¿Haití y Chile, señales de Dios al mundo?

Recientemente mientras impartía el curso de Nuevo Testamento, y discutía sobre cómo el apóstol Juan presenta en su evangelio las obras de Jesús en 7 señales, el Señor me llevó a comparar particularmente la séptima señal –la resurrección de Lázaro de entre los muertos‑ con dos hechos recientes que cautivaron la atención de todo el mundo, me refiero al terremoto de Haití, el 12 de enero, y al cautiverio de 33 mineros en la mina San José, en Chile.

Aunque el apóstol reconoce que los hechos de Jesús fueron tantos que “si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir.”, sin embargo solo destaca de ellas siete a las cuales él llama señales.  “Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria…” reza la descripción del apóstol en el capítulo 2.  Y por allí continua relatando cada señal, en el capítulo 4 se refiere a la sanidad del hijo del noble como la segunda señal: “Esta segunda señal volvió Jesús a hacer, cuando vino de Judea a Galilea.

El apóstol tiene claro que estas siete señales cumplen con una característica particular. En el capitulo uno, dice: “y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre”; mas adelante, en el capitulo dos añadió “y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.”; y así sucesivamente, las siete señales descubren la Gloria del Todopoderoso.

Cuando llegamos a la séptima señal, la señal está dirigida a los escogidos de Dios, a mostrarles a ellos sobre cómo ver la Gloria de Dios en su vida diaria, y a advertirles que no destaquen la adversidad de sus experiencias, porque ello puede hacer que la Gloria de Dios se opaque. Tiene que recordarle a Marta que aunque cree en El, su reproche por haberse ausentado hizo que se opacara la Gloria de Dios: “¿No te he dicho que, si creyeres, verás la gloria de Dios?

Hago todo este comentario para manifestar por qué Dios me llevó a comparar esta séptima señal con los hechos antes mencionados.

El terremoto de Haití y la cautividad de los mineros tienen varias características particulares y comunes, que según mi entendimiento nos son presentadas como una señal para nuestros días, cito las siguientes:

Ambos siniestros cautivaron la atención mundial.  En el caso de Haití varios ex-presidentes norteamericanos visitaron el país, artistas de cine, personalidades destacadas a nivel mundial hicieron acto de presencia. Lo mismo sucedió en Chile, el evento fue seguido por varias cadenas de televisión, y la cobertura de la prensa fue mundial.

Tanto Haití como la mina San Jose están ubicados en la misma longitud. La longitud del epicentro del terremoto en Haití, es: 72° 26′ 42.00W; la longitud de la mina San Jose es: 70°29′48.4″W.

¿Es esto una casualidad?  Me parece que no, creo que se trata de una señal para nuestros días, al igual que las señales presentadas en el evangelio de Juan, algo que Dios nos está diciendo para nuestros días. El problema es que no lo podemos ver. Cito dos textos que nos pueden ayudar a entender esta situación.

Mateo 16:1-3      “1Y LLEGÁNDOSE los Fariseos y los Saduceos para tentarle, le pedían que les mostrase señal del cielo. 2 Más él respondiendo, les dijo: Cuando es la tarde del día, decís: Sereno; porque el cielo tiene arreboles. 3 Y a la mañana: Hoy tempestad; porque tiene arreboles el cielo triste. Hipócritas, que sabéis hacer diferencia en la faz del cielo; ¿y en las señales de los tiempos no podéis?

Juan 8:43   “43¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? porque no podéis oír mi palabra.”

En ambos textos se nos requiere que entendamos que hay señales de los tiempos, que son lenguaje de Dios para advertirnos, señalarnos algún misterio para nuestro tiempo, marcarnos el inicio de una nueva etapa.

¿Que nos dice estos datos? Encuentro que se trata de un mensaje que se nos está entregando, para descubrirlo, el Señor me llevó anoche por los siguientes pasos:

Haití fue la primera nación latinoamericana en independizarse (segunda en América), el 1 de enero de 1804; y su independencia significó no solamente independencia política sino mas, liberación de la esclavitud. Chile por su parte, es la ultima tierra en descubrirse, Chile fue descubierta por Diego de Almagro en el día 21 de marzo de 1536, y lo hizo ingresando por la Cordillera de los Andes a través de la quebrada de Paipote, en medio del Valle de Copiapó el cual nombró valle de la posesión, la misma tierra donde se ubica la mina San José.

