, ,

La Liberación es También Salvación



La paz del Señor sea contigo y con tu casa.

Doy gracias al Dios Eterno, al Todopoderoso, al Creador del cielo y de la tierra por este tiempo. Este es un tiempo de revelación, un tiempo de visitación del Espíritu Santo. Al Señor le ha placido congregarnos para establecer Su misericordia, Su gracia y, sobre todas las cosas, Su voluntad. Por eso el enemigo en este tiempo no tiene ninguna jurisdicción, y establecemos el poder del Espíritu Santo a través de todo lo que el Señor nos permite hacer.

Introducción: Los Dos Aspectos de la Salvación

Estamos estudiando el tema de la salvación, y es necesario que cada uno de nosotros entienda algo fundamental: la salvación consiste en la operación del Espíritu Santo para rescatar al hombre y a la mujer del reino de las tinieblas e introducirlos en el reino de Dios.

La salvación tiene dos aspectos importantes que todo hombre de Dios y toda mujer de Dios debe conocer:

El Aspecto Futuro (Escatológico)

Este aspecto se refiere a cuando estos cielos y esta tierra que conocemos sean destruidos completamente, según está escrito en el libro de Apocalipsis. Cuando esta creación sea destruida y seamos llevados a un cielo nuevo y a una tierra nueva, estaremos siempre con el Señor, viviendo en los lugares que Dios ha preparado para todos aquellos que hemos reconocido a Jesús como el Señor de nuestras vidas.

La gran mayoría cree que solamente esto es salvación, pero debo decirle que hay más.

El Aspecto Presente

El aspecto presente de la salvación se conoce como:

  • Sanidad
  • Fortaleza y fortificación
  • Vivificación
  • Liberación

Este último punto—la liberación—es el tema que vamos a estudiar en esta enseñanza. La liberación es también salvación, y está disponible para todos, para todo hombre y toda mujer.

El Problema: Egipto Permanece en el Corazón

Nosotros no debemos vivir más sujetos bajo la autoridad del enemigo. Dios nos ha llamado precisamente para sacarnos del reino de las tinieblas y trasladarnos al reino de la luz admirable en Cristo Jesús.

Sin embargo, sucede en la actualidad como sucedió cuando el pueblo de Israel fue sacado de Egipto: ellos fueron sacados de Egipto, pero Egipto nunca fue sacado de sus corazones.

Igualmente, en el tiempo actual, muchos confesamos que hemos salido del mundo, pero la realidad—algo que no podemos ignorar ni negar—es que el mundo todavía está en el corazón de muchos hombres y mujeres de Dios. No estoy diciendo que no sean legítimos, pero hay algo que debemos entender: la razón por la cual el mundo y sus deleites permanecen en la vida de un hombre o una mujer no es tanto porque ellos así lo quieran, sino porque no han pasado por procesos de liberación.

La Palabra Profética de Moisés

Cuando el pueblo de Israel fue perseguido por los egipcios después de haber salido de Egipto, se dio el evento del cruce del Mar Rojo. Moisés estableció de parte de Dios una palabra profética que aplica a todos sin excepción: «Hoy estos egipcios que os persiguen, nunca más los volveréis a ver» (Éxodo 14:13).

Ese es el propósito de la liberación: que todo aquello que forma parte del reino de las tinieblas y que todavía mantiene actividad, gobierno y ejecutoria sobre la vida de un hombre de Dios o de una mujer de Dios, desaparezca completamente.

Hoy encontramos a muchos hombres y mujeres que forman parte de una congregación, pero el reino de las tinieblas mantiene actividad en sus vidas. Muchos lo miran como ataques u opresión del enemigo, pero debo decirle: no es un ataque, no es una persecución, no es una opresión—es todavía el establecimiento del reino de las tinieblas dentro de la vida de la persona y dentro de los ambientes donde vive.

Primera Parte: Todos Necesitamos Liberación

1. Todos Pecaron y Están Destituidos

Comenzamos en Romanos 3:23: «Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios».

Aquí comienza todo: todos pecaron. ¿Quiénes son todos? No solamente los judíos, los malos o los perversos. Todos nos involucra a todos en Adán y en Eva en el huerto del Edén: los que estamos vivos, los que ya vivieron y partieron de esta tierra, y los que faltan todavía por nacer. Todos, sin excepción.

En Adán y en Eva estábamos representados. Por eso el pecado tiene todavía ejecutoria en nuestros tiempos. Aunque en realidad solamente Adán y Eva fueron los que desobedecieron, todos estamos sufriendo las consecuencias de su desobediencia. Esto es fácil de entender: descendemos de un mismo linaje. Toda la humanidad desciende de un mismo linaje.

¿Qué Significa «Destituidos de la Gloria de Dios»?

Cuando la Palabra dice que estamos destituidos de la gloria de Dios, no significa solamente que estamos apartados, alejados o lejos de Dios. Hay algo más, mucho más importante que muchas veces no hemos considerado.

Cuando vamos al libro de Génesis capítulo 2, cuando Dios forma a Adán y eventualmente a Eva, Dios declaró: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza» (Génesis 1:26). Y la misma Palabra ratifica que fue hecho el hombre a imagen y semejanza de Dios.

