Hace un par de días, mientras meditaba ante una noticia que reseñaba sobre los terremotos del 2011: mas de 16,000 muertos en todo el mundo (http://www.rpp.com.pe/2011-12-28-los-terremotos-del-2011-mas-de-16-mil-muertos-en-todo-el-mundo-noticia_435763.html?fb_comment_id=fbc_10150451816833299_19946781_10150452775278299#fd49df461b9834), me sentí en la obligación de buscar en las Sagradas Escrituras una respuesta a esta situación, y no dejarlo únicamente como que es algo que tiene que suceder, porque son una señal de los últimos días.
En Mateo 24:7, ante la pregunta triple de los discípulos de ¿Cuándo serán estas cosas, y que señal habrá de tu venida, y del fin del mundo? Efectivamente, Jesús presentó los terremotos como una característica de estos tiempos finales, pero advirtió, que tal característica, era escasamente principio de dolores (vs. 8). En otras palabras, como los dolores de una mujer embarazada, los dolores solo tienen el propósito de advertir la llegada de un nuevo ser al mundo; así que, si los terremotos son una señal, lo son para la embarazada y no tanto para la vecina de la embrazada. Así que, nos encontramos ante la situación de que lo que estamos viviendo en estos días en cuanto a la proliferación de los terremotos, no es otra cosa que un despertamiento para quienes están atentos a las señales de los tiempos. ¿Del retorno de Jesús? En cierta medida si, pero mas, del conocimiento de que antes de que eso suceda, según las palabras de Pablo (II Tes. 2:3), de una época siniestra para la cual no nos estamos preparando, como las vírgenes fatuas que no consideraron que a quien esperaban podía retrasarse.
Y, ¿por qué los terremotos son una señal de estos tiempos finales? O mejor, dicho, ¿para quienes es la señal? Lamentablemente, las señales son dadas a una generación incrédula, porque en su enseñanza Jesús había señalado que eran bienaventurados aquellos que sin ver habían creído (Juan 20:29). Los que han creído no necesitan de señal, así que las señales son para una generación incrédula. Y esto tiene que asustarnos, porque los terremotos están en relación directa con la población incrédula; así que, la mayor frecuencia de ellos nos hablan de que en las regiones donde se dan es una región donde la incredulidad está creciendo.
Cuando hablamos de incredulidad tenemos que buscarla dentro de la iglesia, no solamente fuera. La generación incrédula se encuentra entre los que han saboreado de las grandezas del Creador, porque Pablo advirtió que la mayor incredulidad está entre los que habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni dieron gracias; antes se desvanecieron en sus discursos, y el necio corazón de ellos fue entenebrecido.(Rom. 1:21)
¿Por qué los terremotos son una señal? Porque Moisés llamó a los cielos y a la tierra como testigos (Deut. 4:26), y cada vez que la tierra se estremece es porque esta dando testimonio a los hombres de la Grandeza del Creador, y llamando a los hombres a volverse a su Señor. Pablo lo presentó de otra forma, él dijo que la creación gime esperando la manifestación gloriosa de un pueblo que se convierta de la incredulidad a la convicción legítima de que el Creador, como al principio con Adán, está llamando al hombre para tener comunión con él.
¡Que triste la cantidad de muertos! Pero más triste es ver gente que no tienen a Dios en su noticia. Mi clamor al Todopoderoso es porque este año 2012 tengamos conversiones masivas de personas, que se tornen a Dios, y dispongan en sus corazones a depender de EL sobrenaturalmente. Mi invitación para que aquellos que hemos hecho confesión de Fe, trabajemos para el extendimiento del Reino de Dios sobre la tierra, que la oración de nuestro Señor adquiera sentido: Sea hecha tu Voluntad en la tierra como se hace en el cielo.