La contaminación del espíritu del hombre y el lugar donde se asienta su impureza



Temario:
  1. La naturaleza del hombre,
  2. La contaminación del espíritu del hombre
  3. El asiento de la contaminación,
  4. Las causas de la contaminación,

Cuyo fin será perdición, cuyo dios es el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno. Filipenses 3:19

El hombre es un ser espiritual, su presencia física es sencillamente una sombra de lo espiritual. Cuando Dios determinó hacer al hombre a su imagen y semejanza,[1] dejó establecido juntamente con la declaración de su decisión, que lo espiritual es el fundamento de la constitución del hombre, pues cuál imagen y semejanza habría sido tomada, si Dios es Espíritu.[2]

No es que el hombre posea un espíritu, pues el hombre no fue hecho fragmentado; la fragmentación surgió justamente después de que Adam y Eva validaron con su acto su decisión de desobedecer el mandato de Dios.

No se trata tampoco de que el hombre posea atributos divinos, lo cual sería equivalente a establecer que los atributos de Dios son aparte a Dios; Dios no es un atributo de sí mismo, sino como lo establece el autor de la epístola a los Hebreos, es el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia.[3] Así que, si el hombre fue hecho a la imagen y semejanza de Dios, y puesto que Dios es UNO,[4] el hombre es también un ser espiritual, de otra manera, si lo espiritual no fuera el vínculo, cómo es que el apóstol Juan asegura que de su plenitud tomamos todos, y gracia por gracia.[5]

Si el hombre no fuera un ser espiritual, tampoco Jesús hubiera tenido la facultad de tomar forma de siervo, hecho semejante a los hombres,[6] pues su humanización habría significado la pérdida de su divinidad eternamente. Las naturalezas no pueden ser trastocadas, al hacerlo una se pierde en la otra.[7]

Adicionalmente, en las Escrituras hay suficientes registros de que el hombre es un ser espiritual; por ejemplo, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento reconocen que el hombre no consiste en el cuerpo que posee (σῶμα, “cuerpo” o σαρξ “carne”), sino en una parte espiritual que trasciende la muerte física, la cual llaman alma o aliento (ψυχήν); en las Palabras de Jesús, la vida (ψυχήν) del hombre es la que llega hasta el infierno.[8]


El hombre es un ser espiritual pero atrapado dentro de una constitución física degradada por causa de la desobediencia. Adam y Eva fueron degradados el día que validaron su desobediencia, sus cuerpos físicos se convirtieron en cuerpos mortales, y perdieron todas sus facultades espirituales; sus cuerpos adoptaron la forma de aquel que los había engañado para muerte,[9] y quedaron sujetos a las disposiciones del reino que Satanás había establecido tras la rebelión;[10] este proceso es definido en la enseñanza del apóstol Pablo como el proceso de la sujeción a vanidad, es decir, lo espiritual sujeto a lo material.

Porque las criaturas sujetas fueron a vanidad, no de grado, mas por causa del que las sujetó con esperanza, Romanos 8:20

Es precisamente por causa de esta degradación física que el hombre es susceptible a contaminarse con las motivaciones espirituales de los seres angélicos que viven en abierta rebeldía ante Dios.

Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente. 1ra. Corintios 2:14

El apóstol Pablo destaca que en los aires opera una potestad que atrae a sí a hombres proclives a la misma naturaleza.

En que en otro tiempo anduvisteis conforme a la condición de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora obra en los hijos de desobediencia: Efesios 2:2

El hombre es por lo tanto un ser capaz de captar, adoptar y albergar toda presencia espiritual que se le acerque. Por razón de la desobediencia a la cual Adam dispuso someterse, el hombre es susceptible a ser seducido por toda presencia espiritual que le represente o le sugiera cambio de estatus.

El apóstol Pablo identifica también que hay dos tipos de contaminación: de carne y de espíritu. Nuestro propósito es destacar el peligro de las contaminaciones de espíritu, pueden trascender y convertirse en “posesiones” diabólicas.

