La apostasía representa una amenaza significativa para la iglesia cristiana, considerada como un movimiento satánico que en los últimos días alcanzará un nivel alarmante. Este mover espiritual de las tinieblas, aunque conocido, todavía no es completamente comprendido en cuanto a su origen.
La Apostasía: Fuentes y Manifestaciones
Hemos comenzado este nuevo tiempo estudiando precisamente este tema porque es necesario que todo hombre y mujer de fe conozca acerca de lo que hemos de enfrentar en estos tiempos finales. Todos nosotros hablamos acerca de la venida de Cristo Jesús y muchas veces decimos «ven, Señor Jesús», pero no nos hemos percatado de que los tiempos previos a la venida de Cristo Jesús son tiempos difíciles y peligrosos, así lo establece la palabra del Señor.
En Mateo, capítulo 24, Jesús habla a sus discípulos y establece enseñanza para cada uno de nosotros, diciendo que se incrementará tanto el mover apóstata que incluso podría engañar a sus escogidos. Para estos tiempos, debemos estar debidamente preparados, vestidos y capacitados; de lo contrario, no podremos enfrentarlos. ¿Enfrentar qué? Entenderemos qué es exactamente la apostasía en la enseñanza de hoy. Vamos a estudiar cuál es la fuente de la apostasía y cuáles son sus manifestaciones. Hemos definido etimológicamente el término apostasía y sabemos lo que significa. También conocemos su manifestación.
Pero entremos un poco más en la palabra y estudiemos cuál es realmente la fuente de la apostasía. Conocer las características de la apostasía no nos va a ayudar mucho; es necesario que entendamos dónde se origina, cómo se origina la apostasía para que no solamente podamos identificarla, sino sobre todo podamos evitar que se establezca el mover apóstata en nuestras regiones. Ese es el tema que vamos a presentar: la fuente de la apostasía.
La Fuente de la Apostasía
Vamos a ir a la palabra del Señor, y esto nos va a sorprender mucho porque la apostasía —y lo vamos a comenzar a ver inmediatamente— nace en el mismo corazón de la Iglesia. Voy a darles varios textos en esta enseñanza para que ustedes verifiquen que precisamente la apostasía está más cerca de lo que nosotros mismos podemos pensar.
Algunos años atrás, hombres y mujeres, tratando de definir la apostasía, la caracterizaban como un movimiento dentro de los salones de clases de las universidades, identificando que la apostasía saldría de las universidades, que saldría de los claustros de educación superior. Pero la palabra del Señor, el Espíritu de Dios mostrando por la palabra, nos da a conocer que la apostasía nace dentro de la Iglesia, no fuera; nace dentro de la Iglesia.
Vamos inmediatamente a Hechos de los Apóstoles, capítulo 20, versículos 29 y 30: «Porque yo sé que después de mi partida«, Pablo hablando a los ancianos de las iglesias en Éfeso, les dice: «Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces que no perdonarán al ganado, y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para llevar discípulos tras sí«. «De vosotros mismos se levantarán hombres amadores de sí mismos«, como él lo define en su epístola a Timoteo, «hombres amadores de sí mismos que llevarán tras sí muchos discípulos«.
La apostasía es un mover satánico. Es un movimiento espiritual, pero satánico. Lo que muchas veces hemos ignorado, y aquí el Espíritu de Dios por medio de su palabra nos está revelando, es que la apostasía no nace fuera, la apostasía no se origina fuera de la Iglesia y en algún momento determinado viene y la ataca. Nos estamos dando cuenta de que la apostasía nace en el mismo corazón de la Iglesia, y esto es duro y hasta cierto punto difícil de poder aceptar, pero es lo que la palabra del Señor establece: «Yo sé que después de mi partida se levantarán hombres que no perdonarán al ganado, y de vosotros mismos se levantarán«, dice en el versículo 30, «hombres que hablen cosas perversas para llevar discípulos tras sí«.
Voy a la primera epístola del apóstol Juan. El apóstol Juan también da una advertencia precisamente acerca de esto mismo en el capítulo 2, versículos 18 y 19. Leo versículo 18: «Hijitos, ya es el último tiempo. Y como vosotros habéis oído que el anticristo ha de venir, así también al presente han comenzado a ser muchos anticristos, por lo cual sabemos que es el último tiempo«. Ya desde el tiempo de los apóstoles, estamos hablando del final del primer siglo, estaban dando la advertencia por medio del Espíritu Santo: «Ya es el último tiempo«. ¿Cuánto más cerca estamos nosotros del último tiempo? En realidad estamos viviendo ya en los últimos tiempos.
Sigo leyendo en el versículo 19, dice: «Salieron de nosotros«, ponga atención a esto, «salieron de nosotros, pero no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, ciertamente hubieran permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros«.
Es el último tiempo porque han comenzado a surgir muchos anticristos, y la sorpresa que el apóstol Juan, el último de los apóstoles de Jesús de los 12, está estableciendo es que «salieron de nosotros«. Y esto es importante que nosotros lo podamos entender y que lo podamos integrar a nuestra vida de fe para que no solamente la podamos identificar cuando esté cerca, es decir, cuando esté manifestándose en sus distintas formas que lo veremos en esta misma enseñanza, sino sobre todo que podamos detenerla, porque ese es el propósito. El propósito es que nosotros podamos detener este movimiento.
«Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros. Porque si hubieran sido de nosotros, hubieran permanecido con nosotros«. Esta es la declaración del apóstol Juan. Pero lo importante que la palabra nos está estableciendo es que la apostasía nace en el mismo corazón de la Iglesia.
El apóstol Pablo, cuando le escribe a Timoteo y le dice: «En el último tiempo habrá hombres amadores de sí mismos«, no es una descripción de gente que estará fuera de la Iglesia porque, como él mismo dice, «¿de qué me vale a mí hablar de la gente que está fuera de la Iglesia? Si en realidad el propósito y a lo que el Señor me ha enviado es para los que están dentro de la Iglesia«.
Es importante que nosotros entendamos esto, y esto es determinante: no debemos nosotros estar buscando fuera, sino preocuparnos de que no surjan dentro de nosotros. Este es el propósito.
Quiero ir a otro texto en la epístola de Judas, que solamente tiene un capítulo. Vea lo que dice en los versículos 3 y 4. Él está dando otra instrucción y el público no es el mismo. Esto es lo importante: el público no es el mismo. No por el hecho de que nosotros los encontramos en las Sagradas Escrituras, estas epístolas fueron dirigidas al mismo público; fueron dirigidas a públicos diferentes que se encontraban en regiones diferentes, de acuerdo a los lugares donde estaban los apóstoles. Pero lo importante es que cada uno de ellos está estableciendo prácticamente la misma palabra, lo que no es más que el Espíritu de Dios advirtiendo de que la apostasía nace dentro del corazón de la Iglesia.
El versículo 3 dice: «Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de la común salvación, me ha sido necesario escribiros amonestándoos que contendáis eficazmente por la fe que ha sido una vez dada a los santos«.
Y aquí viene la instrucción, versículo 4: «Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antes habían estado condenados para esta condenación, hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Dios en disolución, y niegan a Dios, que es el único que tiene dominio, y a nuestro Señor Jesus Cristo«.
Se han establecido, no llegaron identificándose como anticristos; llegaron y se establecieron como se establece cualquier hombre, como se establece cualquier mujer cuando visita una congregación. Se establecen como creyentes, pero se levantaron eventualmente como hombres impíos, como mujeres impías, estableciendo doctrina que no va conforme a la doctrina del Evangelio del Reino de los Cielos.
Hay otro texto que quiero también compartir: en la segunda epístola del apóstol Pedro, en el capítulo 2, el apóstol Pedro también da una advertencia similar a la que hemos leído hasta este momento. Hemos visto al apóstol Pablo, al apóstol Juan, a Judas, y ahora estamos viendo al apóstol Pedro, versículo 1 del capítulo 2: «Pero hubo también falsos profetas en el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán«, escuche bien, «que introducirán encubiertamente herejías de perdición, y negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos perdición acelerada«. Introducirán encubiertamente herejías de perdición.
La apostasía tiene precisamente el propósito de hacer que el hombre de fe se pierda, hacer que la mujer de fe se pierda. Pero no llevándolos al pecado, y esto es lo que debemos entender: no llevándolos al pecado, es decir, no promoviendo o propiciando una actividad de pecado. Por eso es por lo que muchas personas van a ser confundidas y por eso es que muchas personas van a ser conducidas por el camino de la apostasía, porque no tiene que ver con pecado.
¿Con qué tiene que ver entonces? Tiene que ver con doctrina que no está ajustada a la Palabra, doctrina que no está caminando sobre el fundamento de Cristo Jesús.
El apóstol Pedro se suma a esta lista de hombres que han establecido la exhortación para que el pueblo de Dios entienda que la apostasía surge dentro de la misma Iglesia.
Voy a otro texto, en Mateo. Quiero revisar el capítulo 24, la enseñanza que Jesús estableció justamente antes de su crucifixión. Vea lo que dice Mateo, capítulo 24, versículos 10 y 11: «Muchos entonces serán escandalizados, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos. Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará«. Falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos.
La apostasía es un mover satánico. Es un movimiento espiritual pero satánico. No tiene que ver con pecado; me estoy refiriendo a una actividad de pecado. Porque casi siempre cuando se habla de que una persona no está caminando conforme al Señor, casi siempre la tendencia es buscar: «Estás en pecado, caíste en pecado». Pero déjeme decirle que la apostasía tiene esta característica muy particular: no promueve el pecado, actividad pecaminosa. No promueve la caída en pecados escandalosos. No es eso, sino que promueve una doctrina que no es avalada por la Palabra del Señor, y esto es lo que nosotros debemos entender.
Todos estos textos, y no son los únicos, pero todos estos textos nos ayudan a entender que la apostasía no nace fuera de la Iglesia; la apostasía nace dentro de la Iglesia.
La noticia que impactó a los apóstoles cuando Jesús estaba sentado a la mesa la noche que fue entregado, que él estaba comiendo el cordero pascual, la noticia que impactó fue: «Uno de vosotros me ha de entregar, uno de vosotros me traicionará«. Y con esta palabra, Jesús no solamente estaba hablando de lo que iba a acontecer durante esa noche, Jesús estaba hablando en términos proféticos, alcanzando nuestros tiempos proféticamente para establecer que «uno de vosotros me traicionará, uno de vosotros me ha de entregar«.
La apostasía nace dentro del corazón de la Iglesia. Posiblemente esto haya impresionado a más de alguno, y creo que ese es el propósito del Espíritu Santo: impresionarnos, porque muchas veces hemos estado como dormidos, muchas veces hemos estado como ajenos a la realidad espiritual. Hemos sí promovido, hemos sí activado dentro de una congregación o dentro de una región, pero no hemos estado realmente conscientes de lo que estamos enfrentando. Por eso es importante que podamos ubicar la fuente de la apostasía. No la podemos buscar fuera; la fuente de la apostasía la tenemos que identificar dentro, en el corazón mismo de la Iglesia, porque es precisamente dentro de ella que surgirá.
Y cualquiera podría decir: «¿Y cuál iglesia?». Y, ¿Cuál iglesia? O podríamos inclusive empezar a señalar alguna iglesia en particular. El Espíritu del Señor nos está diciendo: todas, todas las iglesias, ninguna está exenta, porque es precisamente lo que la Palabra nos establece.
Mateo capítulo 13, cuando se encuentran las parábolas, Jesús presentó una parábola, la parábola del trigo y de la cizaña que todos conocemos. Cuando los obreros estaban dormidos, vino un enemigo y sembró cizaña.
La transmisión está disponible en la siguiente dirección: https://youtube.com/live/PMNhgcfAAME
Bendiciones,
Deja un comentario