Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios: mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos por siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley. Deuteronomio 29:29
¿Existe algún proceso de preparación para propiciar un ambiente de Revelación?
Recientemente, mientras preparaba material para una clase sobre el carácter espiritual del llamado al ministerio, y el grado de revelación que la persona llamada por Dios necesita tener para ser efectivo como dispensador de los misterios de Dios, llegué a pensar que existe un proceso de preparación previo para exponerse al momento de la Revelación. Comenté sobre mi inquietud con otro ministerio y tuve como respuesta que cuando Dios decide revelar sus misterios, la persona no tiene necesidad, ni tiempo, para prepararse, Dios lo hace en la decisión de su Soberanía y la persona la recibe, y la transmite.
De momento abandoné la idea, pues entendí que la respuesta era contundente y estaba basada en la Palabra: No por obras, para que nadie se gloríe,[1] según escribió el apóstol Pablo a la comunidad de Efeso.
Sin embargo, al paso de los días aun continuó la idea, y aunque entendía que el hombre y la mujer de Dios no pueden hacer nada para provocar que Dios disponga revelarles sus misterios, me preguntaba aun qué cosa hizo Abraham para ser escogido de entre tantos similares a él para que Dios le confiara un proyecto de restauración tan grande; qué cosa hizo que Jacob fuera amado por Dios por encima de Esaú; en términos generales, qué hicieron los hombres y mujeres del pasado, escogidos por Dios para que Él les confiara sus misterios, ¿acaso simple elección sin mayor requisito de cualificación?
En el proceso aprendí que Dios no revela a nadie sin antes haber confirmado por sí mismo que a quien Él revelará sus misterios es digno de recibirlos, y que el tal está dispuesto a vivir según ellos.
Dios prueba para determinar la nobleza y la dignidad de quienes serán herederos de sus misterios; las Escrituras lo confirman:
Y Jehová dijo a Gedeón: Aun es mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí yo te los probaré; y del que yo te dijere: Vaya este contigo, vaya contigo: mas de cualquiera que yo te dijere: Este no vaya contigo, el tal no vaya. Jueces 7:4
El profeta Oseas lo propuso de la siguiente forma,
Empero he aquí, yo la induciré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón. Oseas 2:14
Todos son precandidatos, esto para que nadie se queje de que Dios hace acepción de personas, pero la elección es según dignidad, la dignidad que muestran hacia las cosas de Dios. Los escogidos fueron considerados y probaron ser dignos de tal distinción. Si verificamos en las Escrituras del Nuevo Testamento, aun Jesús mismo fue sometido al mismo proceso,
Entonces Jesús fue llevado del Espíritu al desierto, para ser tentado del diablo. Mateo 4:1 (Lucas 4:1)
Revisemos las revelaciones depositadas en Abraham. Jesús sacó a la luz un misterio que si Jesús no lo hubiera referido nunca habría habido forma de saberlo. Miles años antes del nacimiento de Jesús, Abraham vio a Jesús, y se gozó;
Abraham vuestro padre se gozó por ver mi día; y lo vio, y se gozó. Juan 8:56
¿Cómo logró tal apertura a la Revelación? Para contestar esta pregunta es necesario forjarnos otra pregunta: ¿Cuándo sucedió ese momento de Revelación? ¿Antes o después de casi haber sacrificado a Isaac?
Abraham fue aprobado en obediencia, sometido a prueba repetidas veces. Veámoslo. Primero probado en su disposición de salir de la tierra que le significaba seguridad,
Empero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré; Génesis 12:1
Luego, ya en la tierra de Canaán, Abraham fue probado en su capacidad de creer a Dios aún por encima de su discapacidad procreativa,
Y luego la palabra de Jehová fue a él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas será el que te herede. 5Y sacóle fuera, y dijo: Mira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente. 6Y creyó a Jehová, y contóselo por justicia. Génesis 15:4-6
Abraham es sometido a una prueba de obediencia aún más dolorosa cuando es demandado a expulsar a su hijo Ismael,
Por tanto dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo; que el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo, con Isaac. 11Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. 12Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. Génesis 21:10-12
Pero la prueba de obediencia mayor fue cuando Abraham fue requerido por Dios para sacrificar a su hijo Isaac, el de la promesa,
Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré. Génesis 22:2
Las evidencias de los mismos relatos apuntan a que los momentos de Revelación de Abraham fueron después de haber atendido esta última prueba de fe. La prueba de fe en realidad consistía en una prueba de dignidad. Abraham fue encontrado digno de recibir las Revelaciones de Dios.
Y dijo: No extiendas tu mano sobre el muchacho, ni le hagas nada; que ya conozco que temes a Dios, pues que no me rehusaste tu hijo, tu único. Génesis 22:12
El apóstol Pablo escribiendo sobre este hecho, explicó:
…creyó Abraham a Dios, y le fue atribuido a justicia… Romanos 4:3
Tal atribución de justicia fue considerada ante Dios como una atribución de dignidad, para que así fuera constituido como el padre espiritual de una nueva generación de hombres y mujeres dignos de recibir Revelación de los misterios de Dios,
Y recibió la circuncisión por señal, por sello de la justicia de la fe que tuvo en la incircuncisión: para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, para que también a ellos les sea contado por justicia; Romanos 4:11
Este mismo proceso fue destacado por David, quien aunque bajo el manto del rigor de la Ley, él mismo disfrutó de los beneficios de la Gracia de Jesús,
Mas al que no obra, pero cree en aquél que justifica al impío, la fe le es contada por justicia. 6Como también David dice ser bienaventurado el hombre al cual Dios atribuye justicia sin obras, 7Diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. 8Bienaventurado el varón al cual el Señor no imputó pecado. Romanos 4:5-8
Así que, sí existe un proceso de preparación para la exposición ante la Revelación, pero no es provocado por el hombre, sino todo lo contrario, es un proceso desarrollado por Dios para descubrir cuán digna es la persona de contener Sus misterios. El hombre no puede hacer nada para asegurar que Dios le confiará Su Revelación. En todo este proceso podemos comprobar la presencia del misterio del amor de Dios.
El siguiente principio que aprendí es que pese a lo digno que sea la persona ante Dios de recibir y vivir según la Revelación de Dios, no todos desarrollan en su totalidad los beneficios de la Revelación; a unos les cuesta más que a otros lograr establecerlos.
Y esto no porque Dios así lo decida hacer, sino porque los procesos propios de cada quien así lo determinan. La parábola del sembrador logra confirmar este planteamiento.
Y parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta. Mateo 13:8
Si se trata del mismo terreno, y de la misma semilla, ¿Cómo es posible que los resultados sean diferentes?
Las parábolas de los obreros a quienes el amo les entrega sus bienes, la parábola de los talentos,[2] y la parábola de las minas,[3] parábolas con el mismo tema de enseñanza de la parábola del sembrador, descubren que la diferencia en resultados es debido a la facultad de cada quien; es decir, conforme a lo diáfano de la visión de cada quien de entender la obra que realizan.
Esto queda de manifiesto en la respuesta que los siervos le presentan a su señor en ambas parábolas. El siervo malo y negligente, en la parábola de los talentos responde,
Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste, y recoges donde no esparciste; 25Y tuve miedo, y fui, y escondí tu talento en la tierra: he aquí tienes lo que es tuyo. Mateo 25:24-25
Lo mismo acontece con el siervo malo, en la parábola de las minas,
Y vino otro, diciendo: Señor, he aquí tu mina, la cual he tenido guardada en un pañizuelo: 21Porque tuve miedo de ti, que eres hombre recio; tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste. Lucas 19:20-21
En ambas parábolas es presentado el mismo esquema: todos precalificados para ejecutar una operación especial, pero los resultados de cada quien son en base a la facultad de cada quien para desarrollar la visión de otro y trabajarla como propia. Parte de la enseñanza es la participación del siervo malo, su negligencia es destacada para ilustrar cómo su fracaso se debió a una visión entorpecida de la situación, lo que hizo que no pudiera reaccionar con cordura y al menos entregar el dinero a los banqueros.
No todos desarrollan en su totalidad los beneficios de la Revelación, y no porque Dios así lo decida sino por causa de los procesos propios de cada quien. Cada quien producirá y establecerá según lo revelado en la medida que logre descontaminar los siguientes procesos:
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La visión acerca de las circunstancias
Aprender a ver como Dios mira y dejar de ver como el hombre acostumbra ver las cosas, fue el tema central de la doctrina de la perfección predicada por los apóstoles en los primeros años de la fundación de la iglesia. El tema no fue nunca un beneficio optativo para mejorar el discernimiento o el criterio cristiano, sino todo lo contrario, se constituyó en la obra de perfección del nuevo nacimiento. La causa del estancamiento o de la inacción en la vida de fe, y aun ministerial, es precisamente la falta de una visión adecuada,
¿No decís vosotros: Aún hay cuatro meses hasta que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad las regiones, porque ya están blancas para la siega. Juan 4:35
Samuel se vio afectado cuando el pueblo pidió rey, y fue porque él vio que la solicitud del pueblo significaba rechazo a su gestión profética,
Y descontentó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová. 7Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te dijeren: porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. I Samuel 8:6-7
La forma de ver las cosas puede traer luz o tinieblas a la vida de cada quien,
La lámpara del cuerpo es el ojo: así que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo será luminoso: 23Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo será tenebroso. Así que, si la lumbre que en ti hay son tinieblas, ¿cuántas serán las mismas tinieblas? Mateo 6:22-23
La versión presentada por el escritor del evangelio de Lucas destaca el hecho de que muchas personas viven a expensas de una visión distorsionada de la obra de Dios,
La antorcha del cuerpo es el ojo: pues si tu ojo fuere simple, también todo tu cuerpo será resplandeciente; mas si fuere malo, también tu cuerpo será tenebroso. 35Mira pues, si la lumbre que en ti hay, es tinieblas. 36Así que, siendo todo tu cuerpo resplandeciente, no teniendo alguna parte de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una antorcha de resplandor te alumbra. Lucas 11:34-36
El pecado entró precisamente por la vista,
Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Génesis 3:6
Pablo ve lo importante de una visión correcta, ello puede hacer la diferencia entre una construcción espiritual correcta o deformada, incluso apostata.
Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima: empero cada uno vea cómo sobreedifica. 1ra. Corintios 3:10
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La forma de pensar y de sentir de cada quien
La forma de pensar y la forma de sentir son la parte de la personalidad del ser humano más susceptible de sufrir cambios de postura, a tal grado que los cambios pueden darse en cortos lapsos de tiempo aun sin la presencia de un periodo de transición. Esto por supuesto, bajo los efectos de la presión de las circunstancias sobre la persona. En condiciones óptimas el pensamiento y el sentimiento de alguien puede mantenerse invariable.
Pero, ante la presión de circunstancias que atenten contra la comodidad del entorno de alguien, inmediatamente comenzaran a surgir cambios en la postura de la persona.
Mas temo que como la serpiente engaño a Eva con su astucia, sean corrompidos así vuestros sentidos en alguna manera, de la simplicidad que es en Cristo. 2da. Corintios 11:3
Si en adición consideramos que los pensamientos y los sentimientos están conectados, y los unos involucran a los otros, una persona operando bajo el compromiso de ambos bajo una misma asignación puede llegar a desarrollar una fuerza poderosa de resistencia y obstinación irracional.
Satanás conoce esta característica humana, por eso en muchas ocasiones son su herramienta más poderosa para llevar a muchos a su misma destrucción,
Empero los sentidos de ellos se embotaron; porque hasta el día de hoy les queda el mismo velo no descubierto en la lección del antiguo testamento, el cual por Cristo es quitado. 2da. Corintios 3:14
De allí que, cuidar la forma de pensar y la forma de sentir ocuparon dentro de la doctrina de los apóstoles del primer siglo una posición sumamente importante para el desarrollo de la vida de fe; tanto así que el apóstol Pablo al dirigir su primera epístola a la comunidad de fe mas carnal[4] de todas las que él ha visitado, les confronta que cómo puede uno que tiene la mente de Cristo actuar con semejante carnalidad,
Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruyó? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo. 1ra. Corintios 2:16
Un pensamiento no sujeto a la obediencia de Cristo; y por extensión, un sentimiento no sujeto a la obediencia de Cristo, son un pensamiento y un sentimiento que naufraga a la deriva, susceptibles de incurrir en engaño,
Que ya no seamos niños fluctuantes, y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia los artificios del error: Efesios 4:14
La doctrina apostólica establece que el requisito para vivir la vida de fe es a través de la decisión de sujetar los pensamientos y los sentimientos a la obediencia del Señorío de Cristo,
Destruyendo consejos, y toda altura que se levanta contra la ciencia de Dios, y cautivando todo intento a la obediencia, de Cristo; 2da. Corintios 10:5
De allí que, la recomendación apostólica sea: Pensar según establecido en la enseñanza de Jesús,
Así también vosotros, pensad que de cierto estáis muertos al pecado, mas vivos a Dios en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:11
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fui hombre hecho, dejé lo que era de niño. 1ra. Corintios 13:11
No que seamos suficientes de nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra suficiencia es de Dios; 2da. Corintios 3:5
Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: Que si uno murió por todos, luego todos son muertos; 2da. Corintios 5:14
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si alguna alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:8
La recomendación apostólica es: Sentir según establecido en la enseñanza de Jesús,
Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús: Filipenses 2:5
Como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, sois todos vosotros compañeros de mi gracia. Filipenses 1:7
Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia: empero perfectos en el sentido. 1ra. Corintios 14:20
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La forma de tratar a las demás personas
Nadie podría creer que la forma de tratar a las demás personas tenga injerencia en el desarrollo de la Revelación que podamos recibir de parte de Dios, pero es así; el trato que dispensemos hacia los demás puede incrementar los niveles de Revelación, dependiendo de si dispensamos un buen trato; o detenerlo o hacerlo decrecer, si por el contrario dispensamos un mal trato hacia los demás.
La base de este principio se encuentra en la enseñanza que Jesús compartió con sus discípulos en torno a dar de Gracia lo de Gracia hemos recibido,[5] y en torno al perdón.[6]
¿No te convenía también a ti tener misericordia de tu consiervo, como también yo tuve misericordia de ti? 34Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Mateo 18:33-34
Esta enseñanza puede resumirse en las siguientes Palabras,
Y como queréis que os hagan los hombres, así hacedles también vosotros: Lucas 6:31
El escritor de la epístola a los Hebreos reconoce que el buen trato a los necesitados hizo que algunos hospedaran ángeles sin ellos saberlo,
No olvidéis la hospitalidad, porque por ésta algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Hebreos 13:2
El maltrato a una persona es considerado una ofensa directa a Jesús, y evita por ello recibir de Él la Revelación de sus misterios,
Entonces el Rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui huésped, y me recogisteis; 36Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí. 37Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿O sediento, y te dimos de beber? 38¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿O desnudo, y te cubrimos? 39¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis. Mateo 25:34-40
En resumen, como habremos considerado, la Revelación no llega de la nada, ni es el resultado de la observancia de prácticas rituales como muchas veces los estudios religiosos pudieran habernos sugerido. No es por lo que el hombre y la mujer hacen, o dejan de hacer, que alcanzan los beneficios de ser receptores de los misterios de Dios.
Por el contrario, la Revelación de los misterios y proyectos de Dios al hombre son la decisión de Dios en respuesta a la dignidad que el hombre y la mujer muestran hacia las cosas de Dios, cuando en su momento son probados bajo las circunstancias de optar entre sus beneficios personales, o los beneficios del Reino.
Hay sin embargo, procesos que entorpecen el pleno desarrollo de la Revelación, estos procesos son situaciones propias de cada quien, según lo diáfano de las decisiones de cada quien en torno a saber cómo conducirse entre las circunstancias,
Y si no fuere tan presto, para que sepas cómo te conviene conversar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y apoyo de la verdad. 1ra. Timoteo 3:15
Dios quiere llevarnos a todos a que alcancemos la plenitud de la estatura de Cristo, ¿es esa también nuestra decisión?
Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo: Efesios 4:13
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Pastor Pedro Montoya
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[1] Efesios 2:9
[2] Mateo 25:14-30
[3] Lucas 19:12-27
[4] 1ra. Corintios 3:1-4
[5] Mateo 10:8
[6] Mateo 6:12; Lucas 11:4