Los huesos secos no se unen por sí mismos, es necesario que alguien reciba la comisión de llamarlos y ordenar que se reintegren a su posición en el cuerpo.
El espíritu profético llama a ver lo que nadie mas puede ver:
No sigas más diciendo que son huesos secos, míralos bien, son un ejército. Obedece al espíritu profético.
Él te envía a profetizar a huesos secos porque eres capaz de hacer la obra de Dios, pero hasta que no lo entiendas no podrás profetizar y ordenar que se junten.
Published on 21 Mar 2013