¿Puede Dios proveer en nuestro tiempo de la misma forma, me refiero a la forma sobrenatural, de como lo hizo en el pasado?
La respuesta es, sí, puede proveer de la misma forma sobrenatural del pasado, y la base bíblica para asegurarlo la encontramos, en principio, en las palabras del escritor a los Hebreos:
Jesús Cristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreos 13:8
Jesús es Dios, la declaración del apóstol Juan lo deja plenamente establecido: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios;[1] y dado que solo hay un único Dios verdadero,[2] proclamamos con certidumbre de fe, que Dios es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.
Por su parte, el apóstol Santiago también establece en sus escritos apostólicos que en Dios no hay sombra de variación,
Toda buena dádiva y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago 1:17
Así que, fundamentados en estos dos pilares de fe y de operación divina, proclamamos a viva voz, de que sí, que Dios puede proveer en la actualidad de la misma forma sobrenatural de como lo hizo en el pasado.
El problema que enfrentamos en los tiempos actuales, no obstante, no es porque Dios no quiera proveer, o porque Dios actúa con los de este tiempo de forma diferente a los del pasado, o peor aún, porque Dios actúa para con Israel de una forma y con los gentiles de otra, explicaciones que de seguro el lector habrá escuchado en más de un predicador darlo como explicación (excusa) de por qué no vemos la misma sobrenaturalidad de Dios en el presente.
El problema consiste en la arrogancia del pueblo de fe de no estar dispuestos a llegar a las últimas consecuencias para ver a Dios actuar, sino que buscan inmediatamente soluciones que acortan el tiempo de espera y abortan de esta forma toda posibilidad de que Dios intervenga en medio de las situaciones de crisis.
El pueblo de fe adolece de un problema de incredulidad, que aunque destaca el hecho de que Dios tiene un “propósito” con la presencia de las pruebas de fe, a la misma vez no se tiene la certidumbre de que la provisión llegará de forma directa por el Señor.
Es conveniente, entonces, que establezcamos varios postulados guías que nos ayuden a entender cómo Dios provee, y sobre todo, para ayudarnos a cambiar nuestros paradigmas de operación como hombres/mujeres de fe.
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La provisión de Dios está disponible para todo aquel que cree, y que está operando dentro de los propósitos del Reino de Dios.
La provisión está unida a los propósitos que Dios ha establecido para la persona y/o para la región. Veámoslo más en detalle. La doctrina de Jesús establece que el hombre/mujer de fe tiene asegurada la provisión de Dios sin necesidad de que éste/ésta la demande en oración:
25 Por tanto os digo: No os congojéis por vuestra vida, qué habéis de comer, o que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir: ¿no es la vida más que el alimento, y el cuerpo que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni allegan en alfolíes; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros mucho mejores que ellas? Mateo 6:25-26
En la enseñanza que Jesús presentó a sus discípulos, Él explicó que la “congoja” no es fruto del Reino de los cielos;
31 No os congojéis pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos? 32 Porque los Gentiles buscan todas estas cosas: que vuestro Padre celestial sabe que de todas estas cosas habéis menester. Mateo 6:31-32
Y explicó además, que la provisión está unida a los propósitos de Dios con la persona, y/o con los moradores de la región,
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. 34 Así que, no os congojéis por el día de mañana; que el día de mañana traerá su fatiga: basta al día su afán. Mateo 6:33-34
Así que, concluimos, la provisión de Dios está unida a los propósitos de Dios con la persona, lo que significa que, ante todo, lo primero que debemos revisar en nuestras vida de fe es el propósito de Dios, particularmente si estamos dentro de los propósitos revelados para ese momento, porque aunque no haya pecado de por medio, pudiera ser que alguien esté caminando fuera de los propósitos revelados, y que persista en mantenerse moviéndose en acciones y/o decisiones que ya caducaron.
Todos sabemos que los propósitos de Dios se desarrollan en función de las operaciones del Espíritu,[3] no todo el tiempo nos mantenemos desarrollando las misma acciones, hay demandas diferentes de Dios en la medida que desarrollamos y crecemos ministerialmente; de hecho, la Revelación que Dios entrega es también en función de las operaciones del Espíritu a que somos llamados.
El lector puede ver someramente como el ministerio de Pablo trascendió de una función de maestro de la Palabra,[4] hasta llegar a ser un apóstol de la fe;[5] en el desarrollo de su trayectoria ministerial fue operando por el Espíritu en otras funciones conforme la operación del Espíritu para el lugar, él confiesa que el Espíritu le convirtió en “predicador” (κηρυξ),[6] lo cual muestra su función como “establecedor” del Reino de Dios; en otro de sus escritos reconoce haber recibido tal Palabra de autoridad, capaz de establecer entre los hombres el ministerio de reconciliación (καταλλαγης).[7]
El lector no debe ver estos títulos como formas diferentes de identificar a la misma persona, en este caso, Pablo, sino, ver, la descripción de operaciones del Espíritu según el propósito que el apóstol cumplía en las regiones que visitaba; así por ejemplo, un predicador no es el que predica la palabra, aunque tal vez en el presente así parezca, sino el que establece Reino, y no todo ministerio tiene la capacidad de hacerlo; de igual forma, no todo ministerio tiene la capacidad espiritual de establecer reconciliación entre los habitantes de un lugar.
