Aunque el bautismo con el Espíritu Santo es un don, es decir, es la manifestacion de la Gracia y Obra de la Misericordia de Dios manifestada por medio de Jesús, el hombre y la mujer no tienen que hacer nada de ellos mismos como para mostrar que lo merecen; no obstante, es necesario destacar, y entender, que Dios no entrega ninguna virtud a nadie que no sea digno de recibirla.
Esto aplica al bautismo con el Espíritu Santo; Dios no deposita de su Esencia en alguien que no haya mostrado anteriormente que no es digno de portarlo. En esta enseñanza comenzamos a ver las demandas de Dios en cuanto al bautismo con el Espíritu Santo.
pastor Pedro Montoya