La antorcha del cuerpo es el ojo: pues si tu ojo fuere simple, también todo tu cuerpo será resplandeciente; mas si fuere malo, también tu cuerpo será tenebroso. Lucas 11:34
A simple vista estamos ante una figura retórica, un símil que pretende explicar el valor de la vista ante las experiencias de la vida, que interpretado bien podría entenderse como la capacidad de ver, la capacidad de entender, o sencillamente como la capacidad de discernir el verdadero valor espiritual de las situaciones.
Sin embargo, como una verdad espiritual no puede ser presentada a través de elementos de la carne,[1] porque las cosas del Espíritu tienen que examinarse espiritualmente,[2] tenemos que establecer que la expresión nos conduce a entender que hay una enseñanza mucho mayor que la de simplemente entender correctamente las situaciones que enfrentamos. De otra manera, cómo podríamos explicar que las ruedas junto a las figuras de los cuatro animales, en la visión de Ezequiel, estaban llenos de ojos alrededor,[3] visión que se repite también en el Apocalipsis.[4]
El ojo no solo es la forma de ver o entender, no tiene que ver solo con la apreciación que la gente se forma de la realidad; hay algo más, el ojo porta un valor espiritual que hace que el cuerpo reciba luz o tinieblas, dependiendo de las decisiones-acciones de la persona en cuanto a lo que ve. El principio lo observamos en las decisiones-acciones de Adam y Eva:
Mas sabe Dios que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses sabiendo el bien y el mal. 6Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7Y fueron abiertos los ojos de entrambos, y conocieron que estaban desnudos: entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. Génesis 3:5-7
La insinuación de la serpiente: serán abiertos vuestros ojos, sabiendo el bien y el mal, hechizó a Eva e hizo que ella viera el mismo fruto que estaba acostumbrada a ver con un peso espiritual diferente. Esta insinuación se ubicó en los ojos de Eva primero, y luego en Adam, a tal grado que ella vio que el árbol era bueno para comer. Los ojos tienen una potencia espiritual, a manera de un lente intraocular, que transforma la visión de la persona y la transforma en luz o en tinieblas, según el grado de obediencia o desobediencia que la persona presenta ante la Palabra de Dios, o hacia las cosas del Reino.
Si continuamos observando en la historia de este encuentro, veremos que la decisión-acción de ellos de comer, en desobediencia a la Palabra de Dios convirtió su ojo en tenebroso y vieron su estado de desnudez, normal hasta ese momento, como un estado deshonroso.
La serpiente determinó lo que significaría para el hombre ver: seréis como dioses sabiendo el bien y el mal. El apóstol Pablo denuncia en su segunda epístola a los Corintios que Satanás ha enceguecido los ojos de la generación de Adam:
En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. 2da. Corintios 4:4
El depósito de tenebrosidad que la serpiente colocó en los ojos de Eva, y por ésta en Adam, hizo que los ojos sean los medios utilizados por las brujas para hechizar, para hipnotizar, para paralizar con la mirada. El siguiente ejemplo no solo es una ilustración de coquetería, es el medio usado por Jezabel para cautivar el alma de los hombres,
Vino después Jehú a Jezreel: y como Jezabel lo oyó, adornó sus ojos con alcohol, y atavió su cabeza, y asomóse a una ventana. 2 Reyes 9:30
El profeta Ezequiel hace mención también que esta forma de enceguecimiento es una práctica de hechizos que las brujas lanzan sobre las personas para hacer que vean lo que ellas quieren que las gentes vean.
y di: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad, para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo, para mantener así vuestra propia vida? Ezequiel 13:18 (RV60)
Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos, y soltaré para que vuelen como aves las almas que vosotras cazáis volando. Ezequiel 13:20 (RV60)
Desde el momento en que Adam y Eva aceptaron la insinuación de la serpiente, de allí en adelante el ver del hombre no solo consiste en observar una realidad, es por el contrario, el poder de establecimiento de una realidad espiritual, buena o mala, según la luz —o las tinieblas—que el hombre porta: Mira pues, si la lumbre que en ti hay, es tinieblas (11:35).
¿Qué significa entonces que la antorcha encendida del cuerpo es el ojo?
Significa que el ojo tiene una capacidad espiritual de transformación y manipulación, en principio, sobre la persona misma, y sobre otros cuando la persona se impone de forma abusiva. Es una potestad espiritual, como ya quedó establecido, colocada por la serpiente en los ojos de Adam y Eva, y en la generación de éstos, para establecer en su entorno luz o tinieblas.
Expresiones como, miraba con desprecio a su señora,[5] mirando con enojo,[6] viéndole con compasión,[7] etc., no son solo expresiones retoricas sino la descripción real ‑espiritual‑ de lo que la gente establece a través de su mirar.
Mirar con enojo significa establecer enojo y enlazar a otros con tal sentimiento; significa no solo un establecimiento de tinieblas dentro de la persona misma que ve con tal sentimiento, sino también un envolver a otros dentro de tales tinieblas. Un ejemplo claro de esta manipulación de tinieblas en el siguiente caso presentado por Jesús mismo,
¿No me es lícito a mí hacer lo que quiero con lo mío? o ¿es malo tu ojo, porque yo soy bueno? Mateo 20:15
En la revisión de este caso puede observarse que quienes actuaban de esta forma introdujeron en el ambiente un espíritu de murmuración: murmuraban contra el padre de la familia.[8] Un ojo malo puede hacer daño si no se le detiene.
Ver con tinieblas puede afectar el estado de ánimo de una persona:
Y Pedro y los que estaban con él, estaban cargados de sueño: y como despertaron, vieron su majestad, y a aquellos dos varones que estaban con él. Lucas 9:32
Ver con tinieblas afecta el discernimiento espiritual de la persona:
Mas los ojos de ellos estaban embargados, para que no le conociesen. Lucas 24:16
El caso de muchos de los escribas, fariseos y doctores de la Ley, que tenían distorsionada la vista espiritual:
Entonces los Judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas, y tú dices: El que guardare mi palabra, no gustará muerte para siempre. Juan 8:52
La encomienda del Espíritu Santo es sacar la viga de nuestro ojo, primero,
¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, deja, echaré fuera la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga, que está en tu ojo? Hipócrita, echa primero fuera de tu ojo la viga, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano. Lucas 6:42
Para que entonces podamos establecer una realidad espiritual perfecta y establezcamos el respectivo juicio sobre las tinieblas,
Empero el espiritual juzga todas las cosas; mas él no es juzgado de nadie. 1ra. Corintios 2:15
¿Cómo descubrir si tengo un ojo tenebroso?
El ojo tenebroso es puesto de manifiesto en la interacción con otras personas. Nadie sabe que tiene ojo tenebroso sino hasta cuando interactúa con otras personas, principalmente por las reacciones que manifiesta ante ellos.
El caso de los jornaleros que fueron contratados para trabajar solo una hora sacó a la luz el ojo malo de los jornaleros que trabajaron el día completo:
Diciendo: Estos postreros sólo han trabajado una hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos llevado la carga y el calor del día. Mateo 20:12
El ojo malo de ellos consistía en considerarse más dignos que los otros, pero si no hubiese surgido esta situación de contraste de paga por horas trabajadas, ellos nunca lo hubieran descubierto, y quizá hasta lo hubiesen considerado con un sentimiento de verse como hombres de esfuerzo y valor.
El caso de Agar que veía a su señora con desprecio sacó a la luz la arrogancia de Agar quien hasta ese momento lo único que conocía de su condición era que ella era una esclava.
El ojo tenebroso es puesto de manifiesto en la interacción con otros, cuando logramos ver las distintas reacciones en respuesta a la forma de actuar de ellos.
Hierro con hierro se aguza; Y el hombre aguza el rostro de su amigo. Proverbios 27:17
Coraje, resentimiento, humillación, dolor, etc., no son solo reacciones ante estímulos de las acciones de otros, son muestra de la existencia de un ojo tenebroso que ha estado cohabitando dentro del ser mismo, evidencia de una antorcha encendida que ha sido llevada dentro de la casa, pero puesta debajo del almud.
¿Cómo logro que mi ojo sea luminoso?
El ojo es la antorcha encendida del cuerpo; un ojo tenebroso es el resultado de una antorcha encendida colocada debajo del almud, un ojo luminoso es el resultado de una antorcha encendida que sido sacada de debajo del almud y puesta en el candelero para que toda la casa sea iluminada. El proceso es simple, se trata de sacar la antorcha encendida de debajo del almud y colocarla en el candelero, ¿Cómo lo logro?
El proceso consiste en ver y seguir el modelo propuesto: Jesús. El apóstol Pablo lo presentó de la siguiente forma:
SED imitadores de mí, así como yo de Cristo. 1ra. Corintios 11:1
Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad los que así anduvieren como nos tenéis por ejemplo. Filipenses 3:17
Si la enseñanza es de Jesús, y fue Él quien descubrió la importancia espiritual del tema, ¿no le parece que el proceso consiste en ver y seguir el camino que Jesús trazó? Efectivamente, eso es lo que las Escrituras establecen:
Puestos los ojos en al autor y consumador de la fe, en Jesús; el cual, habiéndole sido propuesto gozo, sufrió la cruz, menospreciando la vergüenza, y sentóse a la diestra del trono de Dios. Hebreos 12:2
El ojo tenebroso es transformado cuando nuestros ojos son puestos en Jesús. La caída de Adam y Eva consistió en haber apartado la vista de la Palabra ‑Jesús, el verbo de Dios‑ y haberla sustituido por la palabra de la serpiente.
Cuando Moisés levantó una serpiente de metal en el desierto y la propuso como el antídoto a la mordedura de las serpientes,[9] estaba denunciando que esa era la condición de la generación de Adam y que por cuya fijación en ella se encontraba alejado de Dios. Por eso, cuando Jesús estableció que era necesario que el hijo del hombre fuera levantado como fue levantada la serpiente, estaba estableciendo que el camino de la luz es Jesús.[10]
Poner los ojos en Jesús es ver a Jesús como la recuperación de la imagen que fue arrebatada por la serpiente en el Edén. Poner los ojos en Jesús significa oír su Palabra y validarla como la decisión-acción en obediencia a Dios. Poner los ojos en Jesús es andar como Él anduvo.[11] Poner los ojos en Jesús es la decisión-acción de someterse a su señorío. Poner los ojos en Jesús es renunciar a la religiosidad mundana que propone un mensaje moralista y filosófico como el mensaje del evangelio. Poner los ojos en Jesús es construir sobre su enseñanza, y vivirla sin interpretación que la diluya.
Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña; 25Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña. 26Y cualquiera que me oye estas palabras, y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; 27Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, e hicieron ímpetu en aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina. Mateo 7:24-27
Poner los ojos en Jesús es tomar una decisión, una decisión firme, y vivir por ella,
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos… 25Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho. Santiago 1:22-25
¡Que Dios prospere tu camino!
Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera Antigua, 1909 (RVA)
Pastor Pedro Montoya
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Twitter: @pastormontoya
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[1] Mateo 16:17
[2] 1ra. Corintios 2:14
[3] Ezequiel 1:18; 10:12
[4] Apocalipsis 4:6-8
[5] Génesis 16:4
[6] Marcos 3.5
[7] Lucas 10:33
[8] Mateo 20:10
[9] Números 21:9
[10] Juan 3:14
[11] 1ra. Juan 2:6