Así que, concluimos, que la provisión de Dios se dispensa según la operación del Espíritu, y conforme al propósito de Dios con la persona y/o con el lugar. No se trata solo de orar sino de descubrir cuál es el propósito que cumples en tu momento, de parte de Dios.
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La provisión de Dios está unida a una persona en particular, es ella quien tiene la llave para abrirla, y para entregarla.
No le parezca extraño lo que acabamos de afirmar, como parte de las operaciones del Espíritu, y como parte de las funciones de los miembros en el Cuerpo de Cristo, Dios determina que sean unas personas especificas las encargadas de “abrir” la provisión de Dios para otros. No es de todos.
José hijo de Jacob fue escogido por Dios de entre sus hermanos para “abrir” la provisión de vida para todo un pueblo, los egipcios, y para sus hermanos:
39 Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú: 40 Tú serás sobre mi casa, y por tu dicho se gobernará todo mi pueblo: solamente en el trono seré yo mayor que tú. 41 Dijo más Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. 42 Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y púsolo en la mano de José, é hízole vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; 43 E hízolo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: Doblad la rodilla: y púsole sobre toda la tierra de Egipto. 44 Y dijo Faraón a José: Yo Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto. Génesis 41:39-44
En términos generales, la persona que “abre” la provisión es por causa de la “virtud” que ha recibido de parte de Dios para tal fin; hay hombres y mujeres escogidos por Dios para tal fin, en el libro de Proverbios la identifica en la “mujer fuerte”:
10 Mujer fuerte, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente a la de piedras preciosas. 11 El corazón de su marido está en ella confiado, Y no tendrá necesidad de despojo. 12 Darále ella bien y no mal, Todos los días de su vida. Proverbios 31:10-12
En la doctrina de Jesús se establece que hay personas encargadas de “abrir” provisión de Dios en su tiempo:
¿Quién pues es el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su familia para que les dé alimento a tiempo? Mateo 24:45
En el ministerio de Jesús hubo gente en particular encargada de proveer provisión específica para las operaciones de Jesús; tenemos el caso de aquel que proveyó el asno en que Jesús ingresó a Jerusalén en cumplimiento de la Palabra profética de Zacarías,
Y les dice: Id al lugar que está delante de vosotros, y luego entrados en él, hallaréis un pollino atado, sobre el cual ningún hombre ha subido; desatadlo y traedlo. Marcos 11:2 (Zacarías 9:9)
Tenemos también el caso de aquel que proveyó el aposento donde Jesús celebró la pascua la noche que fue entregado,
Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa haré la pascua con mis discípulos. Mateo 26:18
El libro de Hechos de los Apóstoles describe a siete servidores llenos de Espíritu Santo y de sabiduría, que fueron puestos para “distribuir” la provisión de Dios para la comunidad de Jerusalén, particularmente entre las viudas, y como resultado de ello la Palabra del Evangelio creció de forma extraordinariamente:
Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem: también una gran multitud de los sacerdotes obedecía a la fe. Hechos 6:7
Dios opera de esta forma para que las comunidades de fe aprendan a interactuar y a depender unos de otro. En nuestro tiempo hay muchos ministros que rehúyen a la idea de recibir instrucciones de otros, porque se alimenta la independencia ministerial.
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Muchos de nuestros actos establecen escasez
Es una realidad en muchas de nuestras comunidades de fe, incluso, hay ministros que lo abonan con sus predicaciones.
El principio espiritual de este mal lo encontramos en el libro de Proverbios:
En el barbecho de los pobres hay mucho pan: Mas piérdese por falta de juicio. Proverbios 13:23
Se trata de acciones que se hacen en violación a la Palabra de Dios. Citaremos varios casos.
Levantarse en contra de un pacto establece escasez.
El caso que mejor lo ejemplifica es el caso de Saúl en relación a los Gabaonitas. Los Gabaonitas fueron un pueblo que lograron hacer una alianza con los hebreos en tiempo de Josué, aunque por engaño, los Gabaonitas lograron que Josué y los ancianos del tiempo se comprometieran con ellos de que su pueblo no sería destruido,
Y Josué hizo paz con ellos, y concertó con ellos que les dejaría la vida: también los príncipes de la congregación les juraron. Josué 9:15
Saul no consideró el valor espiritual que tiene la palabra de un ungido de Dios, y se levantó contra el pacto que hizo Josué y los ancianos del pueblo, y arremetió contra los Gabaonitas, el resultado de su acto trajo tres años de hambre sobre la tierra:…
Y EN los días de David hubo hambre por tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por Saúl, y por aquella casa de sangre; porque mató a los Gabaonitas. 2 Samuel 21:1
Mucho pueblo de fe atrae escasez hacia sus respectivas casas, y aun hacia sus propias comunidades de fe, por causa de haberse levantado en contra de pactos que Dios ha establecido dentro de sus comunidades, y/o dentro de sus mismas casas.
Muchos han acarreado escasez por oponerse a ministerios establecidos por Dios, por levantarse en contra de ellos en chisme y difamación, y por desvirtuar su obra. La escasez personal viene también por divorcios no autorizados por Dios (hay divorcios autorizados por Dios). Estas escaseces se acentúan en tiempos de crisis nacional.
Hacer una instrucción de Dios a medias, o alterarla, atrae escasez.
El caso de Saúl de haber alterado la instrucción de Dios de raer a los amalecitas, incluyendo sus ganados, significó para Saúl la destitución del reino, trajo para su casa escasez y exterminio.
Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos é idolatría el infringir. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey. 1 Samuel 15:23
Dios demanda el cumplimiento literal de Su Palabra y de las instrucciones que entrega, quien atenta contra ellas atenta contra la provisión de Dios para su casa. El fundamento de esta instrucción la encontramos en la obediencia de Abraham;
Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que ya conozco que temes a Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único; Génesis 22:12
Sin conocer los resultados de cumplir con la demanda de Dios de sacrificar a su hijo, Isaac, Abraham mismo estableció como ley del Reino, que en el monte de Jehovah será provisto.[8]
De allí que en la Biblia se exige al hombre/mujer de fe que haya incumplido con la ejecución literal de la Palabra del Señor, se ponga a cuenta lo más pronto posible,
Venid luego, dirá Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Isaías 1:18
Esta es la enseñanza establecida en la doctrina de Jesús,
Deja allí tu presente delante del altar, y vete, vuelve primero en amistad con tu hermano, y entonces ven y ofrece tu presente. Mateo 5:24
Es la demanda según la Ley del Espíritu de Vida:
Orarás a él, y él te oirá; Y tú pagarás tus votos. Job 22:27
Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos al Altísimo. Salmos 50:14
El resistirse a mover en la dirección que el Espíritu le señala atrae escasez.
Dios pide que los hombres/mujeres de fe se muevan en una dirección, y da instrucciones para ello, el ejemplo lo tenemos en las instrucciones que Dios le daba a Moisés en su trayectoria por el desierto,
Jehová nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Harto habéis estado en este monte; Deuteronomio 1:6
La resistencia que el hombre/mujer de fe presente a la instrucción de Dios, de moverse en la dirección que el Espíritu de Dios le señala, acarrea escasez para su casa, y aun para su comunidad de fe. Jesús lo presentó en función de una parábola:…
20 Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu mina, la cual he tenido guardada en un pañizuelo: 21 Porque tuve miedo de ti, que eres hombre recio; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. … 24 Y dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. Lucas 19:20-24
Y luego, agregó:
Pues yo os digo que a cualquiera que tuviere, le será dado; mas al que no tuviere, aun lo que tiene le será quitado. Lucas 19:26
Como se ve, la escasez llega por la renuencia de hombres/mujeres de fe de moverse en la dirección que el Espíritu les marca, y atraen escasez para sus vidas, ministerios y aun para sus congregaciones. El apóstol Santiago lo presentó en las siguientes palabras:
El pecado, pues, está en aquel que sabe hacer lo bueno, y no lo hace. Santiago 4:17
En conclusión, como lo hemos visto, Dios provee, y lo hace de forma abundante, esa es su naturaleza; el salmista David lo resume en las siguientes palabras,
Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando. Salmos 23:5
El apóstol Pablo presenta esta forma de ser de Dios como uno de sus atributos,
15 El cual es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda criatura. 16 Porque por él fueron criadas todas las cosas que están en los cielos, y que están en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue criado por él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y por él todas las cosas subsisten: Colosenses 1:15-17
Dios puede proveer de la misma forma sobrenatural como lo hizo en el pasado, el problema de la falta de provisión sobrenatural para nuestro tiempo no está en Él, está en su pueblo, en el pueblo que confiesa su nombre, porque no le conoce, porque sus líderes predican escepticismo, y no logran establecer fe entre sus comunidades, porque desconocen la Palabra del Señor.
El tiempo es oportuno para corregir, para corregir en Verdad y en Justicia. Solo aquel/aquella que esté dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias, y se humille corrigiendo y admitiendo ante su comunidad sus faltas, alcanzará misericordia y el oportuno socorro.
Por tanto mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo ciencia: y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. Isaías 5:13
Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera Antigua, 1909 (RVA)
Pastor Pedro Montoya
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Twitter: @pastormontoya
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[1] Juan 1:1
[2] Deuteronomio 6:4: Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es:
[3] 1 Corintios 12:6
[4] Hechos 13:1
[5] Romanos 1:1; 1 Corintios 1:1; 15:9
[6] 1 Timoteo 2:7; 2 Timoteo 1:11
[7] 2 Corintios 5:18-19
[8] Genesis 22:14