ASI que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios. 2da. Corintios 7:1

La contaminación en el espíritu del hombre no es otra cosa más que la presencia de formas espirituales que él captó y decidió adoptar y/o albergar. Captar significa “advertir”, es decir, la sensibilidad de advertir la presencia de formas espirituales en su entorno; adoptar significa “aprehender” usos, costumbres, hábitos y personalidad de las fuerzas espirituales sin entrar necesariamente en comunión con ellas, y finalmente, albergar, es el “matrimonio” que el hombre forma con este tipo de fuerzas, que en su naturaleza son fuerzas demoniacas. Estas “uniones” espirituales trascienden y se convierten en “ataduras”, y finalmente en “posesiones” que destruyen la vida de la persona.

Una contaminación es el índice de la presencia de fuerzas espirituales conviviendo en comunidad con el hombre. El concepto de la contaminación fue enseñado aun desde el Antiguo Testamento a través de la regulación de leyes que ordenaba cuidar de no participar de culto a muertos,[11] de no ingerir animales inmundos,[12] de no tener coito con mujer mientras padeciera de su periodo menstrual,[13] por el derramamiento de sangre inocente,[14] y por las practicas idolátricas.[15] El Nuevo Testamento explica a través de todos sus autores que la irrupción de estas leyes conduce a la persona a la exposición ante fuerzas demoniacas que gobiernan sobre ellos, en algunos casos sin que las personas se percaten de ello.

El apóstol Pablo instruye a los miembros de la comunidad de fe de Corinto que la tolerancia de las practicas rituales idolátricas pueden establecer presencia diabólica aun dentro de una iglesia, y ellos no advertirlo.

Antes digo que lo que los Gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios: y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios. 21No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios: no podéis ser partícipes de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. 1ra. Corintios 10:20—21

El apóstol Juan por su parte dictamina que todo aquel que pretende vivir fuera de la doctrina se hace participe con las conductas satánicas,

Cualquiera que se rebela, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios: el que persevera en la doctrina de Cristo, el tal tiene al Padre y al Hijo. 10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ­bienvenido! 11 Porque el que le dice bienvenido, comunica con sus malas obras. 2da. Juan 9-11

El apóstol Pedro de igual forma advierte también acerca del peligro espiritual que corren aquellos que no cuidan de evitarse caer en contaminación,

Ciertamente, si habiéndose ellos apartado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, y otra vez envolviéndose en ellas, son vencidos, sus postrimerías les son hechas peores que los principios. 2da. Pedro 2:20

En su esfuerzo por ayudar al crecimiento espiritual de las comunidades gentiles de fe, la iglesia de Jerusalén dispuso que se les exhortase acerca del peligro de continuar practicando las costumbres paganas a las que estaban acostumbrados,

Sino escribirles que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, y de fornicación, y de ahogado, y de sangre. Hechos 15:20

La contaminación es medible.  En el libro de Genesis ante la explicación de Adam, de que estaba desnudo y que por eso se escondió de Dios,[16] su explicación determinó que Adam había comido del árbol de la ciencia del bien y del mal.

Y díjole: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Génesis 3:11

En el caso de Simón el ex—mago de Samaria, el apóstol Pedro determinó por las palabras de Simón el grado de contaminación bajo el cual él se encontraba,

19 Diciendo: Dadme también a mí esta potestad, que a cualquiera que pusiere las manos encima, reciba el Espíritu Santo. 20 Entonces Pedro le dijo: Tu dinero perezca contigo, que piensas que el don de Dios se gane por dinero. 21 No tienes tú parte ni suerte en este negocio; porque tu corazón no es recto delante de Dios. Hechos 8:19-21

Aun los mismos discípulos sufrieron los efectos de contaminaciones satánicas. El caso cuando Pedro quiso corregir la decisión de Jesús de subir a Jerusalén,

Y él, volviéndose y mirando a sus discípulos, riñó a Pedro, diciendo: Apártate de mí, Satanás; porque no sabes las cosas que son de Dios, sino las que son de los hombres. Marcos 8:33

El caso de los hermanos, Jacobo y Juan,

53 Mas no le recibieron, porque era su traza de ir a Jerusalén. 54 Y viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, y los consuma, como hizo Elías? 55 Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; Lucas 9:53-55

Estos y muchos otros casos muestran cómo a través de las palabras, a través de las intenciones, e incluso a través de las acciones de las personas mismas, puede medirse el grado de contaminación que la persona posee.


La contaminación espiritual que el hombre capta y/o porta se aloja en el vientre. El apóstol Pablo escribe a los filipenses y destaca el lugar donde se aloja la contaminación que la persona adquiere y/o posee.

Cuyo fin será perdición, cuyo dios es el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno. Filipenses 3:19

Pablo no está refiriéndose al estómago, la palabra que el apóstol utiliza en este texto es la palabra κοιλιά, mientras que la palabra “estomago” es a su vez la palabra στομαχον.[17] Se trata del “vientre”, es decir, el lugar donde se gesta la vida en una mujer,[18] aunque la Biblia identifica el mismo lugar también para el hombre como el lugar del asiento de capacidad de procrear.[19]

Con respecto al texto en mención, es un texto mal traducido en la mayoría las versiones modernas, en buena medida por falta del conocimiento de revelación de los traductores para poder entender a qué el apóstol estaba refiriéndose. Los traductores entendieron que Pablo estaba dándole vida al atributo de la persona con tendencia a la glotonería, y por eso usaron el verbo copulativo en su forma “es”; de hecho, hay versiones que traducen, “cuyo dios es su apetito”. Sin embargo Pablo no está identificando atributos y/o actividades de una persona glotona, sino identificando la ubicación del que alimenta su desvarío, es decir, identificando el asiento de su profanación; por lo tanto, la mejor traducción es usar el verbo en su forma “estar”; la forma gramatical en griego lo permite porque la expresión de Pablo está escrita usando dos sustantivos: ο θεος η κοιλια; se lee literalmente, Dios el vientre, no hay verbo que los una. Por eso, la mejor traducción es usando el verbo en su forma “estar”; así que, el texto debe leerse de la siguiente forma,

Cuyo fin será perdición, cuyo dios está en el vientre, y su gloria es en confusión; que sienten lo terreno.

La contaminación del espíritu del hombre se aloja en el vientre, y esto porque el vientre es el asiento del espíritu del hombre; Jesús enseñó sobre este tema en las siguientes Palabras,

El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre. Juan 7:38

Esta es la razón de por qué el apóstol Pablo habla de entrañas en sus epístolas, lo que él está destacando es el espíritucon el que la gente siente, y/o hace las cosas,

No estáis estrechos en nosotros, mas estáis estrechos en vuestras propias entrañas. 2da. Corintios 6:12

En este texto el apóstol está refiriéndose a que los pensamientos, sentimientos y acciones de estos creyentes hacia ellos son escasos en manifestaciones.


Y sus entrañas son más abundantes para con vosotros, cuando se acuerda de la obediencia de todos vosotros, de cómo lo recibisteis con temor y temblor. 2da. Corintios 7:15

En este texto el apóstol destaca lo desbordante de la pasión de Tito por los creyentes de Corinto.

De igual forma, un amor entrañable, o sencillamente amar con las entrañas es un amor espiritual que trasciende todo amor humano por sublime y abnegado que sea,

Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros en las entrañas de Jesús Cristo. Filipenses 1:8


POR tanto, si hay alguna consolación en Cristo; si algún refrigerio de amor; si alguna comunión del Espíritu; si algunas entrañas y misericordias, Filipenses 2:1


Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia; Colosenses 3:12

Cuando el espíritu del hombre está contaminado, lo que brota de él establece contaminación en todo lo que desarrolla en su entorno.

Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él? 1ra. Juan 3:17


El vehículo de toda contaminación que entra al hombre entra por la comida, no que la comida sea contaminada, pues ya sabemos que Jesús mismo estableció que no lo que entra en la boca contamina al hombre;[20] pero la comida es un vehículo que la transporta, ejemplo claro lo tenemos con Judas que mientras participaba de la cena de Pesaj, una cena que según el libro de Éxodo fue instituida como una cena de liberación,[21] y sin embargo, Satanás entró en él tras el bocado de comida.[22]

La comida tiene la capacidad de abrir el espíritu de la persona. Este principio fue establecido como vínculo de maldad por la serpiente en el Edén:

sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses. Génesis 3:5

Otra referencia similar aparece con Jonathan, el hijo del rey Saúl:

