Programa de Capacitación en la Guerra Espiritual
Agenda de la enseñanza:
- Lectura
- audio de refuerzo
- Preguntas de evaluación
El Señorío de Cristo es la expresión más pura de la guerra espiritual. Solo quien entiende y se somete al Señorío de Cristo puede entrar en guerra espiritual.
La base de la fe en Cristo consiste en reconocer que Jesús es Dios, que nos ha librado del gobierno que Satanás impuso sobre Adam luego de haber deshonrado a Dios.
No es doctrina, no es dogma; es celebración de vida, es la experiencia de un antes y un después, es la vivencia de ver el rescate para volver a disfrutar de la libertad de una vida propia. Es motivo de proclamación. Son las buenas nuevas de la liberación.
Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Mateo 20:28
Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate por muchos.
Marcos 10:45
Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo;
Colosenses 1:13
Y esperar a su Hijo de los cielos, al cual resucitó de los muertos; a Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.
1ra. Tesalonicenses 1:10
El que hace pecado, es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
1ra. Juan 3:8
Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, al diablo,
Hebreos 2:14
Sin embargo, pese a que Él nos redimió de la ley del pecado y de la muerte,[1] el cambio no lo hace Jesús sino la persona misma. Lo que significa que puede darse el caso, y los hay, de que la persona aun mantenga vínculos con las tinieblas. Jesús es la provisión de vida.
El Señorío de Cristo demanda una liberación total, completa, de los vínculos con las tinieblas. Esta es la base de la guerra espiritual. Aquello de la persona que las tinieblas aun mantengan vinculado son áreas sobre las cuales la persona no tiene autoridad para doblegarlas.
Este principio se estableció como ley en la derrota de Josué ante Hai, luego de vencer estrepitosamente a Jericó.
Por esto los hijos de Israel no podrán estar delante de sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán las espaldas; por cuanto han venido a ser anatema: ni seré más con vosotros, si no destruyereis el anatema de en medio de vosotros.
Josué 7:10-12
De allí la importancia de la declaración de Zaqueo, de restituir todo aquello que hubiere defraudado. Es la forma de romper vínculos con las tinieblas:
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, lo vuelvo con el cuatro tanto. 9Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
Lucas 19:8,9
El Señorío de Cristo lleva a la persona a enfrentarse en contra de Satanás, para soltar todo aquello que en el pasado él haya sometido en alianzas con las tinieblas. De tal forma que pueda en algún momento confesarse como lo hizo Jesús:
Ya no hablaré mucho con vosotros: porque viene el príncipe de este mundo; mas no tiene nada en mí.
Juan 14:30
Esta es la parte medular. Jesús requirió a quienes le seguían,
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6:33
Nótese que el texto no termina con, el reino de Dios termina con la expresión, y su justicia. No es un agregado, no es un apéndice, por lo tanto no es opcional.
Esta es la parte medular del tema del Señorío de Cristo. El Señorío de Cristo demanda, exige, establece, impone justicia. La guerra espiritual se fundamenta sobre la base de la justicia, la injusticia es equivalente al pecado de Achan: tomar y esconder el anatema.
Todo acto de injusticia le otorga derecho legal a Satanás. Todo acto de injusticia vincula a la persona con el reino de las tinieblas. Todo acto de injusticia establece alianzas con el reino de las tinieblas.
La guerra espiritual comienza con reparar las injusticias del pasado, restaurar, para romper todo vínculo con las tinieblas. Este es el camino de establecimiento del Señorío de Cristo.
Finalmente, el propósito para el cual fuimos alcanzados:
Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento a la obediencia, de Cristo; Y estando prestos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia fuere cumplida.
2da. Corintios 10:5,6
La expresión de Jesús en casa de Zaqueo, Hoy ha venido la salvación a esta casa, es el punto de perfección en una persona que se ha sometido al Señorío de Cristo. Está capacitado y autorizado espiritualmente, para destruir consejos y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios; para cautivar todo intento de desobediencia y someterlo a la obediencia de Cristo; para castigar toda desobediencia.
Entender y reconocer acerca del Señorío de Jesús significa admitir que Él es Señor y Cristo (Mesías).
La controversia que tanto fariseo y saduceos tenían acerca de Jesús, era precisamente acerca de su calidad de enviado de Dios, ninguno de ellos tuvo problema sobre su enseñanza y sobre su capacidad de enseñar acerca de las Escrituras, cuestionaron el que Él fuera enviado de Dios (Cristo), y que tuviera una naturaleza semejante a Dios, lo consideraron blasfemo y fue el argumento básico por el cual lo llevaron a la cruz.
La autoridad que los demonios respetan en un hombre o mujer de fe es su sometimiento y reconocimiento del señorío de Jesús.
Audio de Refuerzo:
Preguntas de evaluación de aprendizaje:
- ¿Por qué decimos que el Señorío de Cristo es la expresión más pura de la guerra espiritual?
- ¿Por qué decimos que solo quien entiende y se somete al Señorío de Cristo puede entrar en guerra espiritual?
- ¿Por qué decimos que el Señorío de Cristo demanda de ‘Justicia’ para actuar?
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pastor Pedro Montoya
[1] De consiguiente, vino la reconciliación por uno, así como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, y la muerte así pasó a todos los hombres, pues que todos pecaron. Romanos 5:12
Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:2
Ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley. 1ra. Corintios 15:56
Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os vivificó juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, Colosenses 2:13
Y de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, Apocalipsis 1:5