Cuando Romanos 3:23 dice que están destituidos de la gloria de Dios, quiere decir—oiga bien lo que voy a decir—que el hombre y la mujer perdimos la imagen y semejanza de Dios.

Esto es algo que muchas veces no hemos considerado. Hemos admitido: «Sí, está bien, pecamos». Pero muchos todavía consideran el hecho de que pecamos como algo no tan grave. Algunos incluso lo llaman «errores» para suavizar las cosas.

Pero tengo que decirte: sí es bien grave, sumamente grave. El estar destituido de la gloria de Dios significa en realidad que el hombre y la mujer perdieron la imagen y semejanza de Dios.

Imagen y Semejanza: No es Física, es Espiritual

Debo establecer lo siguiente: imagen y semejanza de Dios no significa nada físico. No significa apariencia física ni tiene que ver con algo físico, porque Dios es Espíritu.

¿Qué imagen entonces? ¿Qué semejanza fue la que impactó al hombre y eventualmente a la mujer? El hombre perdió la imagen y semejanza de Dios—eso es precisamente lo que significa estar destituidos de la gloria de Dios.

2. La Paga del Pecado es Muerte

Trasladémonos ahora al capítulo 6 de Romanos, versículo 23: «Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro».

La paga del pecado es muerte. Por cuanto están destituidos de la gloria de Dios, la paga del pecado es muerte. Por cuanto el hombre y la mujer perdimos la imagen y semejanza de Dios, la paga del pecado es muerte.

Hay una condena de muerte sobre la humanidad, sobre todos los descendientes de Adán y de Eva. Todos procedemos de un mismo linaje.

Esto fue exactamente lo que Dios le dijo a Adán: «El día que de él comieres, de seguro morirás» (Génesis 2:17). Como hemos explicado en otras ocasiones, la palabra que Dios declaró establecía que tan pronto ellos comieran, en ese preciso momento iban a morir. Pero la misericordia de Dios alargó el tiempo. No murieron en ese preciso momento. La misericordia de Dios alargó el tiempo, ¿por qué y para qué? Para darles la oportunidad de arrepentimiento—esta es la oportunidad que Dios le da a todo hombre y a toda mujer.

3. Adquirimos la Imagen de Satanás

Ahora déjeme ir todavía más profundo sobre el asunto de que perdimos la imagen y semejanza de Dios.

En el mismo capítulo 6 de Romanos, versículo 16, dice: «¿No sabéis que a quien os prestáis vosotros mismos por siervo para obedecerle, sois siervos de aquel a quien obedecéis?»

Enfatizo: sois siervos de aquel a quien obedecéis.

¿Qué significa esto? Significa que el día que el hombre y la mujer perdimos la imagen y semejanza de Dios, ese mismo día, por la desobediencia, adquirimos otra imagen. No es que nos quedamos sin imagen ni sin semejanza. Ese mismo día, por la desobediencia, el hombre adquirió una nueva imagen; ese mismo día la mujer adquirió una nueva imagen.

Esto es lo que dice la Palabra. Ser siervo de alguien no solamente significa ser esclavo, no solamente significa hacer lo que no quiero hacer, sino que significa que se constituyó de la misma esencia de aquel a quien obedeció.

Aquel día, el hombre y la mujer obedecieron a Satanás. Por lo tanto, desde aquel día el hombre y la mujer adquirieron la imagen de Satanás.

Una Verdad Dura pero Bíblica

Esto es duro. Para muchos, el escuchar esto podría ser motivo de rechazo de la enseñanza. Podrían decir: «Imposible. ¿Cómo puede ser posible que adquirimos la imagen de Satanás?»

Tengo que decirle: sí, eso es lo que la Palabra del Señor dice.

Vea, por ejemplo, lo que dice en 1 Corintios 15:49: «Y como trajimos la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial».

La primera parte dice: «trajimos la imagen del terrenal». ¿Quién es el terrenal? Adán. Adán adquirió una imagen, adquirió una semejanza. Perdió la imagen y semejanza de Dios, pero adquirió la imagen de aquel a quien él había obedecido. Y a partir de allí, todos los nacidos del mismo linaje de Adán y Eva hemos adquirido la imagen y semejanza de Satanás.

Aunque esto suena duro, es necesario establecerlo. Muchos de nosotros no queremos realmente entender cuál fue la gravedad de la desobediencia. Por eso todavía en el tiempo actual, hombres y mujeres que forman parte de una congregación no tienen reparo en seguir desobedeciendo a Dios. ¿Por qué? Porque no hemos entendido en realidad la gravedad de lo que significó desobedecer a Dios.

No fue solamente un error, no fue solamente una desobediencia. Significó renunciar a la imagen y semejanza de Dios y adoptar por otro lado la imagen y semejanza de Satanás. Esto es lo grave precisamente de la condición humana.

Las Palabras de Jesús

Estaba leyendo en el Evangelio de Juan capítulo 8, versículo 44. Vea lo que dice (esta es palabra de Jesús dirigida en aquel momento a los religiosos, pero nos aplica a todos):

«Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. Él homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla, porque es mentiroso y padre de mentira.»

Vosotros, hijos de vuestro padre el diablo, sois. ¿Se lo dijo solamente a los fariseos porque eran fariseos? No. Esto nos aplica a todos.

4. La Condición Actual del Creyente

Por lo tanto, lo que la Palabra del Señor nos establece es que todos necesitamos liberación.

Muchas personas nos escondemos en el hecho de que ya aceptamos a Jesús. Sí, como sucedió en el tiempo antiguo: el pueblo de Israel había salido de la esclavitud de Egipto, pero Egipto no salió de su corazón. Esa es la condición en la que muchas personas vivimos hoy en día.

Somos parte de una congregación, nos confesamos como cristianos, creyentes, hijos de Dios, pero sin embargo hay tendencias, hay deseos, hay intereses que todavía forman parte del mundo.

La pregunta es: ¿por qué?

Algunos podrían decir: «Bueno, porque somos humanos». Otros podrían decir: «Porque en realidad somos pecadores todavía, pero perdonados».

No. Eso no es lo que dice la Palabra de Dios. La Palabra de Dios dice: «Si el que es nacido de Dios, la simiente de Dios está en él y no puede más pecar, porque la simiente—la semilla, el gen de Dios—está en él» (1 Juan 3:9).

¿Cómo entonces conciliamos esta situación? Como decía el apóstol Pablo también en su epístola a los Romanos: «Las cosas que yo no quiero hacer, esas son justamente las que resulto haciendo» (Romanos 7:15).

¿Cómo puede ser posible que yo, siendo hijo de Dios, habiéndome confesado como hijo de Dios, habiendo aceptado a Jesús, todavía tengo estas tendencias?

5. La Actividad Demoniaca en Creyentes

Hablemos un poco más acerca del ejercicio de los demonios. El ejercicio de los demonios no solamente tiene que ver con tendencias hacia el pecado o hacia las cosas que no son de Dios. La actividad de los demonios todavía ejerce gobierno sobre la vida de las personas, a pesar de que están dentro de una congregación.

Y repito: no es solamente por la tendencia que pudieran tener hacia el pecado. Hablo de:

  • Enfermedades
  • Problemas mentales
  • Problemas físicos
  • Problemas emocionales
  • Problemas en el mismo ambiente, en la casa donde se está viviendo

Todavía se ve que los demonios tienen injerencia.

¿Qué es lo que sucede? Hay algo que nosotros no hemos entendido correctamente acerca del mensaje del Evangelio. Muchos creen que «yo acepté a Jesús, levanté mi mano y dije yo acepté a Jesús», y creen falsamente—porque no es eso lo que la Palabra del Señor establece—que todas las cosas simultáneamente van a cambiar.

Tengo que decirles: no, no van a cambiar. Van a cambiar en la medida en que cada hombre de Dios, en la medida en que cada mujer de Dios vayamos:

  • Sacando a Egipto de nuestros corazones
  • Sacando a Egipto de nuestra mente
  • Sacando a Egipto de nuestros cuerpos

La Liberación es Provisión, No Automática

Vea lo que dice la epístola del apóstol Pablo a los Colosenses 1:13: «Que nos ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al reino de Su amado Hijo».

Nos ha librado, sí, en la medida. Porque la obra de la cruz del Calvario es provisión de vida, no es que se va a hacer automáticamente o simultáneamente tan pronto tú aceptaste a Jesús. No.

Es en la medida en que cada uno de nosotros vayamos sometiendo nuestras vidas, nuestra mente, nuestro corazón, nuestro cuerpo—lo vayamos sometiendo a liberación—es en esa medida que esta palabra se va a ir cumpliendo.

6. El Caso de Mateo 7:21-23

Le estoy presentando casos que chocan para que podamos entender la razón del por qué todavía hay fuerzas demoníacas operando en la vida de hombres y mujeres de Dios. Repito: no es que sean ilegítimos. Lo que sucede es que no han pasado por liberación.

En Mateo capítulo 7, versículo 21 en adelante, se nos presenta el caso de unos que le dicen al Señor:

«Señor, pero si en Tu nombre echamos fuera demonios. Señor, pero si en Tu nombre hablamos nuevas lenguas. Señor, pero si en Tu nombre hicimos muchos milagros.»

Y usted lee la respuesta del Señor: «Apartaos de Mí, obradores de maldad, porque nunca os conocí» (Mateo 7:23).

Si usted compara lo que ellos están diciendo—hablamos lenguas, echamos fuera demonios, hicimos milagros—con las señales de haber creído en Jesús, son precisamente esas mismas. Puede leer en Marcos 16: «Estas señales seguirán a los que creen: en Mi nombre pondrán la mano sobre los enfermos, estos sanarán; hablarán nuevas lenguas; echarán fuera demonios» (Marcos 16:17-18).

Son las señales. ¿Qué sucedió entonces con Mateo 7:21? ¿Eran ilegítimos?

No. Tengo que decirles que no, porque están dando las señales de haber creído.

¿Qué fue lo que sucedió entonces? Lo que sucedió fue como en el caso de Judas. Judas Iscariote fue escogido, pero no sacó a Satanás de su corazón. No lo sacó; al contrario, lo siguió alimentando. Y usted sabe qué fue lo que sucedió con Judas.

Todos necesitamos liberación. Esta es la parte importante que nosotros reconozcamos.

7. ¿Puede un Cristiano Estar Poseído?

Hay muchos hombres y mujeres de Dios, incluyendo ministros entre ellos, que dicen: «No, imposible. Un cristiano no puede estar poseído por demonios».

Tengo que decirle: no es eso lo que la Palabra del Señor establece. Y precisamente por arrogarse esa declaración, por mantener esa declaración, siguen viviendo todavía bajo las ataduras del enemigo. Y lo que hacen es decir: «El enemigo me está presionando, el enemigo me está oprimiendo».

No, no, no. No es que te está oprimiendo. Es que tiene ya control sobre tu vida. Hay áreas de nuestras vidas que están sujetas al enemigo y no podrán ser libertadas si la persona no se somete a liberación.

La Lámpara y la Casa

Jesús lo dijo de esta manera: No se enciende una lámpara y se pone debajo del almud. No se prende una lámpara y se pone debajo de la cama. Cuando se prende la lámpara—que es Cristo Jesús—es para que alumbre toda la casa.

Cuando una lámpara se pone debajo del almud, del ropero, de un mueble, en esa área va a haber mucha luz. Pero en las secciones distantes habrá tinieblas.

Eso es lo que pasa en la vida de un hombre de Dios, eso es lo que pasa en la vida de una mujer de Dios que ha aceptado a Cristo Jesús. Sí, lo aceptó. Llevaste la luz, introdujiste la luz. Pero no está iluminando completamente toda tu vida. Hay áreas oscuras, hay áreas tenebrosas, hay áreas que están todavía sujetas bajo el reino de las tinieblas.

8. Pactos con el Enemigo

Una persona que practicó:

  • Hechicería
  • Brujería
  • Espiritismo
  • Bestialismo
  • Los misterios de los rosacruces
  • Los misterios de los masones

…y se convierte a Cristo Jesús, hay áreas que él o ella le entregó al enemigo. Si no pasa por liberación, esas áreas van a estar llevándolo, conduciéndolo por caminos que no son agradables del Señor.

Cuántas veces he visto hombres y mujeres con ministerio, pero que nunca pasaron por liberación. Su camino se tuerce, se va por sendas que Dios no preparó para él o para ella.

Todos necesitamos liberación, mayormente una persona que está trabajando en un ministerio. ¿Por qué? Porque hay áreas, pactos que se hicieron.

«Pero yo nunca convoqué al enemigo»—es la respuesta que he escuchado muchas veces. «Pero si yo nunca lo invoqué.»

No importa si no lo invocaste. El haber caminado por lo que el enemigo estableció en este mundo es más que suficiente como para que se considere como un pacto con el enemigo.

Hay personas que llegan a decir: «Sí, lo hice una sola vez».

Y yo te tengo que decir: ¿Cuántas veces Adán mintió? Una sola vez. Una sola vez es más que suficiente.

«Pero es que yo no incursioné, no incursioné realmente.»

Pero el haber admitido, el haber permitido, el haber tan solo considerado la posibilidad de hacerlo es más que suficiente. Por eso es importante que entendamos esto.

9. El Fundamento: Arrepentimiento

Quiero leer en Hechos de los Apóstoles capítulo 2, versículo 38:

«Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesús el Cristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.»

¿Por qué hay personas que todavía tienen la presencia del reino de las tinieblas en sus vidas?

Número uno: porque no se han arrepentido.

La práctica hoy en día—y lo he dicho—es una práctica que no está fundamentada en la Palabra del Señor. La práctica es: «levanta tu mano, repite conmigo». Y esas palabras que muchos repetimos sin siquiera saber lo que estábamos diciendo no convierten a la persona en un cristiano, no convierten al hombre, no convierten a la mujer en hijo de Dios.

¿Qué es lo que convierte a un hombre? ¿Qué es lo que convierte a una mujer en hijo de Dios? El arrepentimiento.

Yo tengo que arrepentirme de mis hechos pasados. Y no presentarlos como si fueran un paquete. Yo tengo que arrepentirme de esto, de esto, de esto, de esto. En la medida en que el Espíritu Santo lo va sacando a la luz, yo me arrepiento:

«No debí haber estado allí. Nunca debí haber visitado. Nunca debí haber practicado. Yo me arrepiento, Señor. Delante de Tu presencia yo me arrepiento.»

El arrepentimiento es la base, es el fundamento de la liberación. Una persona que no se ha arrepentido de las cosas que hizo, de las cosas en que incursionó, no puede recibir liberación.

Vea el proceso: para poder recibir el Espíritu Santo, el primer paso tiene que ser el arrepentimiento. Esto es importante que lo entendamos.

10. Deshacerse de Todo

Es importante de igual manera, siempre en Hechos de los Apóstoles capítulo 19, versículo 18:

«Y muchos de los que habían creído venían confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo, muchos de los que habían practicado vanas artes trajeron los libros y los quemaron delante de todos. Y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser 50,000 denarios.» (Hechos 19:18-19)

Como fruto de arrepentimiento, el hombre que practicó, la mujer que practicó, el hombre que incursionó, la mujer que incursionó en cosas que no debían haber incursionado—todo eso se tiene que deshacer de ello.

No puedes quedarte con nada. No puedes quedarte con absolutamente nada que fue parte de las prácticas del pasado.

¿Por qué? Porque ellos representan una memoria espiritual, una memoria que evoca nuestras prácticas. Y al evocar nuestras prácticas, está invocando nuevamente al reino de las tinieblas.

No podemos quedarnos con:

  • Objetos
  • Cuadros
  • Ropa
  • Muebles
  • Nada que fue parte de las prácticas que desarrollamos en el tiempo antiguo

¿Por qué? Porque de lo contrario se constituyen en un anatema, en una estaca del enemigo.

Los Pararrayos Espirituales

Esto puede explicar por qué hay hombres y mujeres que de momento se encuentran en una habitación, se encuentran en alguna parte de su casa, y miran una… He conocido casos, he tratado casos en los que las personas mantienen tótems en su casa y han llegado a tener un tipo de experiencias sobrenaturales en su propia casa.

¿Por qué? Porque todavía siguen manteniendo recuerdos espirituales con la vida del pasado.

Tienes que sacarlo completamente. Todos. No podemos quedarnos con nada. ¿Por qué? Porque de lo contrario estamos evocando. Todos esas cosas—regalos, cualquier artículo que hemos recibido—se convierten y trabajan como si fuera un pararrayos espiritual.

Usted sabe lo que es un pararrayos. El pararrayos tiene la función de atraer. Son pararrayos espirituales que atraen el reino de las tinieblas.

Por lo tanto, con esto que hemos visto nos damos cuenta: todos necesitamos liberación, todos necesitamos pasar por un proceso de liberación.

El proceso de liberación tiene que comenzar con el arrepentimiento. Si una persona no ha sacado de su corazón todavía a Egipto, no ha sacado de su corazón las prácticas y las andanzas antiguas, no podrá ser libre, por más que tal vez tenga el deseo de hacerlo.

Esta es la razón del por qué hay hombres y hay mujeres que quieren buscar a Dios, pero no sucede nada. Van de iglesia en iglesia en algunos casos, tratando o creyendo que se trata del lugar.

No, no se trata del lugar. Se trata de la persona. Se trata de cada uno de nosotros que no hemos sacado el mundo todavía de nuestras vidas.

Segunda Parte: Los Beneficios de la Liberación

Vamos ahora a la segunda sección de esta enseñanza. Quiero ver los beneficios de la liberación para que, al final, cada uno de nosotros pueda decir: «Yo necesito someterme a liberación».

Beneficio 1: Alimento Espiritual

Vamos a Marcos capítulo 7, versículo 27:

«Pero Jesús les dijo: Deja primero saciarse a los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.»

Muchas personas hablan y confiesan: «La liberación es el pan de los hijos».

Quiero presentarte ahora el primer beneficio. ¿Qué es la liberación? La liberación es alimento espiritual.

Allí lo dice. ¿Para qué es el pan? El pan es para alimentarse. Posiblemente en nuestros ambientes, en las culturas en las que nos estamos moviendo, el pan puede ser un complemento. No así en el tiempo antiguo.

En el tiempo antiguo, el pan era el alimento principal. Una persona, de hecho, podría mantenerse comiendo pan y bebiendo agua. Usted lo ve en algunas partes del Antiguo Testamento principalmente. El pan no era un complemento como puede ser hoy. El pan era el alimento principal.

Por lo tanto, cuando Jesús dijo: «Deja primero saciarse los hijos, porque no es bien tomar el pan de los hijos», lo que está hablando es de alimento.

La liberación es alimento, es alimento espiritual.

Ahora usted entiende por qué una persona que no ha pasado por liberación puede tomar la Biblia—puede tomar las versiones más modernas que son precisamente para llevarle una mayor comprensión de la lectura—pero no la va a entender.

¿Por qué? Porque está atado. Una persona que no ha pasado por liberación no entiende la Biblia.

Jesús es el Pan de Vida

Vea lo que dice en el Evangelio de Juan capítulo 6, versículos 50-51:

«Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él comiere no muera. Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo. Si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre. Y el pan que Yo daré es Mi carne, la cual Yo daré por la vida del mundo.»

El pan no es un complemento. Cuando hablamos de pan en las Sagradas Escrituras, es el alimento fundamental, es el alimento principal, es la comida.

Por lo tanto, ¿qué es la liberación? Número uno: la liberación es alimento espiritual.

Por esta razón es que muchos hombres, muchas mujeres no pueden crecer. No pueden crecer. Se saben la Biblia de memoria, pero eso no es una garantía. Según Mateo capítulo 4, Satanás también sabe la Biblia, conoce la Biblia y la recita. Eso no es una garantía.

La única garantía es la liberación. ¿Sabe por qué? Porque la liberación es también salvación.

Personas que no están creciendo espiritualmente pueden ir dos, tres o más veces en semana a una reunión en la iglesia, pero en ocasiones salen ni siquiera los mismos que como entr aron. ¿Por qué? Porque necesitan liberación. La liberación es alimento espiritual.

Ojos y Sentidos Abiertos

Quiero llevarlo al Evangelio de Lucas capítulo 24. Hay un relato que todos conocemos como el relato de los discípulos que iban camino a Emaús. Lo que quiero destacarle es lo siguiente.

En el versículo 27 dice: «Y comenzando desde Moisés y de todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de Él decía.»

Ahora vea lo que dice el versículo 31: «Entonces fueron abiertos los ojos de ellos.»

Y un poco más adelante, en el mismo capítulo, versículo 45, leemos: «Entonces les abrió el sentido para que entendiesen las Escrituras.»

¿Por qué no entiendes la Biblia? ¿Por qué no entiendes la Palabra de Dios? Porque aunque la leas, no sabes aplicarla. Porque aunque la conozcas y aunque la recites, no sabes moverte conforme a la Biblia.

Necesitas liberación, porque la liberación es alimento espiritual. Mientras una persona—un hombre, una mujer—no se someta a liberación, no podrá crecer. Se constituirá en un raquítico espiritual.

De hecho, en las epístolas del apóstol Pablo se habla de los débiles en la fe. Es bien importante que cada uno de nosotros lo entendamos.

Beneficio 2: Salvación Física

Vamos al segundo beneficio. Quiero ir al Evangelio de Lucas capítulo 1. Ahí vamos a encontrar por lo menos tres o cuatro beneficios. Voy a leer primero versículos 68 al 71:

«Bendito el Señor Dios de Israel, que ha visitado y hecho redención a Su pueblo, y nos alzó un cuerno de salvación en la casa de David Su siervo, como habló por boca de Sus santos profetas que fueron desde el principio: salvación de nuestros enemigos y de mano de todos los que nos aborrecieron.»

Beneficio de la liberación: representa también salvación física. Salvación física. Representa y significa salvación física.

«Nos ha librado de nuestros enemigos y de mano de todos los que nos aborrecieron.»

Es liberación. Usted va al libro de Génesis cuando Jacob está siendo perseguido por los pueblos vecinos. Dios le dio una instrucción a Jacob y le dijo: «Apartad todos los zarcillos, todo aquello que estaba asociado con idolatría» (Génesis 35:2-5). Y cuando Jacob hizo esto, el texto declara que cayó un temor sobre los moradores de la región y dejaron de perseguir a Jacob.

La liberación establece salvación de nuestros enemigos.

¿Cuántos de nosotros hemos leído y citado un texto del Antiguo Testamento declarado por el profeta que dijo: «Ningún arma forjada por los hombres podrá prevalecer en contra de ti»? (Isaías 54:17)

Esa palabra aplica solamente para un hombre, solamente para una mujer que se ha sometido a liberación. Esa palabra no es para todos. Esa palabra no es para un hombre que todavía camina bajo los influjos de Egipto. Esa palabra no es para una mujer que camina todavía bajo los influjos de Egipto.

Esto es importante que lo entendamos. ¿Por qué? Porque hoy en día cada hombre y cada mujer está acomodando el Evangelio a sus propios deseos. Hoy en día hay una tendencia de los hombres y de las mujeres—y estoy hablando de hombres y mujeres que forman parte de una congregación—donde cada quien acomoda el Evangelio a sus propias conveniencias, a su propia cultura, a su propio beneficio.

Hermano, no es esto lo que la Palabra del Señor nos establece. Es nosotros acomodarnos al Evangelio, no al contrario.

Hay salvación física cuando se obtiene o cuando se sujeta, se somete a la liberación.

Beneficios 3-6: Sin Temor, Servir a Dios, Santidad y Justicia

Siempre en el capítulo 1, quiero ir a otros beneficios. Capítulo 1, versículos 73 al 75:

«Del juramento que juró a Abraham nuestro padre, que nos había de dar: que sin temor, librados de nuestros enemigos, le serviríamos en santidad y en justicia delante de Él todos los días nuestros.»

Aquí usted encuentra cuatro beneficios de la liberación:

Beneficio 3: Sin Temor

Primer beneficio: sin temor. Versículo 74: «que sin temor».

¿Cuántos hombres y cuántas mujeres temen por los cambios de gobierno? ¿Cuántos hombres y cuántas mujeres temen por la devaluación de la moneda? ¿Cuántos hombres y cuántas mujeres están temiendo porque los despidan? ¿Cuántos hombres y cuántas mujeres están temiendo por las enfermedades?

De hecho, tengo que decir: hay hombres y hay mujeres que están tomando medicamentos por si acaso en algún momento me ataca esto.

¿Es esa la vida de fe? ¿Es esa la vida de un hombre y de una mujer que le han creído al Señor? Usted sabe la respuesta. Perfectamente sabe la respuesta.

Pero sin embargo, muchas personas están caminando con temor. Temor a esto, temor a aquello, temor todo el tiempo. Y se están desgastando de una forma tal que todavía la edad no justifica la apariencia de aquella persona. Personas jóvenes todavía, pero sin embargo demacrados en su rostro por el temor.

¿Qué es lo que necesitamos? ¿Un cambio de gobierno? ¿Un cambio de economía? ¿Un cambio de esto, de aquello, de lo otro?

No. Necesitamos liberación.

«Que sin temor, librado de nuestros enemigos, le serviríamos.»

Beneficio 4: Servir a Dios

Segundo beneficio: servir a Dios.

¿Cuántos hombres y cuántas mujeres tienen un llamado de parte de Dios pero no lo pueden ejecutar? No lo pueden desarrollar. No pueden. Por más… hay un impedimento, un estorbo, un detenimiento. Comienzan y de momento: detenido, aguantado.

¿Por qué? Porque necesitan liberación.

«Sin temor, librado de nuestros enemigos, le serviríamos.»

Servir a Dios es un beneficio de la liberación. Esto es algo que tenemos que entender, hermanos. ¿Por qué? Porque hay hombres aguantados, porque hay mujeres aguantadas, retenidos en la vida. No pueden prosperar. No pueden. Siempre con mucho sube y baja, sube y baja, sube y baja. Y cada vez tratando de subir, las caídas o las bajadas son más intensas que la subida.

¿Por qué? Porque necesitamos liberación.

Beneficios 5 y 6: Santidad y Justicia

Sigo leyendo versículo 75: «le serviríamos»—observe—»en santidad y en justicia delante de Él».

Aquí hay dos beneficios de la liberación: santidad y justicia.

La santidad no es un cambio de ropa. La santidad no es un cambio de atuendo. La santidad no es la rigurosidad de las leyes, de los mandatos a los que nos tengamos que sujetar o someter.

La santidad es la obra del Espíritu Santo en la persona.

«Si Yo por el Espíritu de Dios echo fuera los demonios, es porque el reino de los cielos ha llegado a vosotros» (Mateo 12:28). Palabra de Jesús.

Porque hay personas que no pueden caminar en santidad. Necesitan someterse a una rigurosidad de leyes y de ordenanzas para sentirse—no es para caminar, pero por lo menos para sentirse—que están caminando en santidad. ¿Por qué? Porque no han pasado por liberación.

Una persona que no ha sido libre no puede—oiga bien—no puede caminar en santidad.

Y el segundo beneficio que aparece en este versículo: «y en justicia».

¿Qué fue lo que Jesús dijo? «Buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia, y las demás cosas vendrán por añadidura» (Mateo 6:33).

La justicia es parte del reino de Dios. La justicia no es algo opcional. La justicia no es algo: «Si realmente queremos o si te interesa el tema». No, no, no es un apéndice. La justicia es parte del reino de los cielos.

Pero si la persona no ha pasado por procesos de liberación, no puede, definitivamente no puede entrar en santidad, caminar en santidad, ni caminar en justicia.

Beneficio 7: Liberación de Espíritus de Enfermedad

Quiero ir al Evangelio de Lucas capítulo 13. Quiero ver los versículos 11 hasta el 16:

«Y había allí una mujer que tenía espíritu de enfermedad desde hacía dieciocho años, y andaba agobiada, que en ninguna manera se podía enderezar. Y como Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, libre eres de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella, y luego se enderezó y glorificaba a Dios.»

«Y respondiendo el príncipe de la sinagoga, enojado de que Jesús hubiese sanado en sábado, dijo a la compañía: Seis días hay en que es necesario obrar; en estos, pues, venid y sed curados, y no en día de sábado.»

«Entonces el Señor respondió y dijo: Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no desata en sábado su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber?»

Versículo 16—observe bien—«Y a esta hija de Abraham, que aquí Satanás la había atado dieciocho años, ¿no convenía desatarla de esta ligadura en día de sábado?»

Otro beneficio, hermanos, de la liberación es que todo espíritu de enfermedad es expulsado del cuerpo.

Hay enfermedades que no son el resultado de nada físico. No es el resultado de edad, de nada físico. Hay enfermedades que son el resultado de espíritus. Lo dice claramente en el versículo 11: ella tenía un espíritu de enfermedad.

Es el resultado de espíritus que en algunos de los casos son:

  • Espíritus que vienen por antepasados
  • Espíritus que vienen por prácticas en que la persona incurrió
  • Espíritus que vienen por hechicería de unos hacia otros
  • Espíritus que vienen por maldiciones de unos hacia otros

Son espíritus que atan, deterioran el cuerpo de la persona. Ahí lo vemos claramente: una persona que caminaba encorvada. Pero hubo necesidad de libertarla.

Por eso es bien importante que entendamos: todos necesitamos liberación, porque de lo contrario el enemigo todavía mantiene un ejercicio, un gobierno, una autoridad sobre el hombre, sobre la mujer.

Beneficio 8: Liberación Familiar y Regional

Quiero citar un último caso. Esto quisiéramos trabajarlo más adelante en algún momento.

Beneficio de la liberación: la liberación no solamente es personal o individual. La liberación puede ser familiar, la liberación puede ser también regional.

Cuando la Palabra nos habla de liberación, no solamente estemos considerando o pensando en una liberación personal. Puede ser también una liberación familiar: el mismo espíritu ha atacado, ha poseído a una familia completa. Podría ser inclusive hasta una generación completa.

En el caso que quiero mencionar, hay liberación también regional. ¿De qué me estoy refiriendo? Me estoy refiriendo a liberación de regiones, regiones que han estado expuestas, sometidas, sujetas a prácticas de brujería, a prácticas de hechicería.

Usted sabe que hay países que mantienen regiones dedicadas a brujería. Hay un cúmulo de brujos en esa ciudad, hay un cúmulo de chamanes en esa ciudad, hay un cúmulo de espiritistas en esa ciudad. A eso me estoy refiriendo. Y precisamente por ellos, un país puede entrar en tenebrosidad, en violencia, en un gobierno satánico.

La Biblia habla también de liberación de regiones, de países.

Caso 1: Salmo 37

Quiero presentarles dos casos. El primero de ellos en el libro de Salmos capítulo 37. Vea lo que dice el versículo 9, versículo 10, versículo 11:

«Porque los malignos serán talados, pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí a poco no será el malo, y contemplarás sobre su lugar y no aparecerá. Pero los mansos heredarán la tierra y se recrearán con abundancia de paz.»

La razón del por qué hay países que están caminando en una tenebrosidad es porque, lamentablemente, el pueblo de Dios desconoce que se puede llevar liberación espiritual a estas regiones.

«No tenemos lucha contra sangre y carne» (Efesios 6:12). El problema es que muchas veces lo queremos trabajar de forma física, de forma intelectual, de forma racional, de forma filosófica, de forma política.

No, no. No somos llamados para ello. Somos llamados para establecer liberación espiritual.

Caso 2: Hechos 17 y el Apóstol Pablo

Usted mira en Éfeso, cuando el apóstol en el capítulo 17… En el capítulo 16-17, cuando ellos llegan a Filipos, se encuentra el apóstol Pablo, se encuentra Silas y se encuentra Timoteo. Al menos son los tres que se mencionan de momento; no sabemos si había otros más con ellos.

Pero el comentario que hacen los moradores del pueblo, los que se oponen a ellos, dicen: «Estos que trastornan el mundo han llegado hasta acá» (Hechos 17:6).

Esa es la obra de la liberación: trastornar.

¿Por qué hay países? ¿Por qué hay regiones que han sido entregadas a Satanás, al narcotráfico, a la hechicería, a la brujería, al espiritismo? ¿Por qué prevalece eso en muchos países?

Le voy a decir algo: porque el pueblo de Dios desconoce la liberación. Desconocen. No quieren conocer de la liberación.

Caso 3: Jesús y Jericó

El otro texto que quisiera presentarle se encuentra en el Evangelio de Lucas capítulo 19. Quiero leerles solamente el primer versículo:

«Y habiendo entrado Jesús, iba pasando por Jericó.» (Lucas 19:1)

Tome nota: iba pasando por Jericó.

Ahora quiero llevarlo hasta el versículo 9:

«Y Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa.»

¿Por qué le estoy presentando este caso? Porque cuando usted va al libro de Josué, descubre que Josué emitió una maldición sobre Jericó: «Maldito el hombre que reconstruya esta ciudad. Sobre su hijo mayor ponga los fundamentos, y sobre su hijo menor las puertas» (Josué 6:26).

Jericó es esta misma, es la misma, no es otra. Josué declaró: «Maldito el hombre que reconstruya esta ciudad». De forma tal que cuando reconstruyeron en tiempo de Acab a Jericó, aconteció esa maldición. Aquel que había iniciado perdió a sus hijos completamente.

Había una maldición.

¿Qué quiere decir entonces en el capítulo 19, versículo 1, que Jesús, entrando, iba pasando por Jericó?

Todo tiene un sentido, tiene una razón. ¿Por qué Jesús llegó a Jericó? ¿Por qué pasó por Jericó? Cuando usted revisa el caso, Jesús podía haber utilizado otra ruta, no necesariamente pasar por Jericó.

¿Por qué pasó? La gran mayoría de nosotros respondemos: «Ah, pasó por Zaqueo».

Y yo tengo que decirle: siempre, siempre hay un propósito evidente, pero hay un propósito oculto.

El propósito evidente era Zaqueo. Pero el propósito oculto—el que no está a la vista de todos, solamente los entendidos lo pueden ver—el propósito era Jericó. Hay una maldición que es necesario levantar.

Jesús pasó por Jericó no solamente por Zaqueo, sino por levantar una maldición sobre la ciudad.

Por eso, cuando en el versículo 9 dice: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa», no solamente está hablando de Zaqueo. Está hablando de Jericó entero.

Beneficio entonces de la liberación: la liberación también puede ser familiar, puede ser generacional, puede ser regional.

Conclusión

Muchos de nuestras regiones pueden cambiar solamente por liberación. No hay otra forma. No se pueden enfrentar estas situaciones de forma política, de forma militar. No se pueden enfrentar así. Es necesario trabajarlas espiritualmente.

Pero por causa del desconocimiento de la Palabra, muchos están viviendo bajo todavía el dominio de Satanás.

Concluyendo: todos necesitamos liberación. ¿Por qué? Porque la liberación es también salvación.


Te bendigo. La paz del Señor sea contigo. Amén.



pastor Pedro Montoya


Descubre más desde Jesús, Señor y Cristo

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

About

Jesús, Señor y Cristo es la voz digital del Ministerio Apostólico y Profético Cristo Rey. A través de esta página, compartimos la verdad del Evangelio, enseñanzas sobre liberación espiritual y el llamado a vivir bajo el señorío de Cristo. Explora y fortalece tu fe con nosotros

Descubre más desde Jesús, Señor y Cristo

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo