Esta semana transmitimos la lección 34, y en esta lección estudiaremos los capítulos 25 y 26 de Los Hechos de los Apóstoles.
Los capítulos 25 y 26 son los capítulos de conclusión al ministerio que Dios le entregó a Pablo, y que él desarrolló por espacio de casi treinta años; en estos capítulos destaca sobremanera la presentación de Pablo ante el rey Herodes Agripa, y ante Berenice, su hermana, bisnietos ambos de Herodes el Grande.
La importancia de estos capítulos radica en que con ellos se cierra un ciclo de Vida y Revelación que comenzó con Herodes el Grande ante la noticia del nacimiento del “Rey de los Judíos”, noticia traída por los sabios del oriente que llegaron a Jerusalem siguiendo una estrella.
La conclusión de este ciclo presenta a Pablo dando testimonio a los últimos descendientes de Herodes el Grande, que lo que Herodes quiso destruir casi 60 años atrás, hoy es toda una operación espiritual que está cubriendo toda la tierra.
A diferencia de Herodes el Grande cuya reacción fue mandar a matar a todos los infantes menores de dos años, el rey Agripa, su nieto, expresa su casi aceptación del Evangelio: Por poco me persuades a ser Cristiano. El contraste nos sirve para entender el impacto del Evangelio en todas las esferas sociales de la antigua Israel.
Parte del testimonio consiste, también, en manifestar cómo Dios guardó y protegió al apóstol durante todo su ministerio, pese a que fueron muchas las veces que le fue tendida asechanza para matarlo.
Durante su estadía en Cesarea, Pablo escribió varias de sus últimas epístolas, y mucho de lo que encontramos en ellas, como consejos pastorales, son forjadas precisamente en este periodo en que estuvo preso en Cesarea marítima bajo la custodia romana.
pastor Pedro Montoya