Dios es bueno y Su gracia y misericordia están sobre cada uno de aquellos que invocan Su nombre. Damos gracias al Dios Eterno, al Todopoderoso, por un día más de vida que Él nos extiende. La vida misma es la misericordia más grande que Dios tiene para con cada uno de nosotros.
En el libro de Génesis, capítulo dos, cuando Dios le advirtió al hombre y eventualmente a la mujer, a Adán y a Eva: «El día que de él comieres de seguro que morirás», la Palabra establecía que morirían indefectiblemente. Sin embargo, esto no sucedió inmediatamente, y es precisamente porque Dios no quiere que el hombre perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. La primera obra de Dios se desarrolló en el huerto del Edén, cuando Dios extendió la vida al hombre y a la mujer. La vida es la señal más notable de la gracia y de la misericordia de Dios.
El Tema de los Débiles en la Fe
Es necesario estudiar acerca de los débiles en la fe porque tenemos que entender por qué existen débiles en la fe. En las Sagradas Escrituras, es precisamente el apóstol Pablo quien utiliza este término y lo presenta en sus epístolas, estableciendo que hay un sector del cuerpo de Cristo que son débiles en la fe.
En Romanos 14:1-2, encontramos: «Recibid al débil en la fe, pero no para contiendas ni disputas, porque uno cree que se ha de comer de todas las cosas. Otro que es débil come legumbres.» En estos versículos, el apóstol utiliza en dos ocasiones la palabra «débil» (o «flaco» en la versión antigua).
En Romanos 15:1, Pablo vuelve a usar estos términos: «Así que los que somos más firmes debemos sobrellevar las flaquezas de los flacos y no agradarnos a nosotros mismos.»
La Medida de Fe
Es crucial entender que aunque Dios da una medida de fe a cada persona, como se establece en Romanos 12:3: «Digo, pues por la gracia que me es dada a cada cual que está entre vosotros que no tenga más alto concepto de sí que el que debe de tener, sino que piense de sí con cordura conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno», esta medida no significa necesariamente una fracción de fe.
La medida, aunque es una medida, significa que esa medida es completa. Dios la da completa a quienes se la entrega. Un ejemplo claro lo encontramos en la parábola de los talentos en Mateo 25, donde a uno le entregó cinco talentos, a otro dos talentos y a otro un talento. Cada uno recibió una medida completa, no fracciones.
Las Causas de la Debilidad en la Fe
Los débiles en la fe están constantemente expuestos al pecado. Como establece Romanos 14:23: «Mas el que hace diferencia si comiere es condenado porque no comió por fe y todo lo que no es de fe es pecado.» Por tanto, es fundamental identificar las causas que llevan a ser débil en la fe.
Primera Causa: Conciencia Contaminada
La primera causa del por qué una persona puede constituirse en débil en la fe es por causa de una conciencia contaminada. En Primera de Corintios 8:9-12, encontramos: «Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero a los que son flacos. Porque si te ve alguno a ti que tienes conocimiento que está sentado a la mesa en el lugar de los ídolos, la conciencia de aquel que es flaco no será adelantada a comer de lo sacrificado a los ídolos. Y por tu conocimiento se perderá el hermano flaco por el cual Cristo murió.»
La conciencia es una virtud espiritual que Dios coloca en el espíritu del hombre y de la mujer. Como establece Romanos 1:19-20: «Porque lo que de Dios se conoce a ellos es manifiesto porque Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas, de modo que son inexcusables.»
La conciencia se nutre del conocimiento que hemos recibido de nuestros mayores y de las experiencias que vamos acumulando en la vida. Es el conocimiento que hemos reconocido como válido, sobre el cual fundamentamos todas nuestras acciones.
Primera de Timoteo 1:19 establece claramente la relación entre fe y conciencia: «Manteniendo la fe y buena conciencia, la cual echando de sí algunos hicieron naufragio en la fe.» La fe está fundamentada en una conciencia, de tal forma que si la conciencia se contamina, la fe se debilita.
Segunda Causa: Actos del Pasado Mantenidos Ocultos
La segunda causa es haber mantenido deliberadamente ocultos actos del pasado. En Josué 7:11-12 encontramos: «Israel ha pecado y aún ha quebrantado mi pacto que yo les había mandado, pues aún han tomado del anatema y hasta han hurtado y también han mentido y aún lo han escondido entre sus enseres. Por esto, los hijos de Israel no podrán estar delante de sus enemigos, sino que delante de sus enemigos volverán las espaldas.»
Estos son comentarios de pasillo, acciones de alcoba, acciones que se hicieron y que se juraron llevar a la tumba. Son acciones escondidas deliberadamente que provocan una fe débil.
Es importante entender que no basta haber pedido perdón a Dios. La Palabra no nos dice que debemos pedir perdón; nos enseña que tenemos que venir en arrepentimiento delante de Él. Una persona que no se ha arrepentido delante de Dios, aunque le haya dicho «Señor, perdóname», lo va a tratar de mantener bien oculto.
Efesios 5:11-13 establece: «No participéis con las obras infructuosas de las tinieblas, sino antes bien redargüidlas, porque torpe cosa es aún hablar de lo que ellos hacen en oculto. Pero todas las cosas cuando son redargüidas son manifestadas por la luz, porque lo que manifiesta todo la luz es.»
Tercera Causa: Ataduras Satánicas
La tercera causa de debilidad en la fe son las ataduras satánicas. En Lucas 13:16 encontramos: «Y a esta hija de Abraham que he aquí Satanás la había atado dieciocho años no convino desatarla de esta ligadura en día sábado.»
Cuando la Palabra habla de «hija de Abraham» está hablando de una mujer de fe. Jesus el Cristo la reconoce como hija de Abraham, no solamente por nacionalidad. Sin embargo, había estado dieciocho años atada por el demonio. Era una mujer de fe pero débil en la fe.
Las ataduras pueden manifestarse en diferentes niveles: emocional, sentimental, mental, físico, de conciencia, en áreas económicas y financieras. Por eso muchas personas pueden tener inclusive dos o tres títulos y no haberse desarrollado económicamente en la vida, porque hay ataduras en las manos que impiden que su obra avance o prospere.
La Importancia de Sacar las Cosas a la Luz
En Marcos 5:25-34 encontramos el relato de la mujer con flujo de sangre: «Y una mujer que estaba con flujo de sangre hacía doce años… si tocaré tan solamente su vestido, seré salva… y él le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva ve en paz y queda sana de tu azote.»
Es significativo que Jesus el Cristo, sabiendo que la mujer había sido sanada, no se quedó así, sino que tomó tiempo para que se descubriera lo que había pasado. Esto nos enseña que no solamente necesitamos ser sanados de algo, sino sacar a la luz aquello que nos condujo a esa situación.
Conclusión
Un débil en la fe está expuesto al pecado todo el tiempo, porque como establece Romanos 14:23: «Todo lo que no es de fe es pecado.» Su fe no le permite avanzar, crecer, desarrollarse ni madurar.
Aunque es admitido y de alguna manera permitido ser débil en la fe, no es para quedarnos en ese estado o condición, sino para salir de allí y poder ser hombres y mujeres firmes en la fe. Es necesario identificar cuál es la causa que nos ha llevado a ser débiles en la fe y salir de ella para constituirnos en columnas de la casa del Señor.
La fe viene por el oír y el oír de la Palabra de Dios, pero para que esta crezca efectivamente, es necesario:
- Descontaminar nuestra conciencia del conocimiento erróneo y experiencias del pasado
- Sacar a la luz todas aquellas acciones que deliberadamente mantenemos ocultas
- Romper las ataduras satánicas de nuestras vidas
Solo así podremos caminar en aquello a lo cual el Señor nos ha llamado y desarrollar una fe firme y madura.
La dirección para conectarte a la transmisión es la siguiente: https://youtube.com/live/VWlVHFAqaCA
Bendiciones,