LA GUERRA ESPIRITUAL no consiste solamente en la capacidad que hayamos adquirido de reprender a satanás, sino más, en la capacidad de implementar estrategias espirituales que le impongan limite a sus ejecutorias.
Ha sido una mal formación cristiana esperar que Satanás actúe para entonces salir en guerra espiritual. La guerra consiste en evitar que él ataque.
En los escritos del Antiguo Testamento se destaca el valor de la expresión: “Dios os dará descanso de vuestros enemigos”, pero ello nunca significó erradicar por completo a los enemigos, sino más bien, establecerles límite de operación para impedirles que operen en contra del pueblo. Eso es parte de la guerra espiritual.
El tema de “Testigos silenciosos” es una estrategia espiritual para someter a las fuerzas de las tinieblas, y evitar que éstas operen más dentro de esa región.