Estar en la presencia del Señor es motivo de regocijo, alegría y satisfacción. El salmista David expresó esta verdad cuando escribió que prefería «estar por lo menos un día en los atrios de la casa de mi Dios que mil fuera de ellos». Estar delante de la presencia del Señor es deleite puro.
La Palabra lo declara claramente: «¿Quién subirá al monte? ¿Quién subirá ante la presencia del Señor? El limpio de manos y puro de corazón». Esto no proviene de nosotros mismos, sino que hemos aprendido por la gracia y misericordia del Dios Eterno Todopoderoso que «no es por obras para que nadie se gloríe, sino es por la gracia» que el Señor ha tenido en la vida de cada uno de nosotros.
En el Salmo 30, el salmista escribe: «Has cambiado mi lamento en baile». Hay una transformación, una realización que el hombre no puede obtener fuera de Dios, que la mujer no puede desarrollar fuera de Dios. Por eso estamos delante de la presencia del Señor con motivo de alegría, regocijo y satisfacción, sabiendo que todo esto no es de nosotros mismos, sino de parte del Señor.
La Fe: Un Tema Fundamental
La fe es un tema importante y necesario. Muchos de nosotros estamos caminando por fe. En Hebreos 11:6 dice: «Sin fe es imposible agradar a Dios». Esto nos establece no solamente una demanda, sino que nos establece los límites de la vida que agrada al Señor. No se trata de buenas obras, no se trata de buenas intenciones; se trata de caminar por fe.
La Malinterpretación Común de la Fe
Hasta este momento, la gran mayoría de los hombres y mujeres que forman parte de una congregación o que han reconocido a Jesus el Cristo como su Señor y Salvador, caminan bajo el concepto de que la fe es como una herramienta para asegurarse de obtener aquello que le están pidiendo al Señor. Esta definición es meramente utilitaria y no necesariamente fundamentada en la Palabra del Señor.
La fe no es una herramienta para asegurarnos el resultado que esperamos. La fe es para ayudarnos a caminar en esta tierra conforme a lo que el Reino de los cielos ha establecido para cada uno de nosotros que hemos decidido entrar bajo la jurisdicción del Reino de los cielos.
Enseñanza Bíblica: Lucas 17:3-6
En Lucas 17:3-6 encontramos una enseñanza fundamental:
«Mirad por vosotros. Si pecare contra ti tu hermano, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, siete veces al día se volviere a ti diciendo: Me pesa, perdónale. Y dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, diríais a este sicómoro: Desarraígate y plántate en el mar, y os obedecería.»
Jesus el Cristo estaba enseñando acerca del perdón en el contexto del Reino de los cielos. Cuando les dijo que debían perdonar hasta siete veces al día a la misma persona, los discípulos dijeron: «Auméntanos la fe». ¿Por qué? Porque estaban acostumbrados a la ley mosaica que establecía «ojo por ojo y diente por diente». Esta nueva enseñanza les parecía demasiado difícil de cumplir.
Dos Enseñanzas Fundamentales sobre la Fe
Primera Enseñanza: La Fe Sujeta lo Material a lo Espiritual
La fe es la virtud espiritual que nos da la capacidad, la autoridad y la potencia para poder sujetar lo material a lo espiritual. Cuando Jesus el Cristo dijo: «Si le dijerais a este sicómoro: Desarraígate y plántate en el mar, os obedecería», estaba enseñando que la fe tiene el poder de someter lo físico a lo espiritual.
Somos seres espirituales que no pertenecemos a este mundo, aunque vivamos en él. Jesus el Cristo lo dijo claramente: «Padre, no te pido que los quites del mundo, sino que los guardes del mal». Como ciudadanos del Reino de los cielos, tenemos que aprender a sujetar lo material a lo espiritual, no acomodarnos a las condiciones de este mundo.
Jesus el Cristo enseñó este mismo principio cuando sus discípulos le dijeron: «Enséñanos a orar». Él estableció: «Padre, hágase tu voluntad en la tierra, como se hace en los cielos».
Segunda Enseñanza: La Fe Debe Crecer
Cuando Jesus el Cristo dijo: «Si tuvieseis fe como un grano de mostaza», no estaba hablando del tamaño, sino del proceso de crecimiento. Como explica Marcos 4:31-32: «Como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, sube y se hace la mayor de todas las legumbres y echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra».
La fe tiene que crecer, desarrollarse y multiplicarse. En Romanos 12:3 dice que Dios da «una medida de fe», pero a partir de esa medida, es nuestra responsabilidad hacer crecer esa fe que el Señor nos ha entregado.
La Parábola de los Talentos y el Crecimiento de la Fe
En Mateo 25, la parábola de los siervos que recibieron talentos ilustra este principio. Tres siervos recibieron diferentes cantidades: cinco talentos, dos talentos y un talento. El que tenía cinco produjo cinco más (100%), el que tenía dos produjo dos más (100%). Se esperaba que el que tenía uno también produjera el 100%. El problema fue que el último siervo tuvo miedo y escondió su talento.
Esto nos enseña que la fe debe multiplicarse. No podemos ver la fe como una herramienta que usamos solo cuando necesitamos algo. Es nuestra responsabilidad hacer crecer la fe, un compromiso personal e intransferible delante de la presencia del Señor.
La Definición Bíblica de la Fe: Hebreos 11:1
«Es, pues, la fe la sustancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven» (Hebreos 11:1).
Este versículo presenta dos definiciones en una:
- La sustancia de las cosas que se esperan (ámbito espiritual)
- La demostración de las cosas que no se ven (ámbito material)
La fe es espiritual, pero se aplica en el ámbito material. Establece que lo que de Dios nosotros recibimos ya está hecho en lo espiritual, pero lo material todavía no se ha materializado.
Dios No Crea de la Nada
Contrario a un concepto erróneo que se ha infiltrado en el ambiente cristiano, Dios no produce de la nada. Como dice Hebreos 11:3: «Siendo hecho lo que se ve de lo que no se veía». No se veía porque pertenece al ámbito espiritual.
En Génesis, cuando Dios dijo: «Sea la luz», no fabricó luz en ese momento. La luz pertenece al ámbito espiritual y la introdujo en el ambiente material. Note que aún no había creado los astros. Así es como Dios opera: trae del ambiente espiritual lo que ya existe y lo planta en el ambiente material.
El Proceso de Materialización
Todo lo que Dios ha querido entregarnos, todo lo que Dios habló de nosotros, inclusive la demanda de vida que el Señor nos propuso, ya está en el ámbito espiritual. Falta que se materialice. ¿Cuándo se materializa? Cuando el hombre de fe sujeta lo material a lo espiritual.
- ¿Cuándo vendrá tu provisión? Cuando aprendas a no depender de los recursos de este mundo.
- ¿Cuándo vendrá tu sanidad? Cuando decidas no depender de lo material, de lo que este mundo ha establecido como la forma para ser sano.
- ¿Cuándo se materializarán las promesas del Señor? Cuando cada uno de nosotros sujetemos lo material a lo espiritual.
El Ejemplo de Daniel
En Daniel 10:12-13, el ser angélico le dice a Daniel: «Desde el primer día que diste tu corazón a entender y a afligirte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras yo soy venido. Pero el príncipe del reino de Persia se puso contra mí veintiún días».
Esto nos enseña que cuando Daniel oró, inmediatamente fue enviada la respuesta, pero tardó 21 días en llegar debido a la guerra espiritual. ¿Cuánto tiempo tarda en materializarse aquello que esperamos? El tiempo que a nosotros nos tome sujetar lo material a lo espiritual.
Las Llaves del Reino: Mateo 16:19
«Y a ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos».
Este versículo está conectado con Hebreos 11:1. Nosotros podemos atar en la tierra los formatos, sistemas, modelos y plataformas de vida a las que nosotros mismos decidimos sujetarnos. Hasta que los sujetemos a lo espiritual, entonces el Reino de los cielos se verá manifestado.
El Problema de la Dependencia Mundana
Muchos de nosotros hemos dispuesto depender de:
- Un salario
- Un sistema de salud
- Un sistema político
- Un sistema social
Las cosas no se materializan mientras sigamos caminando bajo estos formatos del mundo. Dios no va por encima de Su misma Palabra. Hasta que salgamos de esos formatos y los sujetemos a lo espiritual, no veremos la manifestación.
El Llamado a No Conformarse
Como dice Romanos: «No os conforméis a este mundo, sino renovaos en vuestro entendimiento». La palabra «conformar» significa tomar la forma del mundo. Muchos hemos tomado la forma de este mundo sin entender que Dios nos ha llamado a salir del medio de ellos: «Pueblo mío, dice el Señor, y no toquéis lo inmundo, y yo os recibiré».
Conclusión
Sin fe es imposible agradar a Dios. No se trata solamente de un recurso para recibir lo que le estamos pidiendo al Señor. La fe es la virtud espiritual para sujetar las cosas materiales y sujetarlas a lo espiritual.
Es bien importante que entendamos este tema. No se trata de cuánto conocimiento podamos adquirir, sino de cuánto podemos hacer con aquello que el Señor nos entrega, cuánto podemos construir con lo que Él nos da.
La enseñanza ha sido presentada, y ahora nos corresponde a cada uno de nosotros tomar decisiones. Las cosas pueden cambiar con las decisiones que tomemos a partir de este momento.
«La paz del Señor sea contigo. Amén.»
La enseñanza queda grabada y puede volverse a ver en la misma dirección: https://youtube.com/live/NaukFv6uks8
Bendiciones,