el Señor. La explicación la presenta el mismo Señor Jesús, cuando dijo:
Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33
En otras de sus enseñanzas, Jesús explicó que la forma de no ser afectados por las situaciones críticas es acogiéndose a la Paz que Él da a quienes entienden como Él opera,
La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27
La ayuda que Dios otorga no consiste en la solución del conflicto o de la crisis, al estilo de cómo se lo pedimos, ese es un argumento no bíblico, es un argumento filosófico y religioso; la ayuda que Dios entrega consiste en no dejarnos sufrir los mismos daños que le afectaron a aquel que no tenía confianza en el Señor. El salmista David establece que Dios envía ángeles para cuidar y librar del peligro,
Pues que a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. Salmo 91:11
El salmista David también establece que Dios libra a los suyos de ser convictos de la infamia,
El enviará desde los cielos, y me salvará De la infamia del que me apura; (Selah) Dios enviará su misericordia y su verdad. Salmos 57:3
Y salva también de los injustos que se levantan para zaherir al justo,
La vara de tu fortaleza enviará Jehová desde Sión: Domina en medio de tus enemigos. Salmos 110:2
Lo tercero que debemos entender es sobre el regocijo que debemos mostrar en medio de los tiempos críticos. Jesús estableció en su doctrina que la vida de fe no consiste en las cosas que se tienen, sino en la alegría y regocijo por las cosas que se tienen, aun éstas sean pocas,
Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mateo 6:25
Y añadió, que en esto consiste el Evangelio del Reino de los cielos,
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33
El apóstol Pablo, por su parte, estableció en su epístola a los Tesalonicenses que un hijo/hija de fe debe tener contentamiento con todo lo que le acontece:
Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 1 Tesalonicenses 5:18
En otra de sus epístolas establece que la medida de fe se fundamenta en el contentamiento que se tiene sobre todas las cosas:
Sé estar humillado, y sé tener abundancia: en todo y por todo estoy enseñado, así para hartura como para hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Filipenses 4:12
En otra de sus enseñanzas estableció que la vida de fe se fortalece en la satisfacción de verse no como uno que necesita de las cosas materiales como para estar satisfecho de la vida,
Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; Romanos 5:3
Todo esto, para que eventualmente nos convirtamos en guías de aquellos que abrazaron la fe en Jesús, y ayudarles a alcanzar aquello para lo cual ellos fueron también alcanzados,
El cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquiera angustia, con la consolación con que nosotros somos consolados de Dios. 2 Corintios 1:4
La Paz que sobrepuja todo entendimiento sea contigo.
Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera Antigua, 1909 (RVA)
Pastor Pedro Montoya
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[1] Hebreos 13:8
[2] Santiago 1:7