Nos estamos acercando al final del libro de Los Hechos de los Apóstoles, esta semana estudiaremos los capítulos 20 y 21.
El apóstol Pablo, luego de haber residido 3 años en Éfeso, su estadía más larga en los sitios que él visitó, se propone regresar a Jerusalem para la fiesta de Sukkot; este viaje de regreso lo hace a través de Macedonia y Acaya, y esto, con el propósito de visitar por última vez las iglesias de Corinto, Tesalónica, Filipos y Troas, las iglesias con las cuales sostuvo una relación ministerial más cercana.
En este viaje de regreso, el apóstol visitó dos veces consecutivas a la iglesia de Corinto, porque en sus planes, quería visitar primero a Corinto y luego a Macedonia, para regresar de nuevo a Corinto y de allí partir hacia Jerusalem (2 Corintios 1:16-17), pero luego de haberlo hecho así, la asechanza de los judíos del área le obligaron a subir nuevamente hacia Macedonia (Hechos 20:3), y de allí regresar a Jerusalem pasando por Troas y por Éfeso nuevamente.
En cuanto a las cartas que el apóstol escribió, el apóstol Pablo escribe desde Éfeso la primera carta a los Corintios, la carta a los Gálatas, y la carta a Tito; desde su estadía en Nicópolis (Grecia), lugar donde invernó luego de haber visitado la segunda vez a la iglesia de Corinto (hechos 20:2-3), escribe la segunda carta a los Corintios (2 Corintios 12:14; 13:1), y la carta a los Romanos (Hechos 19:21).
El final de este viaje, sabiendo el apóstol que no regresará nunca más por estas regiones, deja abundantes instrucciones a las iglesias acerca de la vida de fe; es un viaje muy emotivo para el equipo de ministros que lo acompañan en este viaje a Jerusalem, pues compartieron con el apóstol los momentos cuando él es hecho prisionero en Cesárea, y luego de dos años, en Roma.
pastor Pedro Montoya