Empero Jonathan no había oído cuando su padre conjuró al pueblo, y alargó la punta de una vara que traía en su mano, y mojóla en un panal de miel, y llegó su mano a su boca; y sus ojos fueron aclarados. 28 Entonces habló uno del pueblo, diciendo: Tu padre ha conjurado expresamente al pueblo, diciendo: Maldito sea el hombre que comiere hoy manjar. Y el pueblo desfallecía. 29 Y respondió Jonathan: Mi padre ha turbado el país. Ved ahora cómo han sido aclarados mis ojos, por haber gustado un poco de esta miel: 30 ¿Cuánto más si el pueblo hubiera hoy comido del despojo de sus enemigos que halló? ¿No se habría hecho ahora mayor estrago en los Filisteos? I Samuel 14:27-30

De allí que, de antiguo se había estipulado por la Sabiduría del Espíritu de Dios, la necesidad de poner cuchillo en la garganta cuando se tiene de frente la oportunidad de comer en saciedad.[23] A la luz de esto mismo se recomienda tiempos anuales para evitarse de comer levadura,[24] se recomienda compartir el pan con el hambriento,[25] completar votos para dedicarse al Señor,[26] y aun el abstenerse de manjares predilectos durante tiempos determinados.[27]

¿Toda comida es vehículo para transportar fuerzas de las tinieblas? No, no toda comida es vehículo para portar fuerzas de las tinieblas. Las comidas transportadoras de fuerzas de las tinieblas están sujetas a ciertas consideraciones espirituales que las vuelven susceptibles para transportar espíritus inmundos.

  • Comida consagrada a ídolos en fiestas paganas.

Acerca, pues, de las viandas que son sacrificadas a los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más de un Dios…   7Mas no en todos hay esta ciencia: porque algunos con conciencia del ídolo hasta aquí, comen como sacrificado a ídolos; y su conciencia, siendo flaca, es contaminada. 1ra. Corintios 8:4—7

La apostasía está unida a la comida, aunque resulte inverosímil creerlo, pero es parte de las estrategias satánicas para contaminar a pueblos enteros. En el Antiguo Testamento se narra la apostasía en la que entró el pueblo de Israel por causa de un festival al que fueron invitados como estratagema sugerido por Balaam para hacerlos caer en idolatría,[28]

Y REPOSO Israel en Sittim, y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab: 2Las cuales llamaron al pueblo a los sacrificios de sus dioses: y el pueblo comió, é inclinóse a sus dioses. Números 25:1-2

En los escritos de los evangelios se proclama que en los últimos tiempos se multiplicará la actividad apostata; no se trata de una actividad eclesiástica sino de una actividad regional basada en prácticas rituales aceptadas social y religiosamente que incluyen la comida y la bebida.

38Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día que Noé entró en el arca, 39Y no conocieron hasta que vino el diluvio y llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Mateo 24:38,39


28Asimismo también como fue en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29Mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y destruyó a todos: 30Como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará. Lucas 17:28-30

Un especial cuidado deben tener las iglesias cuando “aceptan” y celebran festivales regionales, permiten el ingreso de contaminación apostata, y se someten a las potestades que operan en dichas regiones.

Merece una especial mención el caso de España, las iglesias y los ministerios establecidos en España deben saber enfrentar adecuadamente las potestades satánicas de la región. La evangelización de España no será posible hasta que no vean que el asiento de la contaminación apostata se encuentra en la multitud de festivales regionales que se celebran; las corridas de toro y los sacrificios de carne de animales como parte de la gastronomía propia de los festivales, unido todo con el vino que se ingiere es lo que le otorga fortaleza a las potestades satánicas que operan en el país.

México celebra un culto a la muerte, y su culto se acompaña con comida preparada para los muertos. México es uno de los países de altos niveles de brujería y hechicería, y está basado en el culto a los muertos. Pan con figuras alegóricas a los “difuntos”, atoles y demás otras celebraciones que aun la iglesia creyente ha tolerado, son la fortaleza de las potestades satánicas que operan en el país. La violencia de México es tan solo una expresión de las potestades satánicas que operan y que demandan sangre en la región.


  • Comida ingerida bajo algún estado emocional de crisis

Cuando una persona ingiere comida bajo un estado de ánimo de crisis, la persona “come” su propio estado, y se constituye en contaminación. Se trata de cualquier estado de ánimo bajo condiciones de crisis: angustia, dolor, resentimiento, sufrimiento, depresión. Estas crisis provocan que los espíritus que sustentan este tipo de estados de ánimo puedan ingresar sin ningún impedimento a través de la comida.

