VI
Otro aspecto del Evangelio que debemos estudiar es su aspecto legal, es decir, su valor ante las fuerzas de las tinieblas. Haciendo referencia al texto de Mateo 16, en donde Jesús le declara a Pedro sobre el valor que han tenido sus palabras ante las fuerzas demoniacas, surge la siguiente pregunta, ¿Por qué ante el mensaje del Evangelio las tinieblas tienen que huir?
18 Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. 19 Y a ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.
Mateo 16:18-19
La “piedra” sobre la cual el Señor construye su iglesia es la declaración de fe en Jesús confesada por aquellos que le reconocen como Señor y Cristo (Mesías).
Tómese el tiempo para revisar con detenimiento el dialogo entre Jesús y sus discípulos, y verá que la confirmación profética que Pedro recibió fue debido a la respuesta que él le presentó a Jesús:
Y respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Mateo 16:16
Así que la “piedra” es la palabra hablada que confiesa que Jesús es Señor, Cristo (Mesías) y Dios mismo, en quien único se encuentra el camino a la recuperación de la imagen y semejanza comprometida por Adam en el huerto; esta “palabra hablada” se constituye en virtud de la fe de quien lo habla en el mensaje del Evangelio, tal y como lo leemos en el relato que presenta el escritor del libro de Hechos de los Apóstoles:
Envía pues a Joppe, y haz venir a un Simón, que tiene por sobrenombre Pedro; éste posa en casa de Simón, curtidor, junto a la mar; el cual venido, te hablará.
Hechos 10:32
Y luego, cuando Pedro da el reporte a los demás apóstoles y ancianos de Jerusalem sobre lo sucedido, el escritor del libro de los Hechos de los Apóstoles es más específico en describir sobre la instrucción que Cornelio recibió del ángel que le visitó:
El cual te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.
Hechos 11:14
El mensaje del Evangelio no es una formula, el Evangelio es un mensaje creído, confesado como declaración del reconocimiento del Señorío de Jesús, y hablado en respuesta al testimonio de que es necesario anunciar lo que hemos visto y oído tocante al Verbo de vida (1 Juan 1:1-3) ¿Lo ve claro ahora?
Ahora que lo hemos entendido planteemos de nuevo la pregunta original, y contestémosla. ¿Por qué ante el mensaje del Evangelio las tinieblas tienen que huir? La respuesta es sencilla y contundente: porque el Evangelio tiene un valor legal que le confiere autoridad sobre las fuerzas de las tinieblas a aquel que lo habla, es decir, a aquel que habla el Evangelio.
Sí, el Evangelio tiene un valor legal, y no es un valor per se, es decir, por el simple hecho de que procede del cielo; un mensaje hablado por uno que no está sujeto al Señorío de Cristo es un mensaje anatema, según leemos en Gálatas 1:8: Mas aun si nosotros o un ángel del cielo os anunciare otro evangelio del que os hemos anunciado, sea anatema; un mensaje de esa naturaleza está sujeto a perdición, según la enseñanza misma de Jesús:
21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos… 23 Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad.
Mateo 7:21-23
No todos los apóstoles hablaron sobre este tema, el apóstol Pablo lo presentó en una de sus enseñanzas en la epístola dirigida a los Romanos:
¿No sabéis que a quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecer le, sois siervos de aquel a quien obedecéis, o del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?
Romanos 6:16
La legalidad del Evangelio consiste en el derecho y autoridad que se adquiere por medio de la Revelación, es lo que leemos en Mateo 16 en Palabras mismas de Jesús:
Entonces, respondiendo Jesús, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te lo reveló carne ni sangre, mas mi Padre que está en los cielos.
Mateo 16:15
El Evangelio no es conocimiento, es Revelación; solo quienes “entienden” la Revelación del Señorío de Cristo, y se someten a él, son los únicos que pueden establecer la legalidad del Reino, a eso es lo que el apóstol Pablo se refiere cuando escribe:
Porque no me avergüenzo del Evangelio: porque es potencia de Dios para salud a todo aquel que cree; al Judío primeramente y también al Griego.
Romanos 1:16
Y posteriormente cuando también señala,
Que el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo por el Espíritu Santo.
Romanos 14:17
Otras referencias que debemos revisar atentamente,
Y cuál aquella supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, por la operación de la potencia de su fortaleza,
Efesios 1:19
Las fuerzas de las tinieblas reconocen a los hombres y mujeres a quienes les asiste la autoridad que el Evangelio les confiere, no todos tienen tal autoridad; el contraste queda claramente marcado en el siguiente texto:
28 Por tanto mirad por vosotros y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre. 29 Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al ganado; 30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas, para llevar discípulos tras sí.
Hechos 20:28-30
¿Por qué después de la partida de Pablo? ¿Por qué los lobos no surgieron durante su presencia? Pablo había adquirido la autoridad para establecer la legalidad del Reino, la Revelación del Evangelio se la había otorgado.
Muchos pueden predicar, pero no todos pueden establecer legalidad, no les asiste la autoridad de la Revelación.
Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera Antigua, 1909 (RVA)
Pastor Pedro Montoya
Twitter: @pastormontoya