Dios le pregunta a Adam, y a Eva, ¿dónde estás tú?, y al hacerlo le interesa conocer el estado de ellos. Es una pregunta confrontativa. Él sabe que ellos no están en la misma posición, reflejo de que algo ha cambiado el diseño original con que fueron formados. Adam evade la pregunta y le presenta por respuesta una excusa.
¡No es fácil cuando somos confrontados!
Es la Gracia del Todopoderoso quien nos confronta, y lo hace para encararnos ante la verdadera razón de nuestra desgracia, no para recriminarnos, ni para castigarnos… para sacarnos de esa situación.
Saldremos de nuestros ciclos de desgracia solamente cuando seamos sinceros y entendamos que la única forma de resolverlos es volviendo al punto de partida: Dios