Empero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme a la caridad. No arruines con tu comida a aquél por el cual Cristo murió…    20No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias: mas malo es al hombre que come con escándalo. Romanos 14:15—20


Airaos, y no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo; Efesios 4:26

Ahora podemos entender las palabras de David cuando escribió:

Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando. Salmos 23:5

Sencillamente lo que David está estableciendo es que él había depositado su confianza en el Señor, y que por su confianza en Él, su estado de ánimo no era alterado, mayormente cuando comía.


  • Comida cargada con perversidad y/o maldad

Este caso merece una especial atención. Se trata de comida preparada bajo la animosidad de quien la cocina; una persona que cocina comida y que tiene coraje por algo, o contra alguien, es comida que está recibiendo toda la “animosidad” de quien la cocina, al ser ingerida es portadora de una contaminación que puede incluso afectar la salud de quienes la comieron.

Cuando una persona cocina debe abstenerse de hacerlo bajo estados de animo incorrectos, y de todo pensamiento pervertido dirigido en contra de alguien, su estado de animo se transmite a través de la comida que cocina.

No es conveniente comer comida preparada por quien no conocemos, por eso escoger dónde comer cuando estamos fuera de casa es una tarea espiritual que demanda sensibilidad espiritual y no tan solo el gusto por la comida.

Bajo este principio opera todo tipo de alimento portador de hechicería; muchas personas han recibido hechizos a través de comida que han ingerido que ha sido cocinada por otras personas. No es conveniente aceptar comida en fechas donde se celebran festivales paganos, tales como Halloween, comidas con motivos de funerales, aun comidas con motivos de celebraciones de cumpleaños y bodas.

En resumen, las fortalezas espirituales tienden a fortalecerse con los años, con prácticas cíclicas, y con la implementación de comida y bebida durante su ejercicio. Las potestades que las promueven buscan introducir contaminación al espíritu del hombre. El apóstol Pablo reconoce que muchos hombres y mujeres de fe están dormidos espiritualmente, y todo por la contaminación que las tinieblas introdujeron en su seno,

29Porque el que come y bebe indignamente, juicio come y bebe para sí, no discerniendo el cuerpo del Señor. 30Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros; y muchos duermen. 31Que si nos examinásemos a nosotros mismos, cierto no seríamos juzgados. 1ra. Corintios 11:29-31

El Espíritu de Dios está visitando pueblos enteros para despertar al ejército de Dios que por haberse quedado dormido no ha visto, ni ha impedido, que las fuerzas satánicas siembren cizaña apostata en las regiones.

Mas durmiendo los hombres, vino su enemigo, y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Y como la hierba salió e hizo fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Y llegándose los siervos del padre de la familia, le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena simiente en tu campo? ¿de dónde, pues, tiene cizaña? 28 Y él les dijo: Un hombre enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la cojamos? Mateo 13: 25—28


Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera Antigua, 1909 (RVA)


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Pastor Pedro Montoya

Twitter: @PastorMontoya


[1] Genesis 1:26

[2] Juan 4:24

[3] Hebreos 1:3

[4] Deuteronomio 6:4

[5] Juan 1:16

[6] Filipenses 2:7

[7] Levítico 20:15

[8] Mateo 10:28

[9] 1ra. Corintios 15:49

[10] Romanos 6:16

[11] Levítico 21:1; Números 9:7

[12] Levítico 11

[13] Levítico 20:18; Ezequiel 18:6

[14] Números 35:32-34

[15] Levítico 18:27-29

[16] Genesis 3:10

[17] 1ra. Timoteo 5:23

[18] Deuteronomio 7:13; 28:4, 11 y 18

[19] Génesis 15:4

[20] Mateo 15:11

[21] Éxodo 12:12—14

[22] Juan 13:27

[23] Proverbios 23:2

[24] Éxodo 12:15

[25] Isaías 58:7

[26] Números 6:1-3

[27] Daniel 10:3

[28] Miqueas 6:5

Publicado por pastor Pedro Montoya

Life in Christ Jesus is the result of faith, of believing that Jesus of Nazareth is God incarnate and manifested as the Son of God, in order to, by His doctrine and example, reveal the way of reconciliation with the Creator whom He presented as the Father. Faith is a Revelation in itself, because no one can believe that God becomes man and maintains his status as God at the same time; faith is therefore the only way to find Jesus.

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