Y levantóse Jonás, y fue a Nínive, conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad sobremanera grande, de tres días de camino. Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y pregonaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y pregonaron ayuno, y vistiéronse de sacos desde el mayor de ellos hasta el menor de ellos.

Jonás 3:3-5

La mayoría de nosotros estamos familiarizados con la historia de Jonás cuando fue comisionado por Jehová-Dios para pregonar juicio sobre la gran Nínive, por causa de la maldad que sus habitantes habían acumulado en todas sus acciones,

Y FUÉ palabra de Jehová á Jonás, hijo de Amittai, diciendo: 2Levántate, y ve a Nínive, ciudad grande, y pregona contra ella; porque su maldad ha subido delante de mí.

Jonás 1:1-2

Lo que llama la atención de la historia, es la cantidad de días que mediaban entre el pregón y el cumplimiento de la caída del juicio: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.

‘Cuarenta’ ha sido en todas las paginas de la historia bíblica un número que tiene que ver con juicio, precisamente; de las historias más conocidas tenemos como ejemplo, los cuarenta días del diluvio,[1] cuarenta años de peregrinaje por el desierto por causa de la duda que impusieron los diez espías enviados a reconocer la tierra de Canaán,[2] y cuarenta azotes de castigo al que fuere encontrado que delinquió en algún asunto civil;[3] Ezequiel presenta también un juicio sobre Egipto por cuarenta años.[4]


Existe, sin embargo, otros relatos que incluyen el numero ‘cuarenta’ y aparecen relacionados a la intervención de una persona, tal el caso de las historias de los reyes que reinaron sobre Israel, o sobre Judá, y lo hicieron por un periodo de ‘cuarenta’ años;[5] en estos casos el número ‘cuarenta’ muestra que los juicios no necesariamente tienen que ver con la caída de calamidades sobre la región, sino que también son la advertencia de situaciones que se pelean en los aires con respecto al futuro de la región; en ese sentido, ‘cuarenta’ años de reinado de David, y aun de Salomón, hablan de luchas espirituales de David y Salomón en contra de fuerzas satánicas de apostasía, que ya para los finales del reinado de Salomón comienzan a ejercer dominio sobre Israel. ‘Cuarenta’ es el número de guerra espiritual contra las fuerzas demoniacas apostadas en los aires de una región.

El caso del filisteo Goliath de Gath, que salió por espacio de cuarenta días a desafiar al ejército de Israel,[6] muestra con el numero ‘cuarenta’ el aspecto violento y peligroso de la guerra espiritual contra las fuerzas de las tinieblas; de David no haber vencido a Goliath ese día que se completaba el ciclo de los ‘cuarenta’ días, Israel habría perdido autoridad sobre los filisteos.


Hay todavía un caso más que necesitamos estudiar, y es el propósito principal de nuestra enseñanza, el de los cuarenta días de ayuno de Jesús,

Y habiendo ayunado cuarenta días y cuarenta noches, después tuvo hambre.

Mateo 4:2 (Lucas 4:2)

Ambos textos, el de Mateo como el de Lucas, describen el aspecto de la guerra espiritual que significó los ‘cuarenta’ días de ayuno;

Por cuarenta días, y era tentado del diablo.

Lucas 4:2

Y llegándose a él el tentador, dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se hagan pan.

Mateo 4:3

Jesús iniciaba con esta primera actividad la lucha para reconquistar la heredad que Adam había perdido en el Edén, el apóstol Pablo ‘nombra’ a Jesús como “el postrer Adam”,

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adam en ánima viviente; el postrer Adam en espíritu vivificante.

1 Corintios 15:45.

Los ‘cuarenta’ días de ayuno iniciaba la lucha para vencer en la cruz, al cabo de tres años y medio, al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, a Satanás,

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, al diablo,

Hebreos 2:14

¿Se reducía todo a ayunar cuarenta días? ¿en eso consistió la lucha? No, no se reducía a ayunar tan solo, debía hacerlo durante los ‘cuarenta’ días en cuenta regresiva previos a la celebración del día de la expiación,[7] Yom Kippur, celebrado el día diez del séptimo mes (Tishrei).


La importancia de los cuarenta días de ayuno consistía en el hecho de que ese día era el día de la expiación, día de pregón de libertad y reconciliación al pueblo; era además, sobre todo, el día cuando Jesús estaría iniciando su ministerio salvífico.


18 El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres: Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; Para pregonar a los cautivos libertad, Y a los ciegos vista; Para poner en libertad a los quebrantados: 19 Para predicar el año agradable del Señor. 20 Y rollando el libro, lo dio al ministro, y sentóse: y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él. 21 Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos.

Lucas 4:18-21

Los ‘cuarenta’ días de ayuno marcaban el valor espiritual de la obra de Dios que estaba por comenzar. El valor de los ‘cuarenta’ días de ayuno marcaban el valor de la obediencia a la Palabra de Dios como requisito de reconciliación,

Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre; porque yo, lo que a él agrada, hago siempre.

Juan 8:29

El apóstol Pablo destaca en su doctrina apostólica que el camino de la reconciliación del hombre consiste en la obediencia a la Palabra, la desobediencia acarrea perdición,

Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos.

