Las prácticas de los pueblos paganos fue la razón por la cual se les arrebató a ellos esa tierra para entregarla por heredad al pueblo de Israel. Era la promesa que Dios le había jurado a Abraham que le habría de entregar, era la tierra de sus peregrinaciones, la razón por la cual Abraham había dejado su tierra y su parentela para heredar la tierra que Dios le había prometido a él y su descendencia.
Dios no podía permitir que el pueblo contaminara nuevamente la tierra, no sólo porque fue la razón de expropiación a los pueblos originales, sino más, porque Abraham había creído a Dios y la había recibido en esperanza:
“Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir por heredad; y salió sin saber dónde iba. Por fe habitó en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en cabañas con Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misma promesa:”