Programa núm. 15: martes 22 octubre, 2019
1ra. Juan 3:8. El que hace pecado, es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.
Para deshacer las ataduras satánicas: hechizos, embrujos, posesiones, encantamientos.
Deuteronomio 18:10—14 No sea hallado en ti quien haga pasar su hijo ó su hija por el fuego, ni practicante de adivinaciones, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, … 14Porque estas gentes que has de heredar, a agoreros y hechiceros oían: mas tú, no así te ha dado Jehová tu Dios.
Levítico 19:26 No seréis agoreros, ni adivinaréis.
2 Crónicas 33:6 Y pasó sus hijos por fuego en el valle de los hijos de Hinnom; y miraba en los tiempos, miraba en agüeros, era dado á adivinaciones, y consultaba pythones y encantadores: subió de punto en hacer lo malo en ojos de Jehová, para irritarle.
2 Timoteo 2:26 Y se zafen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
Hechos 8:11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas los había embelesado mucho tiempo.
Hechos 19:19 Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos; y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios.
Para deshacer la obra de la muerte.
Hebreos 2:14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es a saber, al diablo,
Romanos 8:2 Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
1 Corintios 15:55 ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?