II
Una de las tendencias que afecta mucho a hombres/mujeres de fe es la idea de creer —erróneamente— que el Evangelio es conocimiento; amparado en el texto bíblico de la declaración de Jesús, de “conoceréis la Verdad, y la Verdad os hará libres” (Juan 8:32), la filosofía religiosa ha introducido a muchos en una carrera de “adquirir” conocimiento, creyendo que entre más conocimiento adquieren (bíblico, por supuesto), más cerca están de la Verdad.
El Evangelio no apela al conocimiento, el Evangelio es acción; de hecho, la mejor forma para evaluar si un hombre/mujer de fe tiene una definición correcta del Evangelio, es evaluar la primera reacción de la persona en su contacto con la doctrina que recibe, o la Palabra que lee; si la persona tiende a querer conocer más sobre el tema, su definición de Evangelio es inadecuada, el Evangelio nos mueve a “hacer” la Palabra.
Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Santiago 1:22
El Evangelio no es compartir información, es transmitir la vivencia de la experiencia con Jesús y de la fe en su nombre, es conducir a otros por el camino de la Revelación de las enseñanzas de Jesús.
Las experiencias que los escritores del Nuevo Testamento nos relatan en cada uno de sus escritos lo impactante que fue para cada uno de los protagonistas de sus relatos la experiencia de la Revelación de las enseñanzas de Jesús, las cuales ellos transmitían bajo el nombre del Evangelio de Jesús. Hechos de los Apóstoles nos relata lo impactante para Saulo de Tarso el encuentro de Revelación con Jesús,
El, temblando y temeroso, dijo: ¿Señor, qué quieres que haga? Y el Señor le dice: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene hacer.
Hechos 9:6
Hechos de los Apóstoles nos cuenta también la experiencia del centurión romano, Cornelio, que aunque recibió la visita de un ángel que le abrió la puerta de Revelacion, fue el apóstol Pedro quien lo condujo en la Revelación de las enseñanzas de Jesús, y lo evangelizó con las buenas nuevas del Reino de Dios:
Este posa en casa de un Simón, curtidor, que tiene su casa junto a la mar: él te dirá lo que te conviene hacer.
Hechos 10:6
La tarea de un hombre/mujer de fe es “testificar” de la Virtud del Evangelio del Reino de los cielos, sobre cómo los hombres/mujeres finitos podemos ser “más que vencedores por medio de Aquel que nos amó, cuando aún éramos pecadores.
El Evangelio no consiste en invitar a los amigos a visitar una iglesia, de hecho, el Evangelio no está afiliado a una iglesia, denominación y/o concilio; el Evangelio no es hacer proselitismo, el Evangelio es conducir a otros por el camino de la Revelación de las enseñanzas de Jesús, aunque después de hacerlo no le volvamos a ver nuevamente,
Y como subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe; y no le vio más el eunuco, y se fue por su camino gozoso.
Hechos 8:39
Lecturas recomendadas.
Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios está derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.
Romanos 5:5:
Antes, en todas estas cosas hacemos más que vencer por medio de aquel que nos amó.
Romanos 8:37
MIRAD cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios: por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoce a él.
1 Juan 3:1
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
1 Juan 4:9
Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera Antigua, 1909 (RVA)
Pastor Pedro Montoya
Twitter: @pastormontoya