Módulos de Estudio


Ministerio Apostólico y Profético Cristo Rey


Módulo 1:  Entendiendo el Llamado Ministerial:

Este módulo tiene el propósito de que el estudiante entienda sobre su llamado ministerial, y cómo puede establecerlo en la medida que a la vez aprende a conocer a Dios.

El llamado ministerial es una designación espiritual dada por Dios, del cual la persona tiene un testimonio en su propio espíritu. El llamado de Dios requiere que la persona aprenda primero a conocer a Dios; que conozca de su naturaleza, de su carácter, de sus propósitos, de su Voluntad.

Módulo 2: La Doctrina de Cristo:

Este módulo pretende discutir la base bíblica que nos descubre sobre la Trascendencia de la doctrina de Cristo.

La doctrina de Cristo, o Cristología, es la doctrina fundamental del Evangelio del Reino de los Cielos. La doctrina de Cristo consistió, originalmente, en probar por las Escrituras que Jesús, varón aprobado por Dios, es el Mesías, que ha resucitado de entre los muertos, porque la muerte no le pudo retener, y que hoy está sentado a la diestra de Dios-Padre.

Módulo 3: Doctrina del Fundamento de Obras Muertas:

Este módulo pretende descubrir cuanto de las conductas actuales de un cristiano aún están sujetas al reino de las tinieblas, con el propósito de que el estudiante desarrolle un ministerio dirigido a denunciar la maldad, y a llevar a otros a la reconciliación con Dios.

La doctrina del arrepentimiento de obras muertas establece que el hombre nace pecador, como resultado del pecado de desobediencia de Adam y Eva. Establece, además, que el hombre vive alejado de Dios, y que está destituido de su Gloria, lo cual significa que su destino final es la muerte y la destrucción eterna en el infierno. La doctrina del arrepentimiento de obras muertas establece que la única forma de alcanzar perdón es que el hombre se arrepienta de su condición, y cambie su actitud hacia la vida depravada que ha desarrollado, sirviendo y alimentando la conducta de la carne.

Módulo 4: Doctrina de la Fe en Dios:

Este módulo tiene el propósito de conducir al estudiante por el proceso de conocer a Dios. Es el proceso de la fe, el proceso de entender a quién nos ha llamado y nos ha capacitado para establecer Su Voluntad sobre la tierra.

La doctrina de la fe en Dios tiene como único propósito que la persona conozca a Dios, y sepa como Él actúa. La doctrina de la fe en Dios es un estudio exhaustivo acerca del conocimiento de Dios, su naturaleza, sus atributos, lo que le agrada, lo que le disgusta, lo que abomina. La fe no es un tópico aislado al conocimiento de Dios, la fe son convicciones ejecutadas sobre el fundamento del conocimiento que el hombre y la mujer tienen de Dios.

Módulo 5: Doctrina de Bautismos:

Este módulo tiene el propósito de que el estudiante entienda la verdadera razón del bautismo, que reconozca el valor espiritual y salvífico del bautismo, y sobre todo, que pueda establecerlo como fundamento de vida en Cristo para generaciones futuras.

Aunque sus orígenes se encuentran en la práctica ritual de los baños de purificación, de la Ley Mosaica, la doctrina de bautismos es la primera de las doctrinas del cristianismo en conocerse en su forma operacional. El bautismo es presentado en la doctrina de los apóstoles como el complemento de creer en Jesús. La persona que reconocía a Jesús como el Mesías (Cristo, en griego), y creía que Él es el Hijo de Dios para salvación, inmediatamente procedía a ser bautizado. El bautismo es por inmersión y es ejercido por uno que ha creído sobre otro que recién ha reconocido el Señorío de Jesús.

Módulo 6:  Doctrina de Imposición de Manos:

Este módulo tiene el propósito de que el estudiante entienda el uso espiritual de la imposición de manos. Se pretende que el estudiante entienda también que existen riesgos de contaminación espiritual por causa de una imposición de manos incorrecta.

La práctica de la imposición de manos es anterior a la Ley de Moisés, los relatos del libro de Génesis muestran que los habitantes de los primeros pueblos la conocían, y tenía entre ellos varios usos, la principal, la de bendecir a una persona. Es incluida dentro de la doctrina apostólica en virtud de su trascendencia de la Ley, y por el uso y recomendación misma de Jesús, quien incluyó entre sus beneficios, el de la sanidad, cuando dijo: pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán.

Módulo 7:  Doctrina de la Resurrección de los Muertos, el Retorno de Jesús a la Tierra y el Recogimiento de los Fieles con Jesús:

La doctrina de la resurrección de los muertos, el arrebatamiento de los santos, y aun el reinado milenial, son eventos que convergen con la venida de Jesús; Así que, no estamos ante una sola doctrina, sino ante una doctrina compuesta.

En muchos círculos eclesiásticos predomina la idea de un arrebatamiento oculto previo a la venida de Jesús, pero tal pronunciamiento no es una doctrina ajustada al texto de las Escrituras contenidas en las enseñanzas de Jesús, ni del apóstol Pablo en su mayoría.

Módulo 8:  Doctrina de los Juicios de Dios:

Los juicios de Dios no es un tema nuevo como doctrina acuñada por los apóstoles. Es una doctrina originada en el momento de la desobediencia de Adam y Eva, cuando Dios los llama a rendir cuentas acerca de sus acciones.

Ha sido parte de la evolución misma del hombre. Aun el hombre no religioso advierte de la existencia de los juicios de Dios; esta concepción queda claramente evidenciada en el relato de cuando Jonás huye de su llamado a Nínive, en la embarcación que es azotada por la tempestad de la mar, los tripulantes se preguntan a sí mismos, “Venid, y echemos suertes, para saber por quién nos ha venido este mal” (Jonás 1.7)

Los juicios de Dios tienen un propósito de redención y restauración, no significa necesariamente castigo. Este principio queda claro en las Palabras de Dios dadas por el profeta Jeremías, cuando dijo: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). El momento previo a dichas Palabras ya el profeta había advertido que Jerusalén seria destruida.

Módulo 9:  Doctrina de la Perfección:

El escritor de la epístola de Hebreos establece en el capítulo seis, que el propósito de la doctrina de Cristo es caminar por ella en perfección. En otras palabras, la vida en Cristo es la vida de la perfección.

En el Antiguo Testamento, el término en el idioma hebreo que se traduce al español por perfecto, es: תָם (tam), תָמִים (tamim, en plural), que literalmente significa, ser o estar completo, estar terminado, estar finalizado.

Esta palabra, sin embargo, en muchos textos ha sido traducida no como perfecto sino como “integridad”; así, por ejemplo, en Génesis 17:1, Dios le demanda a Abraham que sea “perfecto”; mientras que en Génesis 20:6 se reconoce que la conducta del Faraón fue en “integridad”. La Biblia establece que el hombre que vive según la fe de Jesús camina en perfección.

Módulo 10: La Base Doctrinal del Evangelio:

La base doctrinal es el enunciado de fe que establece en qué consiste la obra del Espíritu en la reconciliación y restauración del hombre y de la mujer que se acercan a Dios. La base doctrinal es fundamento de establecimiento del Reino de Dios sobre la tierra, tal y como lo declara Mateo 7:24-25: «Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña; Y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa; y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña

La base doctrinal es la declaración de la Palabra de Verdad que establece la Voluntad de Dios sobre la conducta que el hombre y la mujer de Dios deben mantener, como conducta de vida, para agradar al Padre. Esta definición surge de la exhortación que el apóstol Pablo le da a Timoteo en cuanto al valor de las Escrituras: «16 Toda Escritura (Palabra de Verdad) es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, 17 Para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra.» (2 Timoteo 3:16-17)

La base doctrinal es la Revelación de Dios al hombre de su naturaleza, de sus atributos, de su forma de ser y actuar, de su obra profética, y de sus demandas al hombre y a la mujer: «Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio, y justicia en la tierra: porque estas cosas quiero, dice Jehová.» (Jeremías 9:24)



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