Romanos 5:19

A manera de conclusión, los ‘cuarenta’ días de los ayunos de Jesús no solo fueron el preámbulo protocolar para inaugurar un tiempo de ministerio, fueron la base de la operación sobrenatural del Espíritu Santo en la obra y enseñanza de Jesús, que concluyó con el establecimiento de la Verdad que libertó de la condena de la muerte a todos los que en Él creyeron.[8] Los ‘cuarenta’ días de los ayunos de Jesús derribaron el imperio de maldad y perversión por el cual el hombre y la mujer se inclinan al mal; derribaron el imperio de la muerte por el cual el hombre y la mujer estaban condenados a muerte eterna, y derribaron el imperio de la mentira por el cual el hombre y la mujer se esconden en la hipocresía y mentira para vivir a expensas de las tinieblas; fueron verdaderos días de lucha espiritual.

A manera de aplicación, estamos próximos a repetir una historia similar a los ‘cuarenta’ días de los ayunos de Jesús, el próximo miércoles 23 de septiembre entraremos en una cuenta regresiva de cuarenta días para la celebración de la fecha de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de América, el 3 de noviembre, evento que afecta no solo a la nación per se, sino al futuro de muchas naciones del mundo.

Estos cuarenta días previos a la fecha de las elecciones son cruciales, los próximos cuatro años de gobierno de los Estados Unidos de América se estarán decidiendo dentro de esos cuarenta días previos; hay un pulseo espiritual para tratar de inclinar la balanza a cualquiera de los lados; los avances ­—o retrocesos— de lo que acontecerá en Israel durante los próximos cuatro años se estará decidiendo dentro de esos cuarenta días, es una fecha crucial.


Lo que está en debate en estas próximas elecciones es más importante de lo que estaba sobre la mesa de las decisiones en las elecciones pasadas; significa adelantar en la agenda de Dios, o retroceder y establecer un gobierno de confusión.


Donald Trump fue escogido por Dios para establecer sobre Israel el cumplimiento de la profecía más contundente que hayamos visto en tiempos modernos, la declaración mundial de Jerusalén como capital del Reino,

Y ACONTECERA en los postreros tiempos, que el monte de la casa de Jehová será constituido por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él pueblos.

Miqueas 4:1

Y con el cumplimiento de esta profecía se dio inicio al tiempo de la restauración de Israel, enseñanza presentada originalmente dentro de la doctrina de Jesús como el tiempo de recogimiento y paz sobre Israel,

Y caerán á filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones: y Jerusalem será hollada de las gentes, hasta que los tiempos de las gentes sean cumplidos.

Lucas 21:24

Esta misma enseñanza fue establecida y ratificada entre los gentiles, años más tarde, dentro de las enseñanzas del apóstol Pablo en su epístola a los Romanos,

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis acerca de vosotros mismos arrogantes: que el endurecimiento en parte ha acontecido en Israel, hasta que haya entrado la plenitud de los Gentiles;

Romanos 11:25

Así que, lo que está en debate no solo tiene que ver con Estados Unidos de América, es asunto de la agenda profética de Dios sobre Israel, y la consumación de Jerusalén como capital del Reino de Dios para establecer desde allí que Jesús es Señor y Cristo, porque así está escrito en la profecía de Isaías,

Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, á la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová.

Isaías 2:3

Pero no se ha completado todo lo que está en proyectos del Espíritu de Dios, aún falta más por hacer, y estos próximos cuatro años son determinantes para ello.

Por eso, estos cuarenta días de cuenta regresiva previos a la fecha de las elecciones no deben servirnos solo para sacar conclusiones basadas en la información que recibamos, sino sobre todo, para estar alertas a las instrucciones que Dios quiera entregarnos, porque aunque la agenda es profética y Dios está en control de ella, alguna acción de establecimiento espiritual podría Él entregarnos para desvirtuar las operaciones de las tinieblas.

Entonces dijo Mardochêo que respondiesen a Esther: No pienses en tu alma, que escaparás en la casa del rey más que todos los Judíos:

Esther 4:13

Comparta esta enseñanza con sus compañeros en la fe.



Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera Antigua, 1909 (RVA)


Pastor Pedro Montoya


[1] Génesis 7:4

[2] Números 14:34

[3] Deuteronomio 25:3

[4] Ezequiel 29:11-13

[5] 2 Samuel 5:4; 1 Reyes 11:42; 2 Reyes 12:1

[6] 1 de Samuel 17:10-16

[7] Levítico 16:29: Y esto tendréis por estatuto perpetuo: En el mes séptimo, a los diez del mes, afligiréis vuestras almas, y ninguna obra haréis, ni el natural ni el extranjero que peregrina entre vosotros:

Levítico 23:27: Empero a los diez de este mes séptimo será el día de las expiaciones: tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida á Jehová.

[8] Juan 18:37

Publicado por pastor Pedro Montoya

Life in Christ Jesus is the result of faith, of believing that Jesus of Nazareth is God incarnate and manifested as the Son of God, in order to, by His doctrine and example, reveal the way of reconciliation with the Creator whom He presented as the Father. Faith is a Revelation in itself, because no one can believe that God becomes man and maintains his status as God at the same time; faith is therefore the only way to find Jesus.

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