La Virtud de la Vida en Cristo
3:1-4 SI habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
En el capítulo tres de su epístola, el apóstol trata el tema de la vida en Cristo, lo que significa y los alcances que tiene en la regeneración de una vida que ha pasado toda su existencia bajo los efectos del paganismo ateo.
Ya en los capítulos anteriores, Pablo había introducido al lector en la enseñanza de que la vida en Cristo es una vida vivida conforme a la Revelación del misterio que había estado oculto desde los siglos y edades (1:26); misterio según la Revelación que Pablo ha recibido, ha sido manifestado a sus santos, es decir, al pueblo judío, pero en su Gracia, Dios la extendió también entre los Gentiles; Pablo llama a este misterio con el nombre de: Cristo en vosotros la esperanza de gloria (1:27)
Así que, fundamentado sobre este establecimiento doctrinal, Pablo explica que la vida en Cristo es una vida por fe, es decir, una vida desarrollada sobre la doctrina de que quienes han venido a Jesús han sido resucitados juntamente con Él por medio de la fe en su nombre.
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Resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. (3:1)
Se trata de una confesión de fe que comienza con el reconocimiento público de que Jesús es Señor y Cristo,[1] le sigue el testimonio también público de que han muerto con Jesús por el bautismo,[2] para establecer finalmente, que la vida en Cristo es una vida nueva vivida a través de la confesión de que el hombre y la mujer de fe ha resucitado juntamente con Jesús; y no solo eso, sino que aunque siga viviendo aun sobre la tierra, el hombre y la mujer de fe también está en lugares celestiales juntamente con Él.[3]
La vida en Cristo consiste en buscar las cosas de arriba; buscar y ocuparse de las cosas de la tierra provoca que la persona retroceda en cuanto a la fe, y hace que pierda de vista a Jesús, el autor y consumador de la fe.
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Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. (3:2)
Pero Pablo no se queda solo con esta definición de la vida en Cristo, que de por sí ya es contundente, sino que la amplía aún más explicando que la fe no es un acto puntual, sino un progreso que se nutre de la perseverancia doctrinal de que vivir en Cristo es equivalente a estar muerto a todos los intentos humanos que buscan acercarse a Dios por sus propios esfuerzos.
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Porque muertos sois, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (3:3)
La vida en Cristo para Pablo significa haber resucitado a la vida que Dios ha dado por Jesús, pero haber muerto al pecado y a la Ley, y a cualquier otro ritual pagano que religiosamente induce a las personas a justificarse por ellas. Pablo explica en otra de sus epístolas que por la fe en Jesús, ni el pecado, ni la Ley, ni la muerte tienen más jurisdicción sobre el hombre y la mujer de fe.
2En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?… 6Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre juntamente fue crucificado con él, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, a fin de que no sirvamos más al pecado… 7Porque el que es muerto, justificado es del pecado… 10Porque el haber muerto, al pecado murió una vez; mas el vivir, a Dios vive. Romanos 6:2-10
La vida en Cristo es la única forma establecida por Dios por medio de la cual el hombre y la mujer de fe podrán disfrutar de la resurrección de entre los muertos. La vida en Cristo es el único medio establecido por Dios por la cual el hombre puede alcanzar la salvación.
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Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. (3:4)
3:5-9 5Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría: 6Por las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión. 7En las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo viviendo en ellas. 8Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,
La vida en Cristo no puede crecer juntamente con las manifestaciones propias de la carne, así que Pablo exhorta a toda la comunidad de fe de Colosas a hacer morir los vínculos que todavía los une a las formas culturales de cómo la región les enseñó a vivir; ya anteriormente el apóstol había establecido la necesidad de buscar las cosas de arriba, y junto a ello, que el hombre y la mujer de fe son muertos al pecado, a la Ley y a toda forma humana de reivindicarse ante Dios; Pablo ahora establece la forma divina de cómo el hombre y la mujer de fe deben vivir la vida en Cristo.
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Amortiguad, pues, vuestros miembros que están sobre la tierra: fornicación, inmundicia, molicie, mala concupiscencia, y avaricia, que es idolatría: (3:5)
Lo primero que el hombre y la mujer de fe tienen que hacer es hacer morir (νεκρωσατε) las costumbres regionales que alimentan los hábitos de vida usuales; y explica, hagan morir todo aquello que tenga que ver con fornicación (πορνειαν), lo cual incluye la prostitución en todas sus formas, y por extensión, idolatría; hagan morir todo aquello que tenga que ver con inmundicia (ακαθαρσιαν), lo cual incluye la masturbación, y las prácticas sexuales que denigren al matrimonio; hagan morir todo aquello que tenga que ver con pasiones (παθος), lo cual incluye el lesbianismo, el homosexualismo, el bestialismo y las tendencias sexuales basadas en la lujuria y en la sensualidad; hagan morir todo aquello que tenga que ver con mala concupiscencia (επιθυμιαν κακην), lo cual incluye los deseos desmedidos por alcanzar algo, los afanes, las envidias y los hurtos; hagan morir todo aquello que tenga que ver con la avaricia (πλεονεξίαν), lo cual tiene que ver con el amor excesivo por las riquezas y/o propiedades. Todo esto, explica Pablo, es equivalente a practicar idolatría (είδωλοατρεια).
Pablo establece que la ira de Dios viene a ciertas regiones precisamente por la práctica que sus moradores hacen de ellas,
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Por las cuales cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de rebelión. (3:6)
La vida en Cristo consiste en despojarse del viejo hombre, es decir, la vieja forma de vida conforme a las costumbres paganas de la región. Pablo exhorta a identificar las manifestaciones del viejo hombre a través de sus frutos: ira (venganza οργην), enojo (furia, rabia, θυμον), malicia (maldad oculta, simulación, κακιαν), maledicencia (llamar bueno a lo malo, doble sentido, βλασφημιαν), torpes palabras (vocabulario vulgar y soez, αισχρολογιαν), mentira (ψευδεσθε).
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8Mas ahora, dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, maledicencia, torpes palabras de vuestra boca. 9No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, (3:8-9)
3:10-12 10 Y revestidos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme a la imagen del que lo crio; 11 Donde no hay Griego ni Judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni Scytha, siervo ni libre; mas Cristo es el todo, y en todos. 12 Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia;
Pablo había establecido anteriormente que el hombre y la mujer de fe están escondidos con Cristo en Dios. Pablo amplia aquí la enseñanza estableciendo que estar escondido en Cristo significa vestirse de Cristo, es decir, permitir que Cristo se manifieste en él como si Jesús volviera nuevamente a vivir, solo que esta vez a través del hombre y de la mujer de fe.
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Y revestidos del nuevo, el cual por el conocimiento es renovado conforme a la imagen del que lo crio; (3:10)
La vida en Cristo no reconoce nacionalidad; la vida en Cristo es Jesús mismo manifestado en aquel que cree,
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Donde no hay Griego ni Judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni Scytha, siervo ni libre; mas Cristo es el todo, y en todos. (3:11)
La vida en Cristo es la manifestación sobre la tierra de cómo se vive en los cielos. La vida en Cristo es vivir como escogidos de Dios, es vivir manifestando la santidad de Dios, es mostrar a los demás, a los que no han creído, el amor de Dios hacia ellos. Las entrañas de misericordia es el amor de la madre por el hijo, es un amor con devoción, con entrega, con compromiso; un amor de entrega, de formación. Es un amor de padre hacia los hijos, ese es el amor de la vida en Cristo.
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Vestíos pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de tolerancia; (3:12)
Claro está que el apóstol no esta sugiriendo que “adopten” una conducta uniforme, como si se tratase de una subcultura religiosa para que los otros “vean” en ellos a un pueblo “escogido”; ya anteriormente Jesús mismo había denunciado la práctica hipócrita de los fariseos, que todas sus obras hacen para ser mirados de los hombres; porque ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos.[4] Así que, a todas luces, la exhortación de Pablo no es la sugerencia para que adopten una postura externa; la exhortación de Pablo está dirigida a dejar las costumbres paganas para en su búsqueda de las cosas de arriba, cada uno traiga para sí la imagen del celestial.[5]
3:13-16 13 Sufriéndoos los unos a los otros, y perdonándoos los unos a los otros si alguno tuviere queja del otro: de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. 14Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección. 15Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos. 16La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con salmos é himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor.
El siguiente bloque de la epístola está dirigido a recordarle a la comunidad de fe de Colosas que la vida en Cristo consiste en seguir el modelo de vida de Jesús. Pablo anteriormente les ha enseñando cómo él a través de sus muchas tribulaciones y cárceles está completando en su carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia (1:24); por lo tanto, sufriéndose los unos a los otros significa que cada quien completa en sus propios cuerpos lo que falta de las aflicciones de Cristo por los hermanos, lo cual debe hacerse con gozo. Para Pablo esta instrucción es vital para la formación y la salvación de los unos por los otros, no se trata solo de un “sufrir” estoico sino la Gloria del Evangelio de cómo los unos ayudan a la formación de los otros; Pablo concluye la instrucción, diciendo: de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.