La cautividad de los mineros y su rescate nos habla también de liberación, pero en este caso, liberación de la muerte. Así que, desde Haití hasta Chile se está trazando un mensaje de liberación que es necesario trazar para toda tierra latinoamericana, liberación de la esclavitud y de la muerte.

Tanto el terremoto de Haití como el caso de los mineros de Chile traen a la atención mundial la necesidad de escasez y pobreza en la que se encuentran un grupo considerable de personas hoy en día. Pero no es destacar la pobreza por destacarla, sino ver el contraste en que se encuentran estas naciones pese a la riqueza que tuvieron en un momento.

Conocemos las cantidades de oro y plata llegadas a Sevilla desde 1503 hasta 1660 gracias a las investigaciones de Earl J. Hamilton. Llegaron, entre los años señalados, oro y plata por valor de unos 448 millones de pesos de 450 maravedíes. De esa cifra total, unos 330 millones correspondieron a particulares. El resto -117 millones, más de la cuarta parte-, a la Real Hacienda. Medida en peso, la cuantía de los metales preciosos que vinieron de América ascendió a unos 17 millones de kilos de plata y a 181.000 de oro (siempre entre 1503 y 1660).

[…] Según Braudel, el almacenamiento de oro en Europa en 1500 vendría a ser de unas 5.000 toneladas. El de plata, de 60.000. El metal precioso de procedencia americana habría añadido 18.000 toneladas de plata y 200 de oro, entre 1500 y 1650. El almacenamiento inicial se habría duplicado sólo a comienzos de del siglo XIX al alcanzar la cifra de 160.000 toneladas de equivalente en plata. Las cantidades de metales preciosos llegados a Europa procedentes de América se acrecientan durante el siglo XVIII: al de las Indias españolas se sumó el oro brasileño de Minas Gerais. Aumentaron también las cantidades de oro extraídas tanto en Nueva España como en Nueva Granada. El oro obtenido en as Indias pasó de un valor medio anual de unos seis millones de pesos de 272 maravedíes en el siglo XVII a 22.468.000 entre 1701 y 1810 (como media anual).(Gonzalo Anes).

Así que, desde Haití hasta Chile se está trazando un mensaje de sanidad de la tierra. La tierra que exportó tanto mineral a Europa necesita salir de su escasez y pobreza, necesitamos entender que es necesario levantar la maldición de esta tierra.

Creo que los eventos que sacudieron a ambos países está trazando una vara de MEDIR.  Si trazamos una línea entre ambas posiciones en un mapa notará que se forma una vara de aproximadamente 5,043.89 KM (3,141.65 Millas). Creo que es una vara de medida que empezará a trazar a partir del 13 de octubre de 2010, fecha de la liberación de los mineros, el comienzo de una nueva etapa espiritual para Latinoamérica que regirá un florecimiento para toda esta región.

Este es un tiempo de restauración, restitución y surgimiento de Latinoamérica. El Todopoderoso está posicionando a Latinoamérica en el mapa espiritual para traer el conocimiento de la Gloria de Dios. Cuando el apóstol Juan habla de las siete señales, y particularmente para nosotros, la última señal –la resurrección de Lázaro– hablaba de que su enfermedad traería Gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella (Juan 11:4). Esta enfermedad de Haití y Chile trae un tiempo de conocimiento de la Gloria del Todopoderoso.

Si todo esto es así, y si la distancia entre ambas regiones es una vara de medir, entonces la distancia debe ser considerada como la longitud del tiempo en días que durará todo esta etapa. Haciendo la conversión, tenemos un periodo de 13 años 9 meses y 24.7 días.

Tenemos un periodo de bonanza espiritual que tenemos que aprovechar. Desde Haití hasta Chile, y de aquí para el mundo.

Tomado del libro «Su Estrella hemos visto en El Caribe»: https://www.createspace.com/4554596

Publicado por pastor Pedro Montoya

Life in Christ Jesus is the result of faith, of believing that Jesus of Nazareth is God incarnate and manifested as the Son of God, in order to, by His doctrine and example, reveal the way of reconciliation with the Creator whom He presented as the Father. Faith is a Revelation in itself, because no one can believe that God becomes man and maintains his status as God at the same time; faith is therefore the only way to find Jesus.

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