Y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos.

Mateo 5:41

No se sorprenda por la pregunta, no se trata de una pregunta insolente; la pregunta es legítima y se fundamenta en el contexto de la Ley Mosaica del pensamiento religioso de quienes escucharon la doctrina de Jesús; ¿Por qué llevar la carga por dos millas, si la Ley nos autoriza a llevarla por una, cuando el caso lo amerita?

Los judíos, acostumbrados a hacer todas las cosas basados en algún precepto de la Ley y de la tradición de los ancianos, no vieron la instrucción de Jesús como un atentado a su fundamento doctrinal; La instrucción de Jesús no fue ningún mandamiento nuevo, ellos sabían perfectamente a qué Jesús se estaba refiriendo, lo nuevo de la instrucción fue el que Jesús extendiera los límites permitidos de hasta donde estaban obligados a hacer las cosas. ¿Por qué?

El lector puede verificar en el texto del relato que la instrucción de Jesús fue establecida en enseñanza sobre la base de, ojo por ojo, y diente por diente, estatuto de la Ley Mosaica, mejor conocido como la ley de la restitución por el daño infringido a segundas y terceras personas. El precepto de la ley establecía que la restitución tenía que ser de la misma magnitud del daño infringido. En el libro de Levítico leemos el enunciado de esta ley:

17 Asimismo el hombre que hiere de muerte a cualquiera persona, que sufra la muerte. 18 Y el que hiere a algún animal ha de restituirlo: animal por animal. 19 Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho: 20 Rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente: según la lesión que habrá hecho a otro, tal se hará a él. 21 El que hiere algún animal, ha de restituirlo; mas el que hiere de muerte a un hombre, que muera. 22 Un mismo derecho tendréis: como el extranjero, así será el natural: porque yo soy Jehová vuestro Dios.

Levítico 24:17-21

En ese sentido, ojo por ojo, y diente por diente, significa que cualquier daño en el cual cada quien incurra será enmendado de la misma forma, y en la misma magnitud, del daño producido; la ley es clara al especificar que según la lesión que habrá hecho a otro, tal se hará a él, y no por cuestiones de venganza, sino para significar que todo daño tiene que ser enmendado sin dejar consecuencia alguna sin subsanar. La ley no contempla la posibilidad de ‘venganza’, no es una ley de la revancha, por el contrario, es una ley didáctica que establecía respeto y que le reconocía el ‘derecho’ que cada tiene de que respeten su propiedad.

La ley fue promulgada no tan solo como herramienta para sancionar la conducta de quienes infringían daño a otros; la ley tenía el propósito doble de que el pueblo aprendiera a establecer límites a sus acciones personales en relación a sus más cercanos, por una parte; pero, primordialmente, para llevar al pueblo al entendimiento de la necesidad de restituir a aquellos que caen en pérdidas de bienes y de desprestigio de dignidad; un propósito bastante similar al establecido con respecto a la celebración de los años de Jubileo, en los que se promulgaba la restauración de las propiedades y libertades de quienes habían caído en esclavitud por causa de deudas impagables.

Y te has de contar siete semanas de años, siete veces siete años; de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años. Entonces harás pasar la trompeta de jubilación en el mes séptimo a los diez del mes; el día de la expiación haréis pasar la trompeta por toda vuestra tierra. 10 Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores: este os será jubileo; y volveréis cada uno a su posesión, y cada cual volverá a su familia.

Levítico 25:8-10

Cuando Jesús cita la ley, ojo por ojo y el diente por diente, y enseña sobre la virtud de llevar la carga por dos millas, no está estableciendo que lo anterior dejó de tener vigencia y significado, lo hace más bien para establecer un camino más excelente en la ruta de la justificación por la fe en Dios. Nótese en el relato que justo antes de establecer la enseñanza de llevar la carga por dos millas, Jesús enfatizó: No resistáis al mal, queriendo decir con ello, no busques imponer tu derecho contra el que te daña. ¿Cuál es el camino más excelente? ¿en que consiste? ¿Cómo llevar la carga por dos millas me hace más justo?

Llevar la carga por la primera milla cuando no lo quiero hacer, es decir, cuando me obligan a hacerlo, según el ojo por ojo y el diente por diente, representa el ‘daño’ provocado sobre mi persona; mi derecho está representado en la primera milla, estoy en mi derecho de que quien me obliga a llevar la carga pague también de la misma forma, es decir, que él también lleve la carga por una milla. Pero Jesús dijo, no busques imponer tu derecho contra el que te daña, lo cual significa, renuncia a tu derecho de restitución. ¿Por qué renunciar a mi derecho?

En una enseñanza alterna Jesús ensenó que el daño que el hombre sufra no quedará impune, que su daño será restituido, y ensenó junto a ello, que mejor cosa es ser restituido por Dios mismo: y tu Padre que ve en secreto, él te recompensará en público (6:4,6,18). De esta enseñanza surge el siguiente estatuto de fe:

El hombre recibe de Dios lo mismo que está dispuesto a entregar.

23 Por lo cual, el reino de los cielos es semejante a un hombre rey, que quiso hacer cuentas con sus siervos. 24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. 25 Mas a éste, no pudiendo pagar, mandó su señor venderle, y a su mujer e hijos, con todo lo que tenía, y que se le pagase. 26 Entonces aquel siervo, postrado, le adoraba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. 27 El señor, movido a misericordia de aquel siervo, le soltó y le perdonó la deuda…   32 Entonces llamándole su señor, le dice: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste: 33 ¿No te convenía también a ti tener misericordia de tu consiervo, como también yo tuve misericordia de ti?  34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. 35 Así también hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonareis de vuestros corazones cada uno a su hermano sus ofensas.

Mateo 18:23-35

¿Qué significa la segunda milla? La segunda milla representa según el ojo por ojo y el diente por diente, la milla que le corresponde ‘pagar’ a quien te hirió por haberte obligado a llevar la carga por una milla; Jesús dijo: no demandes que él lleve la carga por la milla que le corresponde, hazlo tú por él. La segunda milla representa la evidencia de que no reclamas tu derecho de restitución, y que has decidido ‘perdonar’ a tu ofensor.

El camino más excelente para alcanzar la justificación por la fe en Dios, doctrina del Evangelio, se llama la ley del amor y del perdón. AMOR no es un sentimiento, es la decisión de fe de no demandar ni exigir mi derecho de restitución, es cederlo por amor de Jesús;[1] PERDÓN no es olvidar el mal que me causaron, es seguir haciendo bien aun cuando siga recibiendo mal.[2]



pastor Pedro Montoya


[1]              Pero las cosas que para mí eran ganancias, helas reputado pérdidas por amor de Cristo. Y ciertamente, aun reputo todas las cosas pérdida por el eminente conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y téngolo por estiércol, para ganar a Cristo, Filipenses 3:7-8

[2]              Entonces Pedro, llegándose a él, dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que pecare contra mí? ¿hasta siete? Jesús le dice: No te digo hasta siete, mas aun hasta setenta veces siete. Mateo 18:21-22

Publicado por pastor Pedro Montoya

Life in Christ Jesus is the result of faith, of believing that Jesus of Nazareth is God incarnate and manifested as the Son of God, in order to, by His doctrine and example, reveal the way of reconciliation with the Creator whom He presented as the Father. Faith is a Revelation in itself, because no one can believe that God becomes man and maintains his status as God at the same time; faith is therefore the only way to find Jesus.

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