Pablo presenta la enseñanza de que la iglesia es una comunidad formativa y educativa, él dice que cada miembro de ella debe aportar a la formación de los demás, de allí que las recomendaciones son:
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vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección. (3:14)
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Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos. (3:15)
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La palabra de Cristo habite en vosotros en abundancia en toda sabiduría, enseñándoos y exhortándoos los unos a los otros con salmos é himnos y canciones espirituales, con gracia cantando en vuestros corazones al Señor. (3:16)
Amor, paz y abundancia de Palabra son la máxima instrucción para una vida plena conforme a la fe en Jesús.
3:17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra, o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por él.
Esta exhortación es básicamente el centro de la epístola; con esta instrucción se resume todas las demás otras instrucciones del apóstol. La vida por fe consiste en hacerlo todo en el nombre de Jesús, es decir, hacerlo entendiendo que cada quien manifiesta a Jesús a través de sí; así que haciéndolo en el nombre de Jesús es como si Jesús mismo lo hubiera hecho, y las demás personas tienen testimonio doctrinal de lo que significa Cristo en vosotros la esperanza de Gloria. (1:27)
3:18-22 18Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. 19Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis desapacibles con ellas. 20Hijos, obedeced a vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor. 21Padres, no irritéis a vuestros hijos, porque no se hagan de poco ánimo. 22Siervos, obedeced en todo a vuestros amos carnales, no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios:
Las siguientes son recomendaciones generales que el apóstol agrega prácticamente en todas sus epístolas.
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Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. (3:18)
La razón de por qué Pablo exhorta a las casadas a estar bajo sujeción de sus maridos no es porque sea un elemento cultural de las regiones del Asia menor, es por causa del testimonio de la vida en Cristo que ellas pueden dar a sus propios maridos, lo leemos en otra de sus epístolas:
A ser templadas, castas, que tengan cuidado de la casa, buenas, sujetas a sus maridos: porque la palabra de Dios no sea blasfemada. Tito 2:5
El apóstol Pedro también lo recomienda como parte del testimonio de las esposas a sus propios maridos,
ASIMISMO vosotras, mujeres, sed sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conversación de sus mujeres, 1ra. Pedro 3:1
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Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis desapacibles con ellas. (3:19)
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Hijos, obedeced a vuestros padres en todo; porque esto agrada al Señor. (3:20)
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Padres, no irritéis a vuestros hijos, porque no se hagan de poco ánimo. (3:21)
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Siervos, obedeced en todo a vuestros amos carnales, no sirviendo al ojo, como los que agradan a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo a Dios: (3:22)
3:23-25 23Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no a los hombres; 24Sabiendo que del Señor recibiréis la compensación de la herencia: porque al Señor Cristo servís. 25Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas.
Pablo está casi a punto de concluir a su epístola. En tres capítulos ha enseñado sobre el Evangelio a los gentiles, ha explicado cómo los gentiles fueron incluidos en la Gracia de Jesús, y no porque fueron exigidos a convertirse en prosélitos. Pablo ha explicado sobre que hay doctrinas, como las judaicas, que atentan contra la legitimidad del Evangelio y cómo el hombre y la mujer de fe pueden guardarse de no caer en tales errores; y finalmente ha explicado sobre la vida en Cristo, en qué consiste y las recomendaciones que deben tenerse en cuenta para crecer en el conocimiento de Dios.
Aunque Pablo manifestó en la introducción de su epístola que él tenía un conflicto por no poder estar con ellos en forma personal, para para fortalecer sus corazones, y para dirigirlos con amor, para que entiendan y no desistan de las riquezas del conocimiento revelado de Dios, y del Padre, y de Cristo (2:1-2), Pablo ha encontrado la forma por la enseñanza de solventar su conflicto y hacer que ellos mismo tengan una regla de fe para medir sus propias acciones. Pablo establece la medida de fe en las siguientes palabras: Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no a los hombres; (3:23)
Pablo pretende que cada uno juzgue sus propias acciones, y que cada uno determine cuánto de lo que hacen está consagrado para el Señor. Es una regla de fe con sabiduría: Sabiendo que del Señor recibiréis la compensación de la herencia: porque al Señor Cristo servís. (3:24) Está basado en las palabras de Jesús
Mas cuando haces banquete, llama a los pobres, los mancos, los cojos, los ciegos; 14 Y serás bienaventurado; porque no te pueden retribuir; mas te será recompensado en la resurrección de los justos. Lucas 14:13-15
Las últimas palabras de Pablo son prácticamente una cita directa de la Ley mosaica: Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas. (3:25)
Rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente: según la lesión que habrá hecho a otro, tal se hará a él. Levítico 24:20
Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera Antigua, 1909 (RVA)
Pastor Pedro Montoya
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[1] Romanos 10:9: Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
[2] Romanos 6:3: ¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte?
[3] Efesios 1:3: Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesús Cristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en lugares celestiales en Cristo:
[4] Mateo 23:5
[5] 1ra. Corintios 15:49