La fe es el fundamento de la vida en Cristo Jesús, pero no solamente como medio para obtener las peticiones que presentamos en oración, sino sobre todo como propósito para construir la vida en el Reino.
La fe no consiste en creer, sino en actuar según la enseñanza de Jesús. Cada acción se establece por la fe, no hay otra forma; el Espíritu conduce al hombre y mujer de fe en la preparación adecuada según la opresión que el mundo le envía; así según el texto de Hebreos, no todas las personas pueden apagar fuegos impetuosos, no todas las personas pueden conquistar reinos, no todos pueden recibir a sus muertos por resurrección; solamente aquellos que crecieron en la fe para tal acción son quien únicos lo pueden hacer. Cada acción tiene una fe particular, es la responsabilidad del hombre y de la mujer en ella para ser sostenido en medio del embate del mundo.