Y comenzó a enseñarles, que convenía que el Hijo del hombre padeciese mucho, y ser reprobado de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.

Marcos 8:31

Declarando y proponiendo, que convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, el cual yo os anuncio, decía él, éste era el Cristo.

Hechos 17:3

En un mundo de herencia filosófica griega como en el que vivimos, en el que el propósito de la vida es buscar y alcanzar la felicidad y el bienestar personal, una declaración como la propuesta en el título de esta enseñanza seguramente ofendería a más de uno y podría ser tomada como una tontería religiosa.

¿Por qué convenía que el Cristo padeciese? A diferencia de las filosofías y religiones de mayor proyección social de la historia, en las que sus doctrinas se fundamentan en la realización del hombre a base de la observación de las reglas teosóficas recopiladas de sus fundadores, el cristianismo no depende de lo que el hombre haga para obtener su espiritualidad y su eventual salvación. De amplio conocimiento es que en el Evangelio del reino la salvación es por Gracia, Don de Dios, no por obras, precisamente para evitar que nadie se gloríe. [1]

El Evangelio solo pide creer. El apóstol Pablo resume en esta única expresión sacada del libro de Deuteronomio[2] la llave de la salvación:

Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.

Romanos 10:9

Sencillo. Creer y confesar lo que se cree. ¿Por qué entonces la necesidad de sufrir?


El hombre es un ser con tendencia a recopilar todos sus conocimientos y a reducirlos a un conocimiento sistemático, es por naturaleza muy dado a la jactancia por lo que sabe; de ahí que para que un conocimiento que Dios le entrega no caiga en la «biblioteca» de su saber, y se pierda la Revelación, es necesario que el hombre procese su conocimiento a través de «experiencias» que le lleven a deponer su tendencia a jactarse por lo que sabe; en el proceso el hombre descubre a Dios hablándole a su espíritu. El sufrimiento al que se enfrenta el hombre es del mismo grado que su resistencia a deponer su tendencia a la jactancia.

Era necesario que el Cristo sufriera porque sólo así el hombre podía comprender el camino de la Revelación de la salvación, Él marcó el camino; por eso leemos en las epístolas del apóstol Pablo que la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; mas a los que se salvan, es a saber, a nosotros, es potencia de Dios.[3] Si no hubiera de por medio sufrimiento la doctrina de Cristo se reduciría a un conocimiento teórico tan solo.[4]

Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente.

1ra. Corintios 2:14

Así, el sufrimiento hace posible que el conocimiento adquirido se transforme en la Revelación de los propósitos de Dios. No es que prediquemos una doctrina del sufrimiento, ni peor aún, que la exaltemos, sino que es la forma proporcionada por Dios para que por una actitud de sumisión al Señorío de Cristo, y por la decisión de ser partícipes de sus sufrimientos, una persona encuentre la fe como un recurso de confianza en Dios; el apóstol Pablo estableció entre las comunidades gentiles que es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el Reino de Dios, nótese que según la enseñanza del apóstol, permanecer en la fe significa mantenerse firme ante el sufrimiento.[5]

En la enseñanza acerca de la vida del Reino planteada por la parábola del sembrador,[6]  Jesús instruyó a sus discípulos que la no disposición a tolerar el sufrimiento por causa del Evangelio hace que la semilla de la Revelación y de la Fe se eche a perder. La semilla que queda superficial en el camino, junto con la que es ahogada por los pedregales, y la que es sofocada por las espinas, son la representación gráfica de vidas, aunque interesadas por querer desarrollar una vida de fe pero que no están dispuestas a sufrir por ella; la fe y la Revelación no son producto de la teoría del conocimiento, sino la experiencia de ser partícipes de los padecimientos de Cristo;[7] en la vivencia de estar ‘escondidos’ en Dios es cuando son descubiertas las cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre.[8] Una vida basada en la teoría del conocimiento es una vida rezagada y sumergida en rituales religiosos que cifra su confianza tan solo en lo que sabe teóricamente acerca de Dios.[9]

No se trata de buscar y promover el sufrimiento, la vida en Cristo Jesús no consiste en sufrir por sufrir, ni padecer por padecer; el mérito de la vida de fe no radica en el dolor. Dios determina qué Revelación es la que necesita que sea procesada por la experiencia del sufrimiento, cuando llegue, no la evada.10] La vida de fe no consiste en reproducir modelos estereotipados del cristianismo pietista, silente, tolerante, medieval; la vida de fe en Cristo Jesús consiste en activar en nuestras propias vidas la convicción de la Revelación que ha sido depositado en nuestro espíritu.[11]


La Revelación de su Palabra trae Fe, pero hay Revelaciones que necesitan ser procesadas a través del sufrimiento.


Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuere manifestado:

1ra. Pedro 1:7

La fe no es un producto del quehacer humano, es una virtud espiritual. Dios nos sujeta a situaciones diseñadas por Él para producir en nosotros la Revelación de Su Esencia, y para que creamos en Él. No es el creer lógico, racional, producto del conocimiento adquirido, es la Revelación de Su Potestad, de Su Soberanía, de Su Señorío, y a través de esta Revelación se activa la Fe necesaria para movernos en Su Gracia.


Te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde ningún agua había, y él te sacó agua de la roca del pedernal; 16 Que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien.

Deuteronomio 8:15-16

Estos versos son sumamente conocidos en los medios religiosos, pero destacan solamente el resultado final de la acción de Dios: para a la postre hacerte bien, pero ignoran deliberadamente la forma que Dios utilizó para lograr tal resultado. Por esa razón tenemos hoy en día a muchos creyentes frustrados, decepcionados, amargados y deprimidos, renegando de su Fe y culpando a Dios de todas sus desgracias.


Si las mismas Escrituras dan testimonio de que es a través del sufrimiento que el creyente recibe y desarrolla Fe, ¿por qué entonces la tendencia de obviarlo?


13 Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria. 15 Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenían tiempo para volverse: 16 Empero deseaban la mejor, es a saber, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: porque les había aparejado ciudad.

Hebreos 11:13-16

¿Cuánta Revelación tiene Dios para ti? Sufre con paciencia la carrera que te es propuesta, no busques merito, ni ganancia, ni reconocimiento; no se vaya a decir de ti que es más liviano trabajo pasar un camello por el ojo de una aguja, …


Pastor Pedro Montoya

Twitter: @pastormontoya


[1] Efesios 2:8

[2] Deuteronomio 30:10-14

[3] 1ra. Corintios 1:18

[4] Idem 1:21-23

[5] Hechos 14:22

[6] Mateo 13:1-23

[7] Filipenses 1:29

[8] 1 Corintios 2:9

[9] Mateo 13:19-23

[10] Mateo 10:38

[11] Jeremias 31:33

Publicado por pastor Pedro Montoya

Life in Christ Jesus is the result of faith, of believing that Jesus of Nazareth is God incarnate and manifested as the Son of God, in order to, by His doctrine and example, reveal the way of reconciliation with the Creator whom He presented as the Father. Faith is a Revelation in itself, because no one can believe that God becomes man and maintains his status as God at the same time; faith is therefore the only way to find Jesus.

Una respuesta a «La FE y la REVELACIÓN se activan con el ‎sufrimiento»

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