Serie de Enseñanzas basadas en el Primer Tratado de Lucas a Teófilo. Segunda Parte
En palabras de Lucas, Jesús es enviado para establecer redención a Israel. Lucas deja bien claro que Jesús es enviado a Israel conforme todo lo que los profetas hablaron acerca del Mesías de la casa de David que establecería un reinado de justicia; Lucas abunda en los detalles sobre la misión de Jesús a Israel,
Y nos alzó un cuerno de salvación En la casa de David su siervo, 70Como habló por boca de sus santos profetas que fueron desde el principio: 71Salvación de nuestros enemigos, y de mano de todos los que nos aborrecieron; (1:69-71)
Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. (2:11)
Y he aquí, había un hombre en Jerusalem, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel: y el Espíritu Santo era sobre él. (2:25)
Cuyo bieldo está en su mano, y limpiará su era, y juntará el trigo en su alfolí, y la paja quemará en fuego que nunca se apagará. (3:17)
La obra de redención, sin embargo, aunque presentada con un énfasis político por la naturaleza de la continuidad del reinado de la casa de David, en realidad es una obra profética y espiritual porque demanda arrepentimiento individual y colectivo, arrepentimiento sin el cual no se puede establecer el Reino de Dios; la obra de redención consiste en la actitud del hombre de volverse a Dios. Lucas describe cómo esa obra comenzó en el año quince del imperio de Tiberio Cesar, por la palabra del Señor sobre Juan:
Y él vino por toda la tierra al rededor del Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para la remisión de pecados;
Lucas toma tiempo para definir en qué consiste la obra de redención.
La obra de redención es una obra profética, es el cumplimiento de todas las palabras con las que los profetas antiguos amonestaron a Israel; consiste en la disposición del corazón del hombre de ponerse a cuentas con el Señor. Lucas cita la palabra del profeta Isaías, y la presenta como fundamento de la proclamación del Evangelio del Reino,
Como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías que dice: Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Haced derechas sus sendas. 5Todo valle se henchirá, Y bajaráse todo monte y collado; Y los caminos torcidos serán enderezados, Y los caminos ásperos allanados; 6Y verá toda carne la salvación de Dios. (3:3-6)
La obra de redención es un llamado a abandonar toda actitud de autosuficiencia, y a arrepentirse por haberse alejado de Dios,
Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre: porque os digo que puede Dios, aun de estas piedras, levantar hijos a Abraham. (3:8)
La obra de redención es un llamado a establecer la Justicia de Dios a partir de la justicia estipulada en la Ley de Moisés.
Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. (3:11)
La obra de redención es un llamado a restablecer la rectitud y la integridad de la persona según el diseño bajo el cual fue formado, a imagen y semejanza de Dios.
Y él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. (3:13)
La obra de redención es un llamado a reconocer la soberanía de Dios, y a dejar en sus manos toda operación de venganza; quien hace estar de pie o hace caer, según la relación de cada uno con Dios,
Y le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dice: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestras pagas. (3:14)
Notemos la paridad de la enseñanza que Lucas recoge con las enseñanzas de otros escritores contemporáneos,
¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, o cae: mas se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle. Romanos 14:4
Uno es el dador de la ley, que puede salvar y perder: ¿quién eres tú que juzgas a otro? Santiago 4:12
La paridad de enseñanzas con ambas referencias demuestra el valor del llamado a reconocer la soberanía de Dios, y a abandonar toda actividad pro-derecho propio para provocar resultados egoístas.
Lucas ha cuidado de desglosar todos estos detalles introductorios, detalles la mayoría de ellos conocidos muy bien por Teófilo porque fueron parte de las buenas nuevas de gran gozo con las cuales se comenzó a proclamar el año agradable del señor.
Lo ocurrido en Bethlehem (Belén) no fue trascendental solo por la movilización masiva de mucha gente provocado por causa del censo de Augusto Cesar, lo fue por todo lo que los pastores contaron acerca de la manifestación de ángeles: Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. (2:18); Bethlehem fue conmocionada por este testimonio, que tan pronto terminó el censo de Augusto Cesar y las gentes a volverse a sus lugares actuales de residencia, se constituyó en las buenas nuevas de gran gozo que llegó a toda la parte habitada dentro de los límites del imperio romano, y duró como antecedente de evangelio hasta los inicios del ministerio rabínico de Jesús.
Luego se suma lo sucedido en Jerusalén durante la presentación de Jesús al cabo de cuarenta días; la presencia de Simeón y de Ana, personajes sin ninguna notoriedad ante el pueblo pero que identificaron a Jesús como la salvación de Israel, es importante porque se constituye en el primer testimonio sobre Jesús en el Templo, sobre todo porque se trataba de un día de reposo.
Y he aquí, había un hombre en Jerusalem, llamado Simeón, y este hombre, justo y pío, esperaba la consolación de Israel: y el Espíritu Santo era sobre él… 27Y vino por Espíritu al templo… (2:25-27)
Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Phanuel, de la tribu de Aser; la cual había venido en grande edad,… 38Y ésta, sobreviniendo en la misma hora, juntamente confesaba al Señor, y hablaba de él a todos los que esperaban la redención en Jerusalem. (2:36-38)
Estos sucesos hicieron que se estableciera una pre-fama de Jesús en toda Jerusalén. El hecho es importante no solo para su madre, lo es para toda Jerusalén pues Jesús no era ningún desconocido cuando inicia su ministerio. Jerusalén entera sabia de Él. No hay duda de que Nicodemo es uno de tantos que ha seguido de cerca el desarrollo del crecimiento de Jesús.
Lo que sucedió con Jesús en el Templo, a la edad de doce años, la semana siguiente luego de concluida la fiesta solemne de Pesaj (cordero pascual), es el testimonio de que Jesús entiende su misión de redención, pues es en dicha fiesta solemne que Él veintiún años más tarde entrega su vida, cumpliendo la palabra de Juan cuando dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Y aconteció, que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores, oyéndoles y preguntándoles. 47Y todos los que le oían, se pasmaban de su entendimiento y de sus respuestas. 48Y cuando le vieron, se maravillaron; y díjole su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con dolor. 49Entonces él les dice: ¿Qué hay? ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me conviene estar? (2:46-49)
El relato de las tentaciones del diablo a Jesús no es un relato solamente de “pruebas” a las que fue sometido Jesús, representa el inicio del ministerio rabínico de Jesús. Las tentaciones son las pruebas de que Jesús es Dios (Hijo de), varón sin pecado ni nada que reprocharle, y apto para ejercer el sacerdocio según las disposiciones de Moisés:
De edad de treinta años arriba hasta cincuenta años, todos los que entran en compañía, para hacer servicio en el tabernáculo del testimonio. Números 4.3; 23; 30; 35; 39; 43; 47
Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, mas por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención. Hebreos 9:12
(Porque los otros cierto sin juramento fueron hechos sacerdotes; mas éste, con juramento por el que le dijo: Juró el Señor, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote eternamente Según el orden de Melchîsedec:) 22Tanto de mejor testamento es hecho fiador Jesús. 23Y los otros cierto fueron muchos sacerdotes, en cuanto por la muerte no podían permanecer. 24Mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable: 25Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos. 26Porque tal pontífice nos convenía: santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores, y hecho más sublime de los cielos; 27Que no tiene necesidad cada día, como los otros sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus pecados, y luego por los del pueblo: porque esto lo hizo una sola vez, ofreciéndose a sí mismo. 28Porque la ley constituye sacerdotes a hombres flacos; mas la palabra del juramento, después de la ley, constituye al Hijo, hecho perfecto para siempre. Hebreos 7:21-28
Las tentaciones de Satanás a Jesús, y la victoria sobre éste, son el derecho ganado por Jesús para sustituir a Adam y recuperar por la obediencia lo que Adam por la desobediencia perdió. A partir de este punto se inicia la recuperación de lo que se había perdido. (19:10)
Obsérvese cómo el relato de las tentaciones del diablo a Jesús está unido a la lectura del libro del profeta Isaías. Lucas deja constancia del inicio del ministerio rabínico de Jesús y establece con el relato en qué consiste la labor mesiánica, y cuál es su principal propósito,
El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido (Mesías en hebreo, Cristo en griego) para dar buenas nuevas a los pobres: Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; Para pregonar a los cautivos libertad, Y a los ciegos vista; Para poner en libertad a los quebrantados: 19Para predicar el año agradable del Señor… 21Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos. (4:18-21)
Y así, Lucas concluye estableciendo que Jesús es el cumplimiento de una serie de leyes espirituales establecidas desde la promulgación de la Ley, y confirmadas por los profetas, que el que ha de venir viene para restaurar el orden de la Creación establecido en Edén, orden trastocado por la desobediencia de Adam. Jesús establece que la redención de la generación de Adam consiste y se fundamenta en la obediencia, de allí el valor de la definición de la Ley: Por tanto mis estatutos y mis derechos guardaréis, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos: Yo Jehová.[1]
[1] Levítico 18:5
Todas las citas bíblicas son tomadas de la Biblia versión Antigua (RVA1909)
Pastor Pedro